Rosas Rojas Juárez
El fenómeno del feminicidio en Ciudad Juárez se hizo visible en el año de 1993, cuando se publicó el hallazgo de los primeros cuerpos de mujeres asesinadas, arrojadas en terrenos baldíos y zonas desérticas, caminos de terracería o áreas deshabitadas en las orillas de la ciudad. Los casos de Lote Bravo, Camino a Electrolux, Granjas Santa Elena y Lomas de Poleo fueron los primeros crímenes de odio conocidos por una sociedad que pronto sería obligada a cerrar los ojos ante el horror de la violencia feminicida.
Ortiz M. (2016), de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, nos habla precisamente de “los ciclos de la violencia feminicida”, y señala que la primera etapa va de 1993 a 1998. Ortiz hace referencia a las cifras del INEGI, las cuales indican que “en esa etapa se registraron 907 homicidios de mujeres, 891 en Ciudad Juárez y 16 más en el Valle de Juárez”. El gobierno empezó a levantar una campaña de criminalización contra estas mujeres y sus familias, culpando a las víctimas de su asesinato y justificando a los asesinos. Dicha campaña fue promovida por destacados personajes del PRI y PAN a nivel local. Constantemente se repetía que “eran malas mujeres”, “llevaban minifalda”, “caminaban por lugares oscuros”, o que “eran prostitutas”.
A partir de 1998 surgieron las primeras organizaciones de familiares de víctimas en busca de la justicia para sus hijas asesinadas impunemente. “Voces sin Eco” fue el primer referente de lucha contra el feminicidio. La señora Paula Flores y su hija Guillermina comenzaron una revolución gráfica con la pinta masiva de cruces negras con fondo rosa en los postes de la luz. Hoy en día este símbolo es conocido por todo el mundo.
Esta revolución gráfica es el antecedente histórico más importante para quienes años después levantamos una nueva campaña de visibilización del fenómeno, haciendo uso de la pintura y el pincel.
Desde que surgió este problema en Ciudad Juárez, se ha creado y mantenido una guerra de cifras al respecto. Por ejemplo, de acuerdo con un artículo publicado en La Jornada (2011), que hace referencia a las cifras oficiales de la PGR, CONAVIM y La Fiscalía General del Estado de Chihuahua, “…entre 1993 y 2007 se cometieron 427 casos de los cuales 200 siguen sin ser aclarados y 52 cuerpos aún no han sido identificados” (Villalpando, 2011). Es decir, las cifras “oficiales” se encuentran muy por debajo de lo que indican otras fuentes y muy por debajo de la percepción de quienes mantenemos un trabajo de intervención en las calles.
Cabe destacar que desde 1993 las características en más del 90% de los casos de feminicidio y desaparición de mujeres cumplen con un mismo perfil: son jóvenes, pobres, morenas, con rasgos indígenas y migrantes muchas de ellas. Por lo tanto, se puede decir que estas víctimas del feminicidio son “escogidas” no solamente por el hecho de ser mujeres, sino por ser pobres y carentes de medios que facilite invisibilizar sus asesinatos. El feminicidio en Ciudad Juárez se trata de un problema de género, raza y clase social.
Nunca durante la historia del feminicidio en Ciudad Juárez, se registraron cifras tan elevadas como durante los años 2009 a 2011 y este hecho es aceptado incluso por las fuentes oficiales citadas anteriormente. “En 24 meses, 469 ultimadas en el estado, más de la mitad que en casi dos décadas, señalan. Con un saldo de 306 mujeres asesinadas durante 2010, Ciudad Juárez registró el mayor número de feminicidios de los últimos 18 años” (Villalpando, 2011).
Estos fueron años durante los cuales las fuerzas federales se hicieron presentes a gran escala en las calles de esta frontera. Para los habitantes de Ciudad Juárez resultó evidente la relación directa entre militarización y el aumento significativo en el número de crímenes de todo tipo: ejecuciones, desapariciones forzadas, secuestros, extorsiones, “car-jacking”, “House-jacking”, etcétera. El feminicidio, la trata y la desaparición forzada de mujeres no fueron la excepción. Sin embargo, el foco de la atención pública ya no estaba más en estos temas en ese año, sino en la llamada “Guerra contra el Narcotráfico”.
A partir del 2013 hubo un aparente “descenso” de la violencia en general. Sin embargo, durante este 2017 hemos vivido nuevamente un repunte de los feminicidios y las desapariciones de mujeres. “Se registraron dos casos de feminicidios en Ciudad Juárez elevando a 22 muertes de mujeres este año, considerada una cifra alta, ya que en el 2016 a estas fechas no habían registrado casos de feminicidios. También se registraron en las últimas horas seis homicidios de varones en un fuerte incremento de la violencia este año que comienza a alcanzar cifras similares a las del 2008” (La Jornada, 19 de marzo 2017).
Deja un comentario