SOLIDARIDAD CON EL ÉXODO MIGRANTE; DEMANDAMOS GARANTÍAS Y LIBRE TRÁNSITO

#CaravanaMigrante | Un éxodo de más de 7 mil personas viene atravesando México desde Honduras. Mujeres, Niñas, niños, hombres de todas las edades vienen caminando desde Centroamérica en busca de trabajo y pan; vienen de las tierras donde las constantes intervenciones estadounidenses, la derrota de la revolución centroamericana, las imposiciones de regímenes políticos al servicio de Washington; la expoliación de la población, el constante saqueo de recursos y el desarrollo de mega proyectos, condujo a la barbarie.

Desde finales de 2017 y hasta marzo de 2018, en Honduras se vivió una extensa jornada de movilización y protesta contra el fraude electoral que llevó a Juan Orlando Hernández (JOH) a reelegirse sobre un baño de sangre y militarización total de ese país. Sobre decenas de muertos, oficialmente reconocidos 33, JOH se ungió como presidente espurio de ese país apoyado por la Casa Blanca y los gobiernos cómplices de la región, incluido el de Peña Nieto en México, quien el 19 de diciembre fue de los primeros en reconocer “el triunfo democrático” del candidato del imperio, cuando la población disputaba batallas campales en las calles denunciando el fraude y llamando a la insurrección popular.

El trato que el imperialismo estadounidense dio al fraude electoral de JOH y la movilización popular en Honduras, contrasta enormemente con el apoyo que ha dado a los llamados “guarimberos” en Venezuela, a quienes arropa y propagandea a favor de la caída del régimen chavista encabezado por Nicolás Maduro; de la misma manera que lo hace a favor de las movilizaciones contra Daniel Ortega.

Las movilizaciones contra el fraude electoral en Honduras fueron antecedidas por el golpe de Estado militar financiado y promovido desde Washignton, contra el nacionalista burgués Manuel Zelaya quien perfilaba un bolivarianismo centroamericano. Por supuesto que el imperialismo estadounidense en voz de Barak Obama no dudó en reconocer, seguido las maniobras políticas que garantizaron la confiscación de libertades democráticas y precarización de la población hasta nuestros días, al régimen emanado del golpe militar.

Todo eso se omite hoy por parte de los medios golpistas que han saludado con su silencio cómplice, la pérdida de libertades. Hoy hablan de la llamada “Caravana Migrante” como si fuera un “fenómeno” y no de un verdadero éxodo de centroamericanos quienes buscan refugio, seguridad, comida, empleo, educación, salud, vida diga; un proceso que ya no tiene vuelta atrás.

Son hondureños, jamaicanos, guatemaltecos, nicaragüenses, salvadoreños, todos trabajadores internacionales, vienen avanzando y a su paso se suman las víctimas de la guerra de clases en México quienes también han esperado una oportunidad de cruzar hacia Estados Unidos.

Trabajadoras y trabajadores cargando con sus familias y su historia evidencian que el capitalismo en la presente etapa le niega a la clase trabajadora el único derecho que debería asistirle bajo el capitalismo: el derecho al trabajo.

¿Y por qué van hacia Estados Unidos? Porque es el lugar a donde se han llevado la riqueza. Después del saqueo y la depredación, Centroamérica, México incluido, mira a la potencia imperialista como la única capaz de satisfacer las necesidades a corto plazo a pesar de ser el origen de la miseria de nuestros pueblos.

Donald Trump por su parte trata de utilizar a su favor el éxodo migrante para fortalecer su política xenófoba frente a las elecciones intermedias, apoyado por los gobierno de México, Guatemala y Honduras. Las marionetas del imperialismo yankee cierran sus fronteras, disponen de retenes militares, amenazan y humillan; impiden la libertad de tránsito como extensión de la política migratoria de Estados Unidos en un ejercicio vergonzoso de perro del amo quien jalado con fuerza de su correa, se abalanza contra el éxodo intentando evitar se acerquen a la casa del amo.

A pesar de los intentos de contención, la desesperación y masividad del éxodo han hecho que cualquier prueba que en el pasado se consideró invencible, sea sólo cualquier trámite. Y esto pese al discurso xenófobo y la violencia que se está promoviendo en estos momentos para provocar el rechazo en donde se suponía debía ser la última frontera de Estados Unidos, la frontera sur de México.

Desde el Grupo de Acción Revolucionaria llamamos a la más amplia solidaridad con el éxodo migrante a su paso por México. Los socialistas decimos que la desesperación debe ser tan grande como para atreverse a caminar sobre una gran fosa común de nuestros tiempos, producto de la llamada “guerra contra el narco”, la militarización y la violencia.

Rechazamos el trabajo sucio que el gobierno de Enrique Peña Nieto realiza a favor del imperialismo Yankee y a favor del xenófobo y racista Donald Trump. Exigimos libre tránsito y garantías para el éxodo migrante y llamamos a reforzar nuestra unidad con el pueblo latinoamericano, con la clase trabajadora y extender nuestros lazos internacionalistas.

Convocamos al conjunto de explotados y oprimidos a levantar una lucha común por arropar al éxodo migrante y en la misma perspectiva, a la lucha común de los explotados y oprimidos por expulsar al imperialismo de nuestros países; derrotar las políticas anti inmigrantes de Estados Unidos y el trabajo sucio de los distintos gobiernos de América Latina a favor de Donald Trump.

Desde la perspectiva de apoyo, lucha y solidaridad de clase, los socialistas del Grupo de Acción Revolucionaria ponemos a disposición nuestras modestas fuerzas y ya hemos dispuestos puntos de acopio en Ciudad Universitaria de la UNAM para recibir apoyo destinado al éxodo migrante.


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