Un cuadro de crisis capitalista mundial
La crisis capitalista mundial está golpeando con fuerza en América Latina. No sólo se trata del derrumbe de las experiencias de gobiernos nacionalistas burgueses y centroizquierdistas como en el caso de Brasil, Argentina, Venezuela y Nicaragua. América Latina ha destacado por mayor concentración de violencia y precarización de la vida, y donde las mujeres, concretamente las mujeres pobres trabajadoras, campesinas e indígenas hemos padecido con mayor fuerza la brutalidad de la explotación en estos países coloniales también mal llamados “subdesarrollados”, donde nos encontramos en abierto retroceso de las conquistas históricas alcanzadas en los últimos 50 años en todo el mundo.
La victoria de Jair Bolsonaro cierra por un lado el período de crisis política y abre una etapa de crisis que va más allá de las fronteras de Brasil: plantea una alianza más agresiva con el imperialismo yanqui, se inserta en el cuadro de la guerra económica internacional y amenaza el equilibrio interno precario de los estados nacionales de América del sur, incluida la violación soberanías políticas. Esto tendrá un componente importante en el movimiento internacional de mujeres, pues ha nacido un nuevo polo de empoderamiento político de los sectores ultra conservadores que miran en los avances de los movimientos nacionales e internacionales de mujeres, una afrenta de primer orden que hay que derrotar de forma aleccionadora.
El desvío derechista en Brasil tiene lugar en un continente sacudido por las convulsiones económicas, el derrumbe social y las crisis políticas. Miles de centroamericanas y centroamericanos se encuentran marchando hacia el norte, organizados, sin el trabajo de ninguna organización política, para escapar de la miseria y la muerte en sus países. Es un testimonio de la crisis gigantesca que atraviesa América Latina. En Costa Rica, una huelga general prolongada, y en Nicaragua, una rebelión popular, han hecho frente a las contrarreformas laborales. Mientras que en países como Argentina los ataques a los derechos de las y los trabajadores tienen características multifacéticas, y las respuestas populares no disminuyen en intensidad.
El movimiento Internacional de Mujeres
Todo lo anterior también permite comprender de mejor forma el porqué del ascenso y dinamismo del movimiento de mujeres a nivel internacional, con especial atención en América Latina, donde la fuerza popular ha arrojado a millones de compañeras a las calles en la defensa y conquista de los derechos democráticos.
Desde las movilizaciones de Ni Una Menos en Argentina en el 2016, que tuvieron eco en varios países de Latinoamérica, las movilizaciones en Polonia en contra de leyes prohibitivas del aborto y derechos reproductivos de las mujeres, hasta la gran marcha de mujeres en enero del 2017 en Estados Unidos, son expresiones contundentes del ascenso del movimiento de mujeres de masas; mientras que en Irlanda, país con población mayoritariamente católica, las mujeres conquistaron su derecho a decidir sobre su cuerpo haciendo posible el aborto legal, seguro y gratuito.
En estos países se ha logrado consolidar movimientos amplios y heterogéneos de mujeres que luchan por su emancipación, por arrancarle al Estado capitalista derechos históricamente negados; son, un primer ejemplo para América Latina y el mundo que demuestra que las conquistas de las mujeres se ganan movilizadas en las calles, universidades, centros de trabajo y no a partir de cabalgar las crisis ni de la “buena voluntad” de los gobiernos.
En este marco también es posible observar que la decadencia capitalista y sus crisis cada vez más intensas no pueden ser capitalizadas en forma sostenida por los explotados en movimientos amplios. Existe una crisis de dirección que se expresa en todas las luchas sociales, incluido el movimiento de mujeres, que manifiesta la contradicción entre el agotamiento y decadencia del capitalismo, la pérdida por lo tanto de su iniciativa histórica y la inadecuada comprensión de esta situación por parte de las masas movilizadas.
El factor fundamental de la crisis de dirección es la ruptura de la continuidad histórica de las luchas de clase obrera. Las masas enfrentan un vicio histórico que culmina en movilizaciones emergentes, que no profundizan y no tienen perspectiva.
Movimiento Nacional de Mujeres
El movimiento de mujeres en México se enmarca en un contexto sociopolítico y económico devastado. La implementación de las políticas neoliberales se ha encargado de despojar y precarizar la vida de la clase trabajadora; donde las mujeres somos objeto de inimaginables agresiones, crímenes e impunidad y sentimos profundamente el avance de las políticas de expoliación de la clase trabajadora en su conjunto.
La violencia que se vive en México contra las mujeres ha alcanzado niveles inimaginables: cada cuatro minutos una mujer es violada, siete mujeres son asesinadas a diario y no existe ningún castigo para los culpables, ni justicia para las víctimas. En la realidad del país es imposible ocultar a las miles de muertas y desaparecidas; las miles de mujeres víctimas de trata y prostitución; las mujeres acosadas y agredidas, la inseguridad, la negación de derechos, explotación y despojo para las mujeres y sin embargo el Estado no ofrece una salida a esta grave problemática.
De esta forma se ha ido configurando el movimiento de mujeres actual en México, caminando de la mano de las denuncias y las víctimas de la violencia, y tomando impulso con el movimiento internacional de mujeres que ha permitido alcanzar otros escenarios en la movilización nacional, colocando nuevamente en el reflector nacional al movimiento de mujeres y la agenda.
El pasado 8 de agosto, una nueva ola de movilización internacional del movimiento de mujeres, también llegó a nuestro país, en el marco de la acción global por el aborto legal, seguro y gratuito. Organizaciones feministas y de mujeres independientes agitamos el país y colocamos en el terreno de la movilización a miles de compañeras que nunca habían tenido alguna experiencia política ni acercamiento con el movimiento de mujeres ni con sus reclamos. Salimos juntas a las calles con el reclamo del aborto legal para todas, incluso en estados ultra conservadores como Guanajuato, Nuevo León y Chihuahua.
Ese mismo 8 de agosto fue la antesala para que el 28 de septiembre, se lograrán acciones con el reclamo unitario del aborto legal, seguro y gratuito en todo México en 27 estados de la República. Esto nos permite ver la posibilidad de levantar un Movimiento Amplio de Mujeres con horizonte en la conquista de nuestros derechos democráticos, que a corto y mediano plazo pueda identificar los elementos sistémicos sobre los que se basa nuestra opresión, para identificar la necesidad de la caída del binomio capitalismo-patriarcado.
El movimiento de mujeres en México, también está caracterizado por la incomprensión de la actual crisis capitalista y su desarrollo, como origen de nuestra opresión; está circunscrito en la falta de alianzas entre las organizaciones de mujeres y por la ausencia de una dirección nacional independiente que plantee un programa político que nos represente a la mayoría.
Fue la exigencia del aborto legal, seguro y gratuito en todo el país un factor que dio fuerza al movimiento en México; a partir de esta, las mujeres hemos confrontado a la iglesia y al Estado burgués quienes son los principales responsables de nuestra opresión. Tal es su miedo que estos grupos de anti-derechos se movilizaron en contra de nosotras, predicando “salvar las dos vidas”.
Por otro lado, legisladoras y legisladores de Morena han presentado ya proyectos de ley en el congreso para despenalizar el aborto en el país, y es necesario precisar que estas iniciativas se presentaron por dos factores: el primero, la movilización en las calles de las mujeres ha sido lo que ha marcado la agenda legislativa, presionado para colocar el tema en la agenda pública del país a través de iniciativas de ley presentadas en las cámaras; y el segundo, el régimen político se ha montado en el movimiento de mujeres para legitimarse. Por ello, decimos que no podemos esperar a que nuestro derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida sea una concesión del gobierno de Morena ni de ningún gobierno.
Independencia política del movimiento de mujeres
Las representantes de los partidos burgueses no representan al conjunto del movimiento de mujeres; hoy pretenden decirnos que la legalización del aborto depende de su voluntad política para concretarse porque son ellas quienes tienen el aparato para poder concretar la legalización y despenalización del aborto en esta etapa de debilidad del movimiento independiente de mujeres. Pero ello sólo es un factor temporal que, a pesar de todo, no ha impedido a este movimiento de mujeres en las calles, marcar la agenda de debates nacionales y por la vía de la movilización impulsar los reclamos para que se conviertan en ley.
Sostenemos que es un error político estratégico que el movimiento de mujeres deposite todas nuestras fuerzas en el gobierno entrante; el contexto histórico y la lucha internacional nos deja en claro que la emancipación de las mujeres será posible sólo por el trabajo de nosotras. Únicamente la independencia política del movimiento podrá marcar una agenda que represente a las indígenas, migrantes, trabajadoras, estudiantes, amas de casa, lesbianas, a las mujeres que hoy son explotadas sexualmente. El gobierno de Morena que en variadas ocasiones ha mencionado poner a consulta nuestros derechos, deja en claro que sus intereses están por encima de nuestros derechos y libertades.
Frente a la crisis capitalista actual y para ponernos a la altura de la lucha de clases y del movimiento internacional de mujeres, es urgente que levantemos un Movimiento Amplio de Mujeres en el México para frenar la ola de violencias, explotaciones, feminicidios; necesitamos revolucionar este mundo violento, explotador y opresivo, y nuestra participación y dirección de carácter independiente es esencial para lograrlo. Es urgente y necesario concretar un programa de lucha a nivel nacional, que sirva como base para levantar y sostener el movimiento nacional con perspectiva internacionalista y colocar la agenda de movilización que dé paso a fortalecer nuestras luchas en la perspectiva de derrotar al capitalismo patriarcal.
Para aportar decisivamente a la lucha de las mujeres en el marco de la crisis capitalista mundial, es necesario golpear al capital. Desde cualquier otra óptica seguiremos contribuyendo para no condenar los mejores esfuerzos del movimiento de mujeres al fracaso, a la oenegización y a su sometimiento tras direcciones que no buscan un cambio radical de las condiciones de explotación, opresión y violencia.
Desde Rosas Rojas, organización de mujeres feministas socialistas, te llamamos a agruparnos bajo esta perspectiva.
¡Las mujeres luchando y el mundo transformando!
Agrupación de Mujeres Feministas-Socialistas
Rosas Rojas
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