El origen de la celebración del día de las madres en México

Atzin Balderas, Carla Castro y Shahin Corona 

En el marco del 10 de mayo “día de las madres” en México, recordamos el origen de esta celebración en nuestro país y como ha sido retomada y resignificada por madres de víctimas de feminicidio, homicidio y desaparición forzada para exigir justicia y reparo del daño, así como por el movimiento de mujeres para decir que la maternidad será libre y voluntaria o no será.

Origen del día de las madres en México

A principios del siglo XX, el estado de Yucatán vivía un clima social que permitió la participación de las mujeres en asuntos públicos gracias al trabajo de las ligas feministas apoyadas por los gobernadores Salvador Alvarado y Felipe Carrillo Puerto, como resultado en 1917 se celebra el primer congreso feminista en México.

Durante el periodo de gobierno de Felipe Carrillo se realizó en Mérida la repartición de folletos que promovían la anticoncepción, el título de tales folletos era: La limitación de la familia o la brújula del hogar, de Margaret Sanger, una enfermera estadounidense que se dedicaba a informar a las mujeres sobre el uso de métodos anticonceptivos y por lo cual fue aprehendida en varias ocasiones e incluso se vio obligada a salir de su país para evitar el encarcelamiento.

El periódico Excélsior denunció la repartición de los folletos y la opinión pública claramente conservadora condenó el hecho, lo que fue aprovechado por el entonces director del periódico Rafael Alducin. Fue en ese año que se encargó de realizar una campaña que retomó de Estados Unidos para festejar a la madre mexicana como parte de una reacción conservadora contra la intención de que las mujeres tomaran las decisiones sobre su reproducción. A su campaña se sumaron personajes políticos y religiosos como José Vasconcelos y el entonces Episcopado mexicano con el objetivo de impulsar un discurso sobre la familia tradicional en el que los roles de cada integrante quedaran bien establecidos, especialmente el correspondiente al de la madre, quien históricamente ha sido la encargada de gestar, educar y cuidar a sus hijos de manera incondicional reproduciendo los valores morales.

Esta campaña funcionó además con la ayuda de los medios de comunicación que entonces existían. Los periódicos difundían noticias y recomendaciones sobre la lactancia, la crianza, la educación de los hijos y los atributos de la “buena madre”. Aprovechando los términos mediáticos, los grandes empresarios promovieron la compra de artículos de uso doméstico que únicamente tenían como objetivo reafirmar el único lugar que se quiere dar a la mujer: el hogar.  Como resultado del éxito que tuvo esta campaña, en 1949 fue construido el monumento a la madre en la Ciudad de México gracias a la iniciativa del periódico Excélsior.

El festejo ha pasado a lo largo del tiempo bajo un discurso que excluye la desigualdad que se vive como resultado de la maternidad, el desgaste físico y psicológico, las dobles jornadas de trabajo, el dinero y tiempo invertido en la maternidad y solo se ha encargado de predicar la moral religiosa que coloca a la madre como la mujer sumisa, recatada, piadosa y devota.

“Margaret Sanger no ha sido la única activista encarcelada por difundir los métodos anticonceptivos entre las mujeres. En México, en pleno siglo XXI se continúa criminalizando a las mujeres que abortan en los diferentes estados de la República, a excepción de la Ciudad de México gracias a que en el año 2007 fue aprobada la Interrupción Legal del Embarazo (ILE)” (1)

“Parecería que la dificultad radica en ver a las mujeres como sujetos en su propio derecho”(2).

Los medios de comunicación, la iglesia y el Estado continúan reforzando el roll conservador que se ha establecido para la mujer. Los contenidos mediáticos siguen intentando ocultar toda información que nos invite a las mujeres a cuestionar los roles que se nos han impuesto y por el contrario, reproducen mitos y mentiras que nos mantienen explotadas por el trabajo doméstico y la maternidad forzada justificada bajo el falso discurso del instinto maternal.

El mito del instinto maternal y un poco de ciencia

Todos los mamíferos hembra poseen respuestas maternales o “instintos”, sin embargo, esto no quiere decir que toda madre que dé a luz está automáticamente preparada para criar ni que todas las mujeres deban y quieran ser madres. Más allá de la biología, las estructuras sociales han desempeñado un papel importante en la comprensión de la maternidad. Hombres y mujeres somos seres sociales y realizamos vínculos estrechos con otras personas fuera de nuestro núcleo familiar o con personas con las que no estamos íntimamente relacionados y en todos estos vínculos hay un proceso hormonal presente.

Durante el embarazo, parto y lactancia se dan transformaciones neuroendocrinológicas que involucran principalmente a la hormona oxitocina conocida también como la “hormona del amor”. Esta hormona ejerce funciones como neuromodulador en el sistema nervioso central modulando comportamientos sociales, sentimentales, patrones sexuales y la conducta parental tanto en hombres como en mujeres.

Bajo el mito del instinto maternal, se ha controlado el cuerpo y la vida de las mujeres, tanto así que se hace todo lo posible para evitar que salgamos del molde y se nos castiga socialmente cada vez que retomamos nuestro derecho a decidir, como en el caso de la criminalización del aborto, la elección de la no maternidad y la maternidad tardía que viene acompañada del paquete de óvulos congelados.

La maternidad es todo un negocio para este sistema capitalista patriarcal, que busca seguir reproduciendo fuerza de trabajo barata y esclavas que sirvan en casa a sus trabajadores remunerados. Realidad dolorosa en un mundo donde la mujer es la más pobre entre los pobres, poseedora de menos del 1% de las tierras, donde ganamos menos, donde la sociedad normaliza que se lucre con nuestro cuerpo, donde cuando se trata de nosotras, los “derechos humanos” no importan.

Frente a esta lucha que seguimos levantando, aún quedan muchas batallas por conquistar y una de ellas es esta desigualdad educativa, salarial y laboral como producto de la discriminación, del machismo y del sexismo que acompaña a la maternidad y a la crianza obligada, en donde todavía se asume a las mujeres como únicas encargadas de los cuidados primarios, de la crianza de niños y niñas y del trabajo doméstico. He aquí los orígenes de la desigualdad educativa y salarial: ser mujer y ser madre. En México, de cada 100 mujeres de 15 años y más con al menos un hijo, solamente 36 de ellas terminan la secundaria y 33 la educación media superior y superior.

Ser mujer no es sinónimo de ser madre, la maternidad es una opción y una decisión que idealmente deberíamos tomar comprendiendo cómo esta afecta directamente la manera en que el mundo entiende a las mujeres de manera colectiva. Retomemos la fecha para resignificarla, reconozcamos el trabajo invisibilizado de las madres y hagamos conciencia exigiendo una paternidad a la par. Cambiemos la manera de enfrentar la maternidad, fomentemos una corresponsabilidad paternal en las tareas del hogar y el cuidado de los hijos.

En lugar de juzgar a las mal llamadas “madres luchonas” encaremos la realidad de las paternidades ausentes y las violaciones en el noviazgo y dentro del matrimonio. Visibilicemos la realidad que viven muchas madres con sus hijos e hijas secuestradas, violadas y asesinadas y que hoy siguen gritando justicia para ellas.

Este 10 de mayo las madres alzan su voz por sus hijas

A 97 años de la instauración del 10 de mayo, madres de víctimas de femicidio y de desaparición forzada han retomado en los últimos años esta fecha para seguir luchando por justicia y por la búsqueda de sus hijos. Históricamente han sido las madres de víctimas de estos casos, quienes han estado y están en primera fila reclamando justicia y la aparición con vida de sus hijas, hijos y familiares.

En la Ciudad de México y en varios estados del país, en los últimos años, madres de víctimas de desaparición forzada, feminicidio y homicidio han realizado marchas que exigen justicia para sus hijas e hijos, retoman este día para visibilizar sus casos y la impunidad que existe en el sistema de justicia mexicano. Este día las madres denuncian el gran calvario que han tenido que vivir para poder obtener respuestas ante sus demandas legítimas. En medio de los festejos “por el día de las madres”, el dolor se hace presente para muchas madres que han perdido a una hija o hijo, víctimas de la violencia e impunidad que existe en México, una fosa común que tiene más de 40 mil desaparecidos.

Hoy, el movimiento de mujeres en su conjunto ha cuestionado nuevamente con fuerza el tema de la maternidad libre y voluntaria y no por imposición, retomando el monumento a la madre como uno de los centros donde se han convocado a movilizaciones a favor del aborto legal, seguro y gratuito en todo México.

Este 10 de mayo son cada vez más mujeres que resignificamos este día como un día de lucha en el que ponemos por delante la justicia para las miles de asesinadas (os) y desaparecidas (os), presentación con vida y reparo para las víctimas de estos delitos, así como reivindicar que la maternidad será voluntaria o no será y el aborto legal, seguro y gratuito en todo México.

¡Este 10 de mayo miles de mujeres gritaremos con fuerza, vivas y libres nos queremos, justicia para todas las asesinadas y desaparecidas!

¡La Maternidad será libre y voluntaria o no será! y 

¡Aborto legal, seguro y gratuito en todo México!

1 (Amor Teresa Gutiérrez Sánchez, El 10 de mayo “día de la madre en México o de cómo imponer un modelo de maternidad. (Reflexión sobre el festejo a un modelo único de maternidad))

2 (Martha Acevedo, “El diez de mayo”, 1982)

 

 


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