Un sistema socioeconómico agotado: El cambio climático el grito de auxilio del planeta.

“El capitalismo tiende a destruir a sus dos fuentes de riqueza: la naturaleza y los seres humanos”

C.Marx

Alfredo Herrera

Una de las claves para entender el cambio climático  y el deterioro ambiental, parte de conocer los daños causados por el sistema de producción capitalista, un sistema que causó una aceleración en la industria para generar mayores ganancias a la clase burguesa, la mayor parte del calentamiento  global ha sucedido en las últimas tres décadas debido a que los Gases Efecto Invernadero(GEI) tienen actualmente una concentración en la atmósfera mayor que cualquier otro periodo en los últimos 800.000 años. La concentración de CO2 en la atmósfera es alrededor de un 40% superior a la que existía antes de 1750. Estamos hablando de que  el calentamiento global es provocado mayoritariamente por el aumento de CO2, lo comprobamos en los siguientes datos : entre 1995 y 2015, la concentración en la atmósfera de CO2 ha aumentado desde 360 ppm (partes por millón) hasta 400 ppm; las emisiones de este gas provocadas por los combustibles fósiles han crecido desde 6.5 GT Carbón/año (1 GT = 1.000 millones de Toneladas) en 1995 a 10 GT Carbón/año en 2015.[i]

Como todos los sistemas socioeconómicos, el sistema capitalista tiene un dominio ideológico para reproducir  sus ideas y mantener el régimen vigente, con el fin de ocultar y deformar, cuanto ocurra en la estructura socioeconómica. Lo anterior se puede materializar en el discurso individualista que han generado los ideólogos y propaganda burguesa, atribuyendo el cambio climático y los escases de recursos, como el agua, a un mal cuidado o un mal uso por parte de la mayoría de la población,  no de una minoría que posee los medios para producir materiales de consumo, además, habrá que sumar que existe la tendencia a privatizar elementos, como el agua, para seguir generando ingresos, un ejemplo de esto, es el fracking. Sobre esta base, que mezcla el conservadurismo y el miedo, se ha instalado el negacionismo climático, hoy difundido mediante mentiras a través de la prensa afín y las redes sociales.

La importancia de denunciar y reconocer al sistema como el causante del deterioro ambiental, radica en la forma  de accionar ante el problema, por un lado, tenemos organizaciones como Greenpeace que exclusivamente se dedican a una propaganda de acciones individuales, o como el acuerdo de París, donde cuya cumbre fue financiada por muchos de los pulpos contaminantes (como Volkswagen), no fijan metas concretas ni obligaciones por país y se  busca lavarse la cara frente a los movimientos ambientales, como lo demostró el reciente portazo de Trump.

A consecuencia de estas limitantes estratégicas por parte de organismos que se encuentran dentro del estado, es que las y los socialistas debemos evidenciar ante nuestra clase que el deterioro ambiental es consecuencia directa del régimen económico vigente.

Datos de un artículo publicado por Oxfam, indican el promedio de emisiones de una persona que se encuentre entre la mitad más pobre de la población mundial es de sólo 1,57 tCO2, un volumen once veces inferior al de la huella de carbono media de una persona perteneciente al 10% más rico.  El nivel medio de emisiones generadas por una persona que forme parte del 10% más pobre de la población mundial es 60 veces inferior al de alguien que pertenezca al 10% más rico[ii].

Esto no es coincidencia, la clase dominante tiene un  alto nivel de consumo, esto sin considerar la producción que generan sus empresas en diferentes sectores, ejemplo, el sector energético. Entre las cumbres sobre el clima de Copenhague y París, el número de mil millonarios de la lista Forbes con intereses en el sector de los combustibles fósiles ha pasado de 54 en 2010 a 88 en 2015, mientras que el conjunto de sus fortunas personales se ha incrementado en un 50%, pasando de más de 200.000 millones de dólares a más de 300.000. [iii]

Otros datos extraídos del Banco Mundial ha revelado que, en  52 países analizados, la mayoría de la población vive en países donde las personas pobres (definidas como el 20% más pobre de la población nacional) son más vulnerables ante desastres como las sequías, las inundaciones y las olas de calor que la media del conjunto de la población, especialmente en muchos países de África y el Sudeste asiático. [iv]

Los datos anteriores marcan y evidencian las contradicciones dentro del sistema actual, nos deja en claro que la lucha de clases existe hasta en el aire que respiramos, y que si no detenemos el sistema actual  nos arrebataran la vida. El reemplazo del sistema económico actual es necesario, nos remontamos a la frase de Rosa Luxemburgo: “Socialismo o muerte”, sin embargo las condiciones naturales del planeta han hecho que aquella consigna se convierta en: “Socialismo o extinción”.

La alternativa será reemplazar los modos de producción  por un sistema planificado  centralmente, en función de las necesidades de la población, y no del  lucro burocrático burgués, con apoyo de la tecnología que la humanidad ha desarrollado y podrá desarrollar. Esto es posible, únicamente, bajo un gobierno de trabajadores.  Las pruebas están puestas sobre la mesa, es tiempo de salir a las calles antes de que sea demasiado tarde.


[i] Ignacio Mártil, El calentamiento global: datos, alarmas e incertidumbres. Rebelión.2019.

[ii] Gore, Timothy. Extreme Carbon Inequality: Why the Paris climate deal must put the poorest, lowest emitting and most vulnerable people first, 2015.

[iii]  Forbes, lista de milmillonarios. Es posible consultarla en tiempo real en: http://www.forbes.com/billionaires/list/#tab:overall

[iv] S. Hallegatte et al. “Shock Waves: Managing the impacts of climate change on Poverty”, https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/22787/9781464806735.pdf


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