EL PAPEL DE LA MUJER FRENTE A LA DESIGUALDAD EDUCATIVA-VIRTUAL

Olga Rosas 
Atzin B. Morales
Dulce Mireles
Militantes de Rosas Rojas-GAR

Dos de cada cinco hogares en México y América Latina están a cargo de las mujeres, quienes nos hemos visto a afectadas por la pandemia de una manera desproporcionada, puesto que el aumento en las tareas de cuidado atribuidas dentro del sistema capitalista y patriarcal a nosotras se ha traducido en una mayor exposición de precariedad en el empleo y en la educación.  


En cuanto a la cuestión educativa y su nueva normalidad, es necesario comenzar a señalar las carencias en el marco de la pandemia, sobre todo ante el comienzo de las clases virtuales y televisadas forzosas, que han cargado aún más el peso de la crisis sobre las espaldas de las mujeres trabajadoras.


El cierre de escuelas, de espacios públicos y guarderías como respuesta a la pandemia ha agravado aún más las tareas no remuneradas de las mujeres dentro del hogar y la división sexual del trabajo. Antes de la aparición del confinamiento, las mujeres latinoamericanas ya dedicaban casi 3 veces más tiempo al trabajo de cuidado no remunerado que los hombres.  La crisis sanitaria ha generado que las mujeres nos encontremos en la primera línea de trabajo, con una variedad de labores y como cuidadoras de los hijos y del hogar, ante esto, una vez más el sistema capitalista y patriarcal visibiliza sus contradicciones, pero ahora dentro del contexto de pandemia.


El pasado 24 de agosto dieron comienzo las clases a distancia y con ellas una nueva dinámica en la que las mujeres se ven arrojadas a asumir  ahora el rol de profesoras dentro del hogar, pues han tenido que hacer un espacio más en su agenda de crianza. ¿Qué pasa con los hijos de madres trabajadoras, docentes y personal de la salud, o con aquellas que tienen más de dos trabajos aparte del que llegan a realizar en sus casas ? es decir, quienes enseñan a las que preparan las clases y atienden a los enfermos durante esta crisis sanitaria o ¿Quiénes les enseñan a aquellas mujeres que por tiempos históricos diferentes, no pudieron tener la oportunidad de acceder al sistema educativo y ahora tienen que ser ellas quienes sean acompañantes de las hijas/hijos o nietas/os para que continúen estudiando?; no olvidemos que tiempo atrás a las mujeres no se les permitía asistir a la escuela porque su papel fundamental en esta sociedad era ser madres y amas de casa. 


Incluso aquellas mujeres que pudieron acudir a la escuela no cuentan con una formación para ser docentes, sumado a la brecha educativa que existe entre hombres y mujeres ampliamente documentada. De la misma forma mencionamos a madres jóvenes que también ahora tienen que repartir sus actividades de cuidado del hogar y educación a sus hijas e hijos y que muchas veces se han visto obligadas a abandonar sus estudios; producto de la carga de trabajo que tienen sobre ellas, ya que en las mujeres sigue recayendo socialmente la obligación de cuidar y educar a los menores. 


Sería muy fácil decir y señalar que en el caso de las mujeres madres jóvenes deban también ahora “hacerse cargo” aun más, de esa educación sin entonces señalar que la mayoría son madres solteras y que los “padres jóvenes” no se hacen cargo de ese papel ni pretenden mayoritariamente ponerlo sobre la mesa, para también llevar a cabo el papel de acompañantes de la educación de sus hijas e hijos.


El gobierno Federal pagó 450 millones de pesos a las grandes empresas televisoras privadas del país por este servicio  (Televisa y Tv Azteca). Sin embargo, aún asegurando que las clases se transmiten por televisión, no todos tienen el acceso para llegar a este nueva dinámica educativa o quienes puedan pagar servicios privados y puedan seguir los programas propuestos por la SEP o aquellas mujeres quienes son las que están a cargo de los hijos, no pueden ser un soporte pedagógico para el aprendizaje con esta nueva modalidad.


Las madres  que no tiene estos privilegios y que tienen ahora que desempeñar el papel de educadoras en el ámbito educativo escolar, además de las otras actividades impuestas en un sistema capitalista y patriarcal , implica una inversión de tiempo y un cansancio excesivo para las mujeres, pues una jornada diaria más se añade en su día a día. Un claro por ejemplo los niños y niñas que asisten al CENDI (Centro de Desarrollo Infantil) que tenía como principal objetivo cuidar a los hijos e hijas de las madres trabajadoras durante su jornada laboral, ahora su dinámica ha cambiado y deben de entregarse tareas y realizar los ejercicios que se les pidan a las niñas y niños comprobando que estas están siendo realizadas.  


Las madres que tienen hijos mayores pueden seguir las clases en diferentes horarios para que las niñas y niños de diferentes grados tengan el seguimiento necesario y puedan además reforzar lo aprendido por internet ¿pero realmente se refuerza o da continuidad a lo que anteriormente venían trabajando de manera presencial en sus escuelas?. Esto genera horas de preparación, gastos en material didáctico y de papelería, aprender a usar herramientas electrónicas. 


Además de recalcar de que para que esto se pueda realizar deben contar con esas herramientas electrónicas, cosa que dentro de la desigualdad y la pobreza, así como la crisis económica, dificulta y limita aún más poder contar con ello, sobre todo en las comunidades rurales o periférias de los estados y ciudades del país, por otro lado podemos observar como claramente el entorno y la dinámica se ve modificado entre hijas e hijos hacia la madre, abuela, tía o hermana, lo que para esto implicaría tener mucha paciencia de ambos lados, para continuar con el ciclo escolar, comprender y realizar los materiales que se planearon para esta “nueva educación virtual-televisiva” 


En consecuencia el panorama se complica para las madres “trabajadoras del hogar”, obreras y trabajadoras “informales”, cuyo sueldo es menor y que tienen que salir de casa para trabajar en varios lados durante la semana y desplazarse por largas distancias y horas, siendo la mayoría mujeres madres trabajadoras no aseguradas a pesar de los programas de gobierno que buscan la afiliación al IMSS, pero sin generar mecanismos que obliguen a garantizarles derecho a la seguridad social a quienes siguen sin afiliarlas y aprovechándose de la necesidad y/o falta de conocimientos de sus derechos. 


Ahora bien ¿Todas las familias con hijos en edad escolar cuentan con televisión e internet? un claro ejemplo son los que viven en zonas marginadas, en las periferias y las zonas rurales como ya lo mencionamos, lugares donde no solo carecen de internet o los aparatos electrónicos, sino también de energía eléctrica, según datos del INEGI sólo 45% de los hogares mexicanos cuentan con una computadora, mientras que el 48% no tiene internet o muchos de estos ni la señal de televisión llega y esto refleja que no sólo son carencias pedagógicas sino también económicas  y del Estado que recaen en las mujeres para abarcar y mantener las necesidades en sus casas y familias y garantizar una educación de calidad. Esto nos da muestra de que las condiciones de infraestructura no permiten dar un avance, es decir es lo que pasa dentro de un sistema capitalista neoliberal y de un gobierno que pacta con las empresas privadas dejando a un lado a la clase trabajadora de mujeres así como a las y los docentes. 


La realidad  social actual muestra que no se puede dejar de lado la educación presencial, y que la manera en la que se está llevando a cabo la  nueva educación escolar, rebasa las condiciones sociales de los diferentes contextos en el país. Y sobre todo que no se puede prescindir del papel de enseñanza y acompañamiento de las y los docentes. 

La educación presencial permite a la alumna y al alumno compartir conocimiento, generar reflexiones y escuchar a sus compañeros y compañeras e interactuar, porque en la enseñanza es importante también en el quehacer, en la práctica, y no solo en la reproducción de una educación bancaria, en la movilidad, esta nueva realidad educativa, es benefactora para futuros estudiantes y/o trabajadores y trabajadoras en el ámbito laboral individual y de competencias tecnológicas, pero no para una educación compartida, crítica, reflexiva, empática y de profundización, del trabajo colectivo y de compartir incluso sus materiales a quienes no los tienen como lo podrían ser sus compañeras y compañeros. 


De manera que ¿Los encargados de supervisar y apoyar a los estudiantes saben usar las herramientas para los fines educativos? ¿Quienes plantearon la nueva modalidad educativa en televisión tomaron en cuenta la opinión o las consecuencias y limitantes que podrían existir hacia los diferentes contextos del país? 


Si fuera así, las desigualdades sociales y las problemáticas que se están presentado durante las primeras semanas del inicio del ciclo escolar no estuvieran ocurriendo, si bien su discurso puede parecer “favorable, innovador e inclusivo” por la cuestión que plantean sobre distribuir material incluso en diferentes lenguas indígenas y en el LSM (Lenguaje de señas mexicano) y el uso de la tecnología, pero recordemos que los materiales de la SEP que han sido diseñados de esa misma forma y distribuidos en las comunidades rurales anteriormente no han tenido impacto, ya que no están traducidos desde sus contextos, características y estados, porque cada lengua varía y eso es algo que no está tomado en cuenta, así como para las mujeres indígenas que ahora ejercen como educadoras buscando los medios, se vulnera y violenta aún más la desigualdad y precarización en la que su sistema educativo está, tanto el de ellas al saber, por un lado, aprendizajes educativos básicos, como muchas de ellas no hablar el español.

 
Por otro lado, tomemos en cuenta que la población docente está formada principalmente por mujeres, quienes deben contar con internet y telefonía móvil para continuar con el trabajo y que además invierten muchas horas en preparación de sus clases y para calificar los trabajos de los alumnos. Algunas de ellas se desplazan a casa de sus alumnos para poder darles clase, ya que en sus hogares o comunidades no cuentan con los servicios necesarios para llevarlas a cabo. Esto extendiendo la jornada laboral de las mujeres también trabajadoras educativas como lo son las maestras en el cual su salario o seguridad social no cubre. 


La SEP ha pasado por alto el no considerar que las clases se darán bajo un ambiente de estrés provocado por el confinamiento y sin tomar en cuenta si hay familiares enfermos en casa. Tampoco parece notar que cada madre tiene preparación académica diferente o no la tiene, que incluso habiendo mujeres madres muy preparadas, la mayoría no cuenta con la preparación pedagógica necesaria ni el tiempo para dar clases especiales para cada nivel educativo de sus hijos y que es un peso más para las mujeres, a parte de que les restan tiempos a actividades que también podrían ser para ellas, no únicamente dedicadas a la educación materna.  


Es vital descentralizar la toma de decisiones, tomar en cuenta los diferentes contextos y realidades sociales, las características de las comunidades, colonias, pueblos, barrios, y estados, sus deficiencias y oportunidades, la CDMX no es una representación del país entero, en el cual hay población sin electricidad, internet y que además el español no es el idioma único en México, contando con 68 lenguas indígenas, con sus variables de cada una, y sumando el español. 


También queda claro que la situación actual del sistema educativo no es solo responsabilidad del actual gobierno, sino que es resultado de los años de robo e ineficiencia en el sistema educativo de los anteriores gobiernos que dejaron y que esta es una de las tantas consecuencias, que en la cuestión educativa se refleja, situación que no se puede solventar sólo con clases televisadas o por radio, porque la educación no sólo es memorizar o escuchar durante horas frente a la televisión. 


En el segundo informe del actual gobierno se tomaron no más de 3 hojas y media para hablar sobre el tema de violencia hacia la mujer, y en donde es necesario señalar que no solo hablamos de la violencia física, y que no es la única que se debe abordar, sino toda esta triple opresión y demás opresiones y violaciones a los derechos humanos de las mujeres en los distintos ámbitos sociales, políticos, culturales, educativos, sociales, laborales entre otras. 

Esto denota que aún hay mucho que trabajar y que solo las mujeres de manera independiente podremos conquistar y hacer ley nuestros derechos. El presidente mencionó que tenía como prioridad a los pobres, si fuera así, qué pasa con las mujeres ejerciendo este papel ahora de educación en sus casas, de las mujeres indígenas pobres, de las adultas mayores, niñas y adolescentes mujeres. 


Las cifras de desempleo han crecido y la desigualdad se ha hecho más evidente, la educación actualmente ha dejado de ser pública. Las decisiones tomadas por la SEP han afectado a miles de estudiantes de educación básica y preescolar, media y superior, a mujeres jefas de familia, que han tenido que empeñar sus pertenencias para conseguir computadoras y pagar horas de internet o duplicar su horas laborales. La población poco empática ha romanizado estos esfuerzos y ha tildado de “ignorantes” y “personas que no le echan ganas” a las mujeres  por “no haber planificado su futuro familiar”, que no han podido seguir el ritmo impuesto por las instituciones de educación, demostrando que el capitalismo se reinventa y busca aliados entre sus oprimidos, que compran la idea romántica de igualdad. Y que romantizar la educación en televisión con las mujeres adultas mayores, con comentarios de que “ahora sí podrán seguir sus estudios” es la misma que demandamos, esta romatización es más bien una deuda histórica para las mujeres que en sus tiempos no tuvieron el derecho a la educación, a lo laboral, una deuda histórica que el Estado les debe durante años y es necesario visibilizar actualmente. 


En conclusión, el confinamiento nos muestra una vez más  lo vulnerable de las instituciones educativas; la urgencia pedagógica frente a currícula poco adaptables; la innegable presencia de la tecnología como suplencia del aula tradicional, y el rol del docente. Aunado a ello, el contexto de los hogares y las dinámicas propias de cada núcleo familiar han marcado ritmos de aprendizaje, y han hecho repensar la fallida propuesta pues el COVID-19 ha puesto al descubierto varios temas. En primer lugar, la propuesta educativa mexicana en su sistema escolarizado nacional independientemente de la modalidad se sostiene de pilares. 


Un Pilar crucial es el docente y su rol en el esquema de aprendizaje. Aunque sea muy criticado, el docente es imprescindible para el aprendizaje del estudiante, la interacción con las alumnas y alumnos y en conjunto todos y todas ellas. Los materiales prácticos, y la nula capacidad de gobiernos anteriores y actuales pactando con la privatización de la educación. 


Desde Rosas Rojas, señalamos estas demandas y sabemos que de manera independiente y organizadas, las mujeres de la clase trabajadora, mujeres oprimidas, explotadas, estudiantes podremos conquistar nuestros derechos, exigirlos al Estado y que sean garantizados. 

¡Que la educación sea pública y gratuita en los hechos! 
¡Abajo la reforma educativa! 
¡Deuda histórica para las mujeres adultas mayores en el derecho a la educación! 


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