A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONALES
A LAS ORGANIZACIONES EN DEFENSA DEL CAMPO
A LAS ORGANIZACIONES SOCIALES
AL PUEBLO DE MÉXICO
Ciudad de México a 23 de noviembre de 2020
¡GANAMOS UNA BATALLA AL GLIFOSATO, LOS TRANSGÉNICOS Y LOS AGRONEGOCIOS!
El pasado 23 de octubre la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), subió a la plataforma electrónica de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (CONAMER) el “Decreto por el que se establecen las acciones que deberán realizar las instituciones que en el mismo se mencionan, para programar y coordinar los estudios técnicos necesarios que permitan determinar la seguridad de la sustancia química denominada glifosato y, en su caso, desarrollar la tecnología necesaria que permita tanto su sustitución como el aumento de los niveles productivos con miras a lograr la autosuficiencia alimentaria“; instrumento que no contaba con el respaldo de la Secretaría de Salud, de la de Medio Ambiente ni del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología pues, en esencia, NO detiene el uso del glifosato y el maíz transgénico en México, sino crea un proceso dilatorio para facilitar su importación y uso continuo, sin tomar en cuenta las investigaciones en la materia que han dado cuenta de los importantes aspectos negativos que conlleva dicha sustancia para la salud de la población y el ambiente.
El Decreto, de origen, es ilegal pues como establece la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal en su Artículo 13 “Los reglamentos, decretos y acuerdos expedidos por el Presidente de la República deberán, para su validez y observancia constitucionales, ir firmados por el Secretario de Estado respectivo y, cuando se refieran a asuntos de la competencia de dos o más Secretarías, deberán ser refrendados por todos los titulares de las mismas.” Lo anterior, fue dado a conocer por la misma autoridad regulatoria de la CONAMER a la SADER, en el oficio público CONAMER/20/4357; reiterando que las dependencias involucradas manifestaron públicamente no refrendar la iniciativa.
Este Decreto, que fue bautizado en redes como el Decreto Villalobos-Scherer, nunca contó con el apoyo de la SEMARNAT, de la SSa, o del Conacyt. Lo que significa que el Secretario de Agricultura y el Consejero Jurídico, trataron de violar la Ley para garantizar sus agronegocios.
El rechazo al uso del glifosato y la exigencia de detener el maíz transgénico en México es una demanda histórica que hemos librado cientos de actores políticos, quienes nos hemos movilizado desde una perspectiva crítica, bien informada y sustentada científica y socialmente, en las demandas históricas del campesinado y de la clase trabajadora explotada y oprimida de nuestro país.
La SADER, tras intentar por segunda ocasión publicar un Decreto a favor del glifosato, provocó una reacción organizada desde la izquierda y sus organizaciones, ya que no sólo atenta contra la salud y el medio ambiente, sino que consagra a los agro industriales y en general consolida los agronegocios. Por ello no es extraño que el Secretario de Agricultura Víctor Manuel Villalobos Arámbula y el Consejero Jurídico de Presidencia Julio Scherer Ibarra, fueran sus principales promotores pues están embebidos en los mismos junto al Jefe de la Oficina de la Presidencia, el Ing. Alfonso Romo.
El llamado Decreto Villalobos-Scherer, camina en la tendencia de destruir la soberanía y seguridad alimentaria, y en general la necesidad de poner de pie los procesos de autosuficiencia del campo mexicano, mismo que ha sido obligado a abandonar prácticas tradicionales agroecológicas para ceder ante los agroquímicos y fortalecer los agronegocios.
La organización política del descontento logró un importante triunfo cuando la mañana del jueves 19 de noviembre el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se manifestó a favor de NO aprobar cualquier decreto o ley que permita que se continúen usando estos productos, mismos que dañan la salud de las familias mexicanas y atentan contra la soberanía alimentaria.
“No se va a firmar, no se va a publicar, la instrucción es que no se utilice ese agroquímico en el gobierno, en actividades del gobierno y que Conacyt lleve a cabo una investigación para buscar la manera de sustituirlo, como es indispensable y no hay alternativa en el mundo para que se pueda desechar por completo ese agroquímico, se está limitando, eso es lo que acordamos, en la medida que tengamos opciones se va a ir eliminando por completo.”
El viernes 20 de noviembre de 2020 el Decreto ilegal de SADER no estaba más en la página de CONAMER, habiendo alcanzado más de 650 comentarios en la consulta pública donde apenas una tercera parte eran favorables al decreto; obviamente promovidos por los dueños de los agronegocios. Los agroindustriales están levantando una campaña abiertamente falsa para decir que los comentarios de la consulta en su totalidad fueron a favor de la iniciativa ilegal.
El campo mexicano reclama un necesario proceso de transformación para re-impulsarlo como uno de los sectores económicos con mayor fortaleza en México, para así lograr construir la soberanía alimentaria que fue sistemáticamente destruida en gobiernos anteriores; es necesario construir los procesos de seguridad alimentaria que permita terminar con la importación de alimentos, que acentúa nuestra dependencia alimentaria y contribuye con nuestra dependencia económica hacia las grandes empresas trasnacionales de los alimentos.
El abandono y desmantelamiento del campo mexicano ha repercutido seriamente en las comunidades rurales de México, obligando a su población a buscar otras opciones de trabajo; muchas veces arrojándose a la migración de sus comunidades, con todas las repercusiones sociales que ello implica. Pero también, ha tenido graves consecuencias en los procesos alimentarios y de nutrición de la población en México cuyos resultados derivan en una salud deficiente, siendo de los países que presentan mayores problemas de nutrición y enfermedades derivadas de ello.
Es necesario el apoyo inmediato al campo para reforzar los procesos de agricultura campesina, de cultivos agroecológicos y de protección a la biodiversidad alimentaria de nuestro país, para lograr una alimentación sana. Debemos romper la dependencia alimentaria y dar paso a la soberanía de nuestro campo y cultivos, lo que implica necesariamente detener el uso del glifosato y recuperar procesos agrícolas tradicionales y naturales para el cuidado de los cultivos.
Detener el Decreto Villalobos-Scherer es la muestra clara de que sí puede haber una oposición desde la izquierda al actual gobierno y que la derecha golpista no tiene el monopolio de la palabra ni de las acciones. Por el contrario, refleja la necesidad de avanzar en la crítica y acción organizada para conducir hacia procesos de verdadera transformación que permitan labrar caminos para alcanzar las demandas históricas de los explotados y oprimidos de México.
Una victoria trascendental que se enmarca en la conmemoración de los 110 años del inicio de la Revolución Mexicana, gesta heroica donde el campesinado pobre y las masas de trabajadores se dispusieron a defender su derecho a la tierra con las armas en la mano y de frente a todos aquellos que quisieron claudicar la lucha, en el presente, donde las victorias de esas luchas han sido arrebatadas, toca de nuevo defender el derecho a la tierra y a una alimentación verdaderamente soberana.
Denunciamos el oportunismo de organizaciones como Greenpeace y CEMDA quienes tratan de adjudicarse el triunfo de una campaña que no hicieron, porque al igual que en tiempos de Peña Nieto y la Reforma Energética, simulaban oponerse mientras preparaban su propia inactividad política ante lo que veían como hechos consumados. Hoy quienes rechazamos las prácticas de las organizaciones del capital, ganamos una batalla contra el Glifosato. Le guste o no a los agroindustriales que están metidos en el gobierno y a sus organizaciones.
Llamamos a mantener la organización y lucha contra el uso de agrotóxicos y los transgénicos en México y en el mundo; a todas y todos quienes participaron en la campaña les invitamos a seguirnos organizando para avanzar en la construcción de la soberanía y la seguridad alimentaria, así como en la justicia para el campo.
¡ALTO AL USO DEL GLIFOSATO EN MÉXICO!
¡NO MÁS USO DE SEMILLAS Y MAÍZ TRANSGÉNICO!
¡POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA DE MÉXICO!
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