Jacobo Hernández
Hacia el fin de enero del 2021, un fenómeno particular de la redes sociales hizo temblar, como pocas veces, al sistema financiero estadounidense que está dominado por los inversionistas de Wall Street. En un hecho inédito, una masa virtual de pequeños inversionistas irrumpió en el mercado bursátil de aquel país, un mercado tradicionalmente operado por una exclusiva casta de millonarios administradores de fondos de inversión, provocando severas pérdidas entre estos últimos y ganándose su total repudio. Pocas veces se había observado a estos inversionistas profesionales tan enojados como ahora, inclusive exigiendo a las autoridades estatales su intervención en el mercado, cosa que asombra ante el ferviente discurso pro libre mercado al que uno está acostumbrado a escuchar de la boca de estos individuos. Una reacción que ni los activistas organizadores de “Occupy Wall Street” lograron provocar en el 2011, cuando decidieron protestar por semanas en el corazón del distrito financiero estadounidense contra los inversionistas millonarios que causaron la crisis del 2008, se materializó en esta ocasión, cuando la turba de pequeños inversionistas logró irrumpir en uno de los lugares más preciados por la clase dominante y les ganó en su propio juego.
Organizados en un foro de Reddit (r/wallstreetbets), estos pequeños inversionistas utilizaron una aplicación para smartphone relativamente reciente, Robinhood, para hacer sus compras y ventas de acciones de empresas que cotizan en la bolsa, algo que generalmente requiere contratar los servicios de un corredor de bolsa. Según los creadores de Robinhood, esta aplicación permite a sus usuarios hacer este tipo de transacciones sin “ningún” tipo de comisión (lo cual es falso porque en realidad sí tiene una comisión oculta), además de permitir el acceso a instrumentos financieros sofisticados que normalmente no estarían al alcance de personas que no tienen tanto dinero, efectivamente “democratizando” el acceso al mercado bursátil, a cambio de vender la información de las transacciones del usuario. Estas condiciones favorables llevaron a que se creara recientemente una masa de pequeños inversionistas, los cuales optaron por adentrarse al mercado bursátil por todo tipo de razones, desde obtener dinero para pagar sus deudas hasta hacerlo simplemente para intentar volverse ricos, masa que le dio un golpe a los inversionistas profesionales, a aquellos millonarios que llevan mucho más tiempo en el juego, y que provocó la ira de los mismos.
Para entender el impacto de esta disrupción de mejor forma, es necesario hacer un breve recuento de lo que es el mercado financiero y su relación con la economía real: aunque supuestamente el sistema financiero nace para distribuir de forma eficiente y racional los recursos monetarios entre las empresas, la realidad es que este sistema se ha convertido en un mecanismo por el cual los millonarios extraen dinero de las empresas por medio de toda una serie de apuestas institucionalizadas que se realizan sobre el valor de sus acciones, que llegan al absurdo cuando son las mismas empresas las que privilegian más el valor de sus acciones que las ganancias obtenidas en su propia operación. En efecto, el sistema financiero no es más que un casino sumamente exclusivo en el que se juega con el modo de vivir de la gente y más que nada, introduce suma inestabilidad en el sistema capitalista. Tan sólo hay que recordar los estragos causados por la apuesta al alza del mercado inmobiliario, y la ruptura de esa burbuja, como causa de la crisis del 2008, para entender los problemas que alza el desarrollo de este sistema.
En el caso particular del fenómeno de hace unas cuantas semanas, los inversionistas profesionales a cargo de fondos de inversión, particularmente Melvin Capital, estaban apostando a que las acciones de Gamestop, empresa dedicada a la venta de videojuegos, cayeran en valor, previendo que Gamestop se fuera a la quiebra en cierto tiempo. La forma en la que obtendrían ganancias sería a través de la venta corta (“short selling”), estrategia por medio de la cual se piden prestadas acciones de la empresa objetivo, pagando cierto interés por este préstamo, para venderlas subsecuentemente, esperar un tiempo a que bajen de valor, y después volver a comprarlas a un menor precio y finalmente regresárselas a sus dueños, obteniendo a cambio una ganancia monetaria manifestada en la diferencia entre el dinero obtenido al vender las acciones y el dinero utilizado para volverlas a comprar a menor precio. Claramente esto depende absolutamente de que los pronósticos de los inversionistas sean correctos y de que las acciones de la empresa no suban en valor, que si fuera así entonces presentarían pérdidas al tener que comprar las acciones a un mayor precio. En el caso de Gamestop, en realidad la empresa no estaba generando pérdidas en su operación, sino que estaba en buen estado y simplemente los inversionistas estaban depreciando las acciones de la empresa por debajo de su valor razonable. Generalmente otros inversionistas se darían cuenta de esto y empezarían a comprar las acciones de Gamestop, al saber que el precio de estas acciones estaba por debajo del verdadero, y que obtendrían ganancias si las compraban al momento para venderlas posteriormente a un mayor precio ante su eventual apreciación (venta larga). El caso aquí es que quienes descubrieron este problema no fueron los tradicionales fondos de inversión millonarios, sino unos cuantos usuarios de Reddit que empezaron a organizar y a promover la compra de acciones de Gamestop entre los usuarios del foro. Esto llevo a que las acciones de Gamestop subieran de valor súbitamente y a que generara pérdidas millonarias en los inversionistas profesionales que habían apostado por su depreciación.
Hasta este punto la historia es parecida a las tantas que hay en el mundo financiero, con excepción de los protagonistas. Lo interesante surge cuando los inversionistas profesionales empiezan su contraofensiva contra los jóvenes de Reddit, atacándolos no por los tradicionales medios del sistema financiero, mediante apuestas e inversiones, sino que en esta ocasión utilizaron su poder económico para bloquear las transacciones en la bolsa de la aplicación Robinhood, de modo que los usuarios ya no pudieran seguir comprando acciones de Gamestop y de otras empresas relacionadas. No bastó con esto, sino que por un momento las élites lograron bloquear el servidor de Discord por medio del cual los pequeños inversionistas se comunicaban para planear sus estrategias de inversión, y posteriormente empezaron a reclamar al gobierno a que hiciera algo para detener la inestabilidad generada por la turba de pequeños inversionistas. A través de los medios televisivos se podía ver a altos directivos asociados con Wall Street atacando a los pequeños inversionistas bajo el argumento de que esas no eran las formas de invertir (el famoso argumento de “esas no son las formas”) y prácticamente haciendo de todo para desdeñar a este movimiento que había surgido. Para este momento los jóvenes de Reddit ya habían empezado a comprar acciones de otras compañías que también habían sido víctimas de la depreciación por culpa de los fondos de inversión, como AMC, Blackberry, y otras, provocando más pérdidas entre los inversionistas profesionales. Robinhood no fue la única que bloqueó el mercado bursátil a los usuarios de Reddit, sino que otras plataformas también siguieron.
Los ricos comúnmente hablan del valor del esfuerzo necesario para llegar a una posición privilegiada, hablan de cómo el saber ahorrar e invertir correctamente los llevó a superar a los demás, y sobre cómo la educación financiera es indispensable para resolver la precariedad de la vida. Pero ahora que miles de usuarios en Reddit les hicieron caso y empezaron a invertir inteligentemente en la bolsa de valores, pareciera que ese mantra que les encanta repetir dejara de aplicar, propiciando un cambio súbito de actitud entre las clases dominantes que los llevó a denunciar la estrategia de los pequeños inversionistas como “trampa”, acusándolos de manipular el mercado, algo que en realidad son ellos, los ricos, los que generalmente lo hacen. Efectivamente, esta disrupción en el mercado financiero revela el verdadero pensar de las clases dominantes y su suma avaricia, en donde para llegar a la posición de millonario, la gente forzosamente debe pedirle permiso a los que ya están en esa posición, en una situación ganar-ganar, y asegurarles beneficios, o en todo caso, su promesa de no irrumpir con su acaparamiento de la riqueza, antes de seguir escalando por la escalera social. Todo esto también demuestra la facilidad con la que los ricos se deshacen del discurso del libre mercado en cuanto sus beneficios peligran, mostrando que es un discurso a conveniencia y para nada refleja la forma en la que el mundo verdaderamente opera ni la forma en que la gente llega hasta la cima de la pirámide social: los millonarios operan un club que seguirá manteniendo cerradas su puertas a cualquiera que intente irrumpir por la fuerza.
Como consecuencia de este choque en el mercado financiero, una gran cantidad de gente se dio cuenta de todas las injusticias que operan por detrás del sistema “meritocrático” al cual aluden los millonarios, lo que finalmente llevó a que más gente se uniera con los pequeños inversionistas en esta batalla contra los ricos, al comprar cada vez más acciones de las empresas a las que los inversionistas profesionales habían condenado, e inflar su valor por más allá del razonable, aún cuando esto ya carecía de cualquier raciocino económico. La realidad es que el punto para los pequeños inversionistas dejó de ser la generación de dinero, dando lugar más bien a una proclama general en contra de los ricos, a una forma de molestar a estos individuos que se la viven en sus palacios aislados del pueblo, que se consideran dueños del mundo y que ven a los explotados como indeseados e indignos de su atención, y bien que lo lograron, porque los ricos los voltearon a ver con mucha atención. El impulso que llevó a los pequeños inversionistas a comportarse más como un movimiento social con conciencia de clase surge del creciente resentimiento que existe entre las clases explotadas hacia los burgueses, contra aquellos que se han ido enriqueciendo a costa del bienestar de los demás, aquellos que en el 2008 dejaron desempleados y sin hogares a millones, y que en esta ocasión se dio la oportunidad de darles un pequeño golpe.
El episodio de Gamestop nos mostró a todos con claridad las contradicciones propias del sistema capitalista: un mercado racional que llega a ser manipulado por actores irracionales, y un sistema meritocrático que impide a sus integrantes subir de nivel a través del mérito propio a menos que sea bajo supervisión de los de arriba. Ahora, tampoco hay que sobrestimar las repercusiones económicas del evento, de hecho algunos inversionistas profesionales sí ganaron con la subida en el precio de las acciones de Gamestop. Pero lo importante de toda esta historia es el hecho de que en esta ocasión se generó un consenso entre la gente sobre quiénes son los verdaderos villanos que mantienen al pueblo bajo su yugo: la clase burguesa.
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