El mes de octubre del año 2021 trajo consigo la mediatización de uno de los fenómenos económicos más tomados en cuenta por la clase obrera: la inflación. México tuvo una inflación anual de 6.24% en octubre. Esto atrajo las miradas debido a que se considera un nivel alto: por ejemplo, el Banco de México (Banxico) tiene un objetivo fijo de mantener este indicador entre 2 y 4%. Según los mismo datos del gobierno mexicano, esta inflación es la más alta desde diciembre de 2017 [1]. Aunque, es necesario resaltar, que este fenómeno está asociado a la dinámica general del capitalismo en el mundo, ya que todos los países están enfrentándose a niveles considerables de inflación: Estados Unidos presenta una tasa anual de 5.8%, Brasil de 10.25, Canadá de 4.40% y la Unión Europea de 4.1 [2].
La definición tradicional de inflación se refiere al incremento generalizado de los precios en la economía, esto se mide por medio de un promedio, en México es llamado Índice de Precios al Consumidor (IPC), aunque es importante señalar que dicha medida oculta muchos vaivenes y dispersiones en los cambios de los precios por tipos de bienes, por ejemplo se considera que los bienes agrícolas están asociados a mayores niveles de variación de precios que algunos servicios. Sin embargo, hay que recordar que los precios son la expresión aparente de las relaciones sociales de producción capitalistas, y por lo tanto en ellos están implícitas las luchas que se dan entre las clases sociales por la apropiación del excedente, por ello este indicador nos da señales del estado actual del capitalismo en momentos donde la recuperación económica post-cuarentena parece ser un sueño lejano para la burguesía.
Este artículo busca generar conciencia en la clase obrera y su vanguardia revolucionaria sobre los intentos por reactivar las ganancias por parte de la burguesía que están escondidas detrás de las altas tasas de inflación; además de las consecuencias para el nivel de subsistencia de la clase obrera. A partir de ello se señalarán las perspectivas que el marxismo revolucionario debe impulsar ante lo que parece ser los niveles de inflación más altos en los últimos años en la mayoría de los países capitalistas.
UN MAL NECESARIO: LA INFLACIÓN EN EL CAPITALISMO
Si alguien revisa los medios de comunicación burgueses, parecería que todo el mundo está preocupado por la inflación. Ésta se presenta como una amenaza que acecha la vida humana. David Páramo, un serio representante de la ideología del capital, afirmó el 10 de noviembre en su espacio televisivo que “la inflación genera pobres”, esto sólo por mencionar un ejemplo. Pero quizás el mejor representante institucional en México para hablar del tema es Banxico, el cual tiene como mandato constitucional mantener el poder adquisitivo de la moneda (léase como lucha contra la inflación). En síntesis, burgueses y proletarios uníos en contra de la inflación por ser un verdadero problema nacional.
Sin embargo, en las palabrerías del mundo burgués no hay más que intenciones de mistificar y obscurecer un fenómeno de carácter político-distributivo. Es decir, está claro que la inflación a quien más afecta es a quienes menos tienen, como nos lo dicen los preocupados comentaristas y técnicos, pero pocas veces se explica que la inflación es la representación de una sociedad que se guía por la ganancia basada en la explotación del trabajo ajeno. Siendo muy simples, en muchas ocasiones hay ciertos capitalistas que buscan que los precios sean mayores, ya que para esos capitalistas particulares hay un beneficio explícito pues adquieren una mayor ganancia en el mercado. Hay inflación porque hay capitalismo.
A pesar de esto, es importante entender que la defensiva en contra de la inflación por parte de la burguesía tiene cierta razón de ser, ya que una inflación incontrolable, sobre todo en un determinado país, puede generar problemas en el ciclo normal de una economía capitalista. Por ejemplo, una inflación con variabilidad alta y en tan poco tiempo puede atrofiar el sistema de precios de mercado necesarios para la valorización de las mercancías y la realización de la ganancia burguesa.
Para este punto, se debe dar un paso atrás, de lo general a lo particular. Aquellos precios, en realidad son la expresión monetaria de valores creados por el tiempo social que la clase obrera invirtió en producir las diferentes mercancías. Ese valor cubre por una parte la reproducción del obrero, lo que en términos monetarios se llama salario, pero también contiene la plusvalía apropiada por el burgués en el proceso de producción, es decir, la ganancia. El hecho de llevar al mercado las mercancías es por la necesidad de realizar monetariamente todos los esfuerzos, tanto los que se quedan en manos del trabajador como los que le son arrebatados. Por lo tanto, la confrontación de valores en el mercado y su expresión en un precio se da únicamente en condiciones capitalistas.
Ahora, para probar que en ciertos casos hay burgueses interesados en que los precios suban, supongamos la existencia de un capital mediocre que está fuera del nivel medio de la productividad de su actividad económica; éste cada día está a punto de salir del mercado ya que los precios bajos lo condenan, esto sin duda es de una gran preocupación ya que las tendencias en el capitalismo es a reducir los precios debido al incremento de la productividad. Un alza del precio le ayudaría a sobrevivir y retardar el proceso de salida del mercado que sería lo normal. Por otro lado, los capitalistas más productivos al tener un precio más alto podrían acceder a ganancias extraordinarias con un precio mayor. Sin embargo, lo que para unos es la bendición para otros es la maldición, ya que la clase obrera al tener ingresos fijos, como son los salarios, las jubilaciones, o las transferencias monetarias que da el gobierno, ven mermados su capacidad de adquirir mercancías ante la subida de precios. Esta pugna distributiva es la que está detrás de la inflación.
Sin embargo, en las economías capitalistas actuales esto se complejiza cuando se incluye la variable del dinero-crédito, es decir, dinero que es adelantado por algún motivo productivo, o en algunos casos de especulación. El aumento de la circulación de dinero que muchas veces es señalado por los economistas burgueses como la razón de la inflación es en realidad la consecuencia de la demanda de dinero-crédito que tienen los capitales para aumentar su capacidad productiva, y que incluso los ayudan a sobrellevar esas tendencias aniquiladoras que tiene el mercado para ciertos capitales. El crédito es una variable que contrarresta la desvalorización de capitales, como consecuencia las expresiones monetarias de capitales menos productivos resultan en el mantenimiento de precios al alza.
Otro factor importante para que el alza de los precios se mantenga viene del Estado burgués, mediante el intento de aumentar la cantidad de dinero en circulación con la finalidad de abaratar el crédito por parte de las autoridades monetarias de cada país (en México es Banxico y en Estados Unidos la Reserva Federal) y así evitar las crisis que reajustarían la entrada y salida de capitales; esto en detrimento del valor del dinero, es en este momento cuando se habla de una depreciación del dinero. De hecho, son estas mismas autoridades monetarias las que admiten que la inflación, controlada en un cierto porcentaje, es normal. Esto aunque los salarios no crezcan a ese nivel normal de la inflación.
“¡Y LA CARENCIA ARRIBA…!”: PRECARIZACIÓN DE LA VIDA OBRERA
En el anterior apartado se mencionó que la inflación es la expresión de una pugna entre clases sociales e incluso dentro de la clase burguesa. Se mencionó que la inflación es parte de procesos en donde la burguesía intenta mantenerse a flote, manteniendo su tasa de ganancia, y evitar su salida del mercado; para ello hay instrumentos que le ayudan como es el caso del crédito y de las intervenciones del Estado burgués vestido de autoridad monetaria. También se señaló que la clase obrera no se ve beneficiada por la inflación, ya que su ingreso es fijo. En este apartado se hablará de la parte que vive la clase obrera.
Cualquier miembro de la clase obrera sabe que sus salarios no crecen al mismo ritmo del crecimiento de los precios. Para comprobar esto basta con revisar los trabajos elaborados por el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM en su portal (cam.economia.unam.mx), en síntesis allí se comprueba que desde los años ochenta la caída del poder adquisitivo del salario mínimo ha sido una tendencia desastrosa para la clase obrera. En 1987 con un salario mínimo se podían obtener poco más de una canasta alimentaria recomendada (CAR) y media (163.8%); mientras que en 2016 con el salario mínimo no se podía obtener ni una sola CAR, ya que para ese año sólo se podía obtener un 33.50% de la CAR con un salario mínimo [3].
Este nivel de pérdida de poder adquisitivo habla de una ofensiva hacia la clase obrera, que a pesar de los aumentos de precios, por muy leves que sean, provocan una reducción del salario vía la inflación. Este método es importante tenerlo en cuenta. Los salarios nominales (entiéndase como el salario que se expresa simplemente en pesos) pueden mantenerse constantes o incluso subir, pero si la inflación crece constantemente esto quiere decir que en los hechos el salario real (el verdadero valor del salario) se ha venido depreciando. La cuestión aquí es que la inflación devalúa el dinero, y con esto los salarios o los ingresos constantes que recibe la clase trabajadora. El hecho de devaluar el dinero produce, por un lado, que el capital saque a flote sus ganancias y deprime los salarios sin la necesidad de modificar los montos del salario, lo que provoca una precarización de la vida obrera a pesar de que técnicamente la productividad crece, pero de ésta sólo se ven beneficiados mayormente los capitalistas.
Actualmente, el gobierno nacionalista burgués de AMLO se ha jactado de desarrollar una Nueva Política de Salario Mínimo. Desde los primeros meses de su gobierno se han anunciado elevaciones al salario mínimo nominal, todo esto en aparente armonía con la burguesía nacional y trasnacional. El objetivo que se busca es que al concluir la administración de AMLO se recupere el poder adquisitivo del salario, por lo menos a los niveles de 1976, mediante 16% de incrementos salariales anualmente [5].
Estas buenas intenciones tienen que ser contrastadas con todo lo aquí expuesto. La inflación y la devaluación de la moneda son factores que siempre estarán presentes en una economía capitalista como la mexicana, esto quiere decir que los incrementos raquíticos que se dan son fácilmente pulverizados por la economía capitalista. Entonces si la solución no viene de parte del gobierno, ¿qué hacer ante los embates inflacionarios y la pérdida de poder adquisitivo del salario?
UNA LUCHA CONTRA LA INFLACIÓN, UNA LUCHA CONTRA EL CAPITAL
La premisa que se debe sostener por parte de la vanguardia obrera-revolucionaria es que la lucha contra la inflación está ligada a la superación de las relaciones sociales capitalistas y sus contradicciones. La clase obrera debe ser consciente de los límites a los que este modo de producción los ha condenado. La lucha sindical clásica sostiene la necesidad de imponer los incrementos salariales necesarios para mantener el nivel de vida de la clase trabajadora. Una posición que va más allá es la que históricamente ha sostenido el marxismo revolucionario, donde la clase obrera debe luchar por un salario móvil de acuerdo al costo de la canasta básica, generando cambios automáticos a partir de los cambios de la inflación. Esto da las condiciones para mantener una política de agitación dentro del proletariado que tenga como base la defensa de los niveles de vida de la clase obrera.
Es importante aquí tener en cuenta que la lucha contra la inflación en el corto plazo debe estar guiada por la lucha contra cualquier intento de precarizar la vida obrera. Por ello es necesario levantar la consigna de salario móvil igual a la canasta básica que permita guiar a la clase obrera a superar cualquier política inmovilista producto de supuestos aumentos salariales dados por el gobierno de AMLO, los cuales son pulverizados por la inflación. Pero en el largo plazo, mientras se mantiene la lucha contra la carestía, es obligación de la vanguardia obrera y sus organizaciones revolucionarias ir trabajando en el terreno de la conciencia revolucionaria para que la clase obrera entienda que no se le puede ir la vida en luchar por incrementos salariales, ya que debido a las condiciones en que está estructurada la economía capitalista tienen todas las de perder: un logro en incrementar los salarios, puede ser pulverizada por una inflación acumulada por décadas. Para tener una solución completa, el proletariado debe imponerse, formar su partido revolucionario y tomar el poder político para expropiar la propiedad privada de los medios de producción. Así generar las condiciones efectivas para que la economía sea planificada democrática y racionalmente.
Claudio Todd
NOTAS
[1] Ver el comunicado de la Gaceta Económica del gobierno de México: https://www.gob.mx/shcp/gacetaeconomica/articulos/inflacion-anual-de-6-24-en-octubre
[2]Ver nota de El Económista (22/11/2021): https://www.eleconomista.com.mx/economia/Alzas-en-las-tasas-de-interes-buscan-sin-exito-frenar-la-inflacion-20211122-0059.html
[3] Los datos citados fueron obtenidos del CAM-UNAM en su Reporte de Investigación 126: https://cam.economia.unam.mx/reporte-investigacion-126-salario-minimo-crimen-pueblo-mexicano-cae-11-11-poder-adquisitivo-sexenio-pena-nieto/
[4] En el portal Inflation.eu hay datos de la inflación acumulada por año en México: https://www.inflation.eu/es/tasas-de-inflacion/mexico/inflacion-historica/ipc-inflacion-mexico.aspx[5] Ver Boletín Informativo No. 002/2019 dela Comisión Nacional de Salarios Mínimos: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/444245/Bolet_n_002_2019.pdf
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