Julio Frenk: el priísta, tecnócrata y sionista como nuevo director de la UCLA

La imposición del médico mexicano, Julio Frenk, como próximo rector de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), es aplaudida por la prensa neoliberal en un supuesto hito histórico para la institución, al ser el primer rector “latino”.

Julio Frenk, egresado originalmente de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM), fue seleccionado como rector mediante un mecanismo parecido al de la universidad en la que estudió: como parte de un proceso de deliberación antidemocrático dirigido por una junta de regentes elegidos por el gobernador de California, sin ninguna consulta al estudiantado, trabajadores o profesores. 

Pero detrás de esta falsa narrativa de inclusión que hace ver a Frenk cómo un baluarte del progreso tan solo por provenir de México, se esconde su pasado cómo parte de la élite tecnócrata del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en México, promotor de la neoliberalización del país y de la precarización del pueblo trabajador. En efecto, Frenk no es ningún aliado de las minorías ni del pueblo. Militante del PRI desde los ochentas, el partido de Estado que dominó a México por más de 70 años, Frenk fue desde un inicio cercano al grupo del médico Guillermo Soberón, rector de la UNAM en los setentas. A Soberón se le reconocería en su dirigencia de la UNAM, como represor del movimiento estudiantil y del movimiento sindical, particularmente en 1977, cuando mandó a llamar a la policía para acabar de forma violenta con la huelga del Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM). 

Frenk sería de los tecnócratas que en los ochenta iniciaron con el proceso de privatización del sector de la salud. Como discípulo de Soberón, continuaría en los 2000s con las reformas neoliberales que su maestro habría iniciado, al serle otorgado el puesto de Secretario de Salud durante el gobierno de Vicente Fox, del partido derechista, Partido Acción Nacional (PAN). Siguiendo las órdenes del Banco Mundial, las reformas al sistema de salud le dieron entrada a los intereses privados y al mercado, al desmantelamiento del sistema de salud público, y al incremento de la desigualdad social. Mientras la población sufría a causa de sus políticas y la de sus camaradas tecnócratas, Frenk recibía jugosos sueldos y se preocupaba más en pulir su CV para poder postularse como director al Organismo Mundial de la Salud. De igual forma, se dedicó a desviar fondos de la Secretaría de Salud para el Comité Nacional Provida, que a su vez los utilizó para enriquecimiento ilícito y financiar centros que impedían el aborto seguro y gratuito a mujeres. Ya después como presidente de la Universidad de Miami, le devolvió el favor al expresidente Vicente Fox, al darle un certificado honoris causa sin aparente explicación, es decir, un reconocimiento a uno de los presidentes más represivos y derechistas.

Julio Frenk ha sido un fiel defensor del estado sionista, colaborador de la organización sionista Hillel, y apologista del genocidio en Palestina. Finalmente, y por si no fuera poco, forma parte de un grupo de colegiados de derecha con una relación fraternal con el PRI y el PAN en México bajo el cobijo de una institución creada por el expresidente opositor a las reformas del Cardenismo, Manual Ávila Camacho. Está institución se llama El Colegio Nacional a la que han pertenecido personajes de gran mérito en la ciencia, las artes y humanidades, principalmente hombres elegidos por un grupo selecto de “científicos” los cuales han aprovechado su cercanía a la élite tecnócrata para posicionarse dentro de la academia y del Estado, y que han servido para impulsar políticas de desmantelamiento del Estado en favor de las empresas transnacionales y propias. Quienes forman parte de este club selecto de académicos reciben mensualmente un jugoso sueldo de más de cien mil pesos (aprox. 5000 USD) el cual recibirán de por vida como una especie de jubilación adelantada y a costa del erario público.

Julio Frenk es un experimentado tecnócrata neoliberal, protector de los ricos, enemigo de los sindicatos y fiel sionista. Claramente fue elegido por los regentes para simular una conciliación con los estudiantes que protestan por la liberación de Palestina, para simular un enfoque en las minorías. Pero su trayectoria laboral y su clase social lo delatan. Estudiantes, trabajadores y profesores tenemos que acabar con este sistema autoritario que impone rectores que lucran con la educación y explotan a quienes trabajan para ellos. 

Basta de que el partido demócrata y sus intereses capitalistas e imperialistas se impongan tanto en las estructuras educativas como en las sindicales. 

Por la democratización de la universidad y del lugar de trabajo. 

Fuera sionistas y policías de UCLA.


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