En febrero de este año el actual presidente Andrés Manuel López Obrador presentó 20 reformas constitucionales que, desde nuestra perspectiva, son una medida clara para guiar los trabajos de su sucesora, con la intención de dar continuidad política a su gobierno.
El pasado 2 de junio Morena arrasó en las urnas; el pueblo de México le dio una aplastante derrota a la derecha y colocó a Claudia Sheinbaum como la presidenta electa con la mayor aprobación en la historia de México, convirtiéndola próximamente en la primer mujer en asumir este cargo en la historia de México.
Las primeras declaraciones de Obrador y Sheinbaum han enfatizado que la primer y más importante reforma para discutir en la próxima sesión ordinaria del congreso en septiembre será la reforma al poder judicial, destacando la necesidad de democratizar el único de los tres poderes que sostienen el Estado mexicano y que no se elige por voto popular, y que en la actualidad ha sido el refugio de la derecha mexicana, obstaculizando los avances en materia de las políticas importantes como la Reforma Eléctrica, y deteniendo el acceso a la justicia a través de otorgar amparos a diestra y siniestra, con gran rapidez a la cúpula de empresarios y delincuentes de este país.
¿Qué plantea?
Obrador ha señalado en múltiples ocasiones que se democratice el poder judicial, a partir de que la población elija a los jueces que “estarán en los cargos de ministros de la Suprema Corte de Justicia, consejeros del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), magistrados del Tribunal Electoral federal, magistrados de circuito y jueces de distrito. En total, más de 1.600 cargos judiciales irían a las urnas”. (El país)
Asimismo, se plantea que el Pleno de la Corte se reduzca de once a nueve ministros, mismos que serán electos mediante voto popular, lo cual implica que para octubre de 2025 los ministros que actualmente están en funciones renuncien a sus cargos sin derecho a recibir las pensiones millonarias de retiro que se les otorga por ley a los jueces jubilados.
El Gobierno de la 4T, plantea que el Ejecutivo propondrá a 10 candidatos, el Supremo a otros 10 (tras conseguir el voto aprobatorio de seis integrantes del pleno) y el Congreso a 10, cinco la Cámara de Diputados y cinco el Senado (con el voto de una mayoría calificada de dos terceras partes en cada Cámara). Los nuevos ministros durarán en el cargo 8, 12 y 14 años, en función de la votación que obtengan en las urnas (entre más votados, más tiempo se quedan)”. (El País, 2024)
Los aspirantes harán campaña, tendrán acceso a espacios en radio y televisión para presentar sus propuestas y participarán en debates, pero no contarán con recursos públicos ni podrán recibir donaciones privadas para ello“. (Idem) es decir, la reforma propone crear por separado un órgano de administración judicial y un Tribunal de Disciplina Judicial con facultades para sancionar a todos los miembros de la judicatura, incluidos los ministros, también el Tribunal podrá investigar y sancionar a jueces por corrupción, tráfico de influencias, nepotismo, complicidad o encubrimiento de presuntos delincuentes, o cuando sus sentencias no se ajusten “a los principios de objetividad, imparcialidad, independencia, profesionalismo o excelencia”. (El País) Delitos que en la actualidad suceden con normalidad y por no rendir cuentas más que a sí mismos, son inmunes a cualquier posible juicio.
Otro elemento importante de la reforma es que “establece un candado para que la Corte no pueda otorgar suspensiones de normas generales ni suspensiones con efectos generales, pues ésto detiene los pocos avances que se pueden tener en las distintas materias” (Idem)
Además de que todos los jueces federales, incluidos los magistrados y ministros de la Corte, deberán ajustar sus sueldos para no ganar más que lo que percibe el presidente de México. En caso de aprobarse, la primera elección de estos cargos se llevaría a cabo tentativamente en junio del 2025.
¿Por qué es necesaria?
Desde el Grupo de Acción Revolucionaria hemos señalado durante largo tiempo, la corrupción, el nepotismo, encubrimiento y a partir de la llegada de Obrador, el golpeteo reaccionario y freno político que este poder judicial representa para la clase trabajadora. Es por ello que apoyamos totalmente la democratización del poder judicial, señalando que se tiene que limpiar desde raíz, los jueces, magistrados y todo el personal corrupto se tiene que ir; así como ha pasado con el poder legislativo y ejecutivo, el pueblo debe tener el derecho de poder votarles dentro de la democracia burguesa.
Es necesario democratizar al poder judicial porque a la derrota de la derecha y ultraderecha, los intereses de las cúpulas poderosas en nuestro país, se defienden en este poder para conservar sus privilegios (incluyendo los de la alta burocracia judicial), sabiendo que desde ese espacio podrían frenar todo lo que afectará sus intereses, su descaro es aberrante, mientras los casos de feminicidios se les da carpetazo a las víctimas o tardan en resolver años un caso, favorecen con amparos a las empresas privadas en media hora, y detienen leyes o reformas en beneficio del pueblo.
Si bien la reforma no es garantía del acceso a la justicia, y tampoco será la única reforma en torno a los procesos judiciales, sí es importante destacar que habrá la posibilidad de remover a ministros, magistrados y jueces, lo que abre una posibilidad de juzgar a quienes hoy en día son intocables. Por eso llamamos a organizarnos y movilizarnos por ésta y las diferentes reformas del Plan C, la mayoría calificada en la cámara de diputados no es garantía que las iniciativas se aprueben; diputadas (es,os) de derecha, chapulines y arribistas son el eslabón más débil ante las presiones del empresariado y el imperialismo por medio del lobbying (influencia para votar a favor o en contra de las reformas por medio de puestos, dinero o amenazas).
La justicia para el pueblo la vamos a conquistar en las calles, con la organización de comités en nuestros barrios, y movilizados al congreso para presentar o apoyar reformas que nuestra clase trabajadora necesita, una de ellas es la reforma al poder judicial, pero tenemos que prepararnos para profundizar el proceso que millones de personas conquistaron con las urnas el 2018 y dieron la batalla contra el neoliberalismo en las décadas pasadas.
¡Democratización del Poder Judicial Ya!
¡Fuera jueces, magistrados, ministros y servidores públicos corruptos!
¡Por justicia para el pueblo!
Referencias:
- Ministros de la SCJN confirman que asistirán a los foros de discusión de la reforma judicial
- Las claves de la reforma judicial de López Obrador: elección de jueces en 2025 y una Suprema Corte de nueve ministros
- El retiro de Arturo Zaldívar: la Corte le da pensión vitalicia, pero le niega camioneta y computadoras
- Reforma al Judicial es lo correcto aunque implique riesgos: AMLO
- ¿Qué contiene y por qué preocupa la reforma judicial del “Plan C”?
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