Cientos de casos de mujeres desaparecidas, violadas, mutiladas, abandonadas en parajes solitarios, asesinadas después de horas y días de sufrimiento, han seguido la tendencia del “asesino solitario” por parte de las fiscalías, policías y autoridades en todo el país, quienes evitan ampliar las investigaciones; resignando a las familias a quedarse con los datos “que hay, con la primera información que encuentran o que construyen. Sin dejar de lado los lamentables casos en los que hay la participación de un solo asesino, la realidad actual de México apunta a todo lo contrario.
El reciente feminicidio de Mara Fernanda Castilla vuelve a poner en los reflectores el feminicidio y la actuación tan desesperada de la Fiscalía del Estado de Puebla por construir la historia del “asesino solitario”: el caso aislado del chofer del Cabify a quien no han parado de decirle “normal” y “persona decente”, que un día decidió tomar ventaja de la situación y violar y matar a una chica de 19 años “que se quedó dormida en su auto” que utiliza “para sacar adelante a su familia”. Pero hay elementos que la Fiscalia no quiere tocar:
- El chofer del Cabify debía seguir la ruta que marcaba la solicitud del servicio hasta el domicilio de Mara para no levantar sospechas. Eso era importante, lo que intentaba hacer el chofer era no evidenciar que sería él quien terminara el viaje de la noche. Uber tiene un sistema de seguimiento que cuando “terminas el servicio”, fuera de la ruta programada, contactan al cliente para verificar que sea este quien lo haya realizado. Es muy probable que Cabify también tenga ese sistema.
- No es que el chofer del Cabify haya llevado hasta su domicilio a una “Mara dormida”; es muy probable que ya la hubiera sometido bajo cualquier procedimiento y que el tiempo de espera haya sido el suficiente para poder trasladarla sin dificultad.
- Los puntos 1 y 2 se vuelven relevantes debido a que evidencian que no es la primera vez que lo hace, lejos de la versión de los medios patriarcales que reproducen las estructuras de opresión, donde se hablan del chófer como “el buen padre” y “una persona decente”. Más bien, se trata de alguien con la habilidad práctica para hacer lo que hizo y que seguramente no era la primera vez que lo hacía. Uber reveló que no era chofer en Juárez sino en Puebla, y que lo dio de baja de la plataforma por violar las condiciones de seguridad; aunque Uber evita ahondar en qué significa ese término. ¿Hubieron más chicas secuestradas y asesinadas por este sujeto?
- Las ropas de Mara así como su teléfono celular fueron encontradas en una casa en Tlaxcala, donde se encontraba el chofer del Cabify; en todo ese tiempo la fiscalía ha insistido en que todo empieza en el auto, continúa en el motel y finalmente en la carretera; es tortuoso tan sólo imaginar los hechos. El dolor y sufrimiento de Mara y el de sus familiares y amigos, debería tener mayores elementos de satisfacción por parte de la Fiscalía. Sin embargo pareciera que están tratando de armar otra “verdad histórica” que no admite discusión en las afirmaciones de la Fiscalia. Pero es singular que el cuerpo de Mara fue hallado en buen estado de conservación pese a que, como dijo la Fiscalía, habían transcurrido tres días de su asesinato.
- La Fiscalía General del Estado de Puebla ha insistido en que lo anterior fue posible gracias al frio y la lluvia, tratando de que todas y todos centremos nuestra atención en el día en que Mara desapareció. ¿Pudo haberse conservado el cuerpo de Mara tanto tiempo en condiciones de intemperie? ¿Pudo Mara haber llegado hasta Tlaxcala donde fue encontrada su ropa y otros objetos en una vivienda de la zona de Santa Ursula Zimatepec, en el municipio de Yauhquehmecan? ¿Por qué no investigar hacia esta dirección que muestra exactamente los mismos indicios que los encontrados en el Motel que defiende la fiscalía?
- La madre de Mara denunció que recibió llamadas donde hacían referencia a ella, a Mara. En ellos decían que ella “estaba bien”; estas acciones son similares a las que ocurren en el llamado “Proceso de ablandamiento” de víctimas de trata, donde mientras someten a las mujeres paralelamente intentan disuadir a sus familiares de que las sigan buscando, como si se tratara de una simple “huida con el novio”. Esto está muy bien documentado por Teresa Ulloa, de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas para América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en Inglés).
- La misma Tere Ulloa ha denunciado recientemente que el corredor donde fue desaparecida y luego asesinada Mara, es uno de los principales (Puebla-Tlaxcala) “de muy alta incidencia de reclutamiento y desaparición de mujeres y niñas” para la trata.
- ¿Por qué la Fiscalía intenta desesperedamente construir una “verdad histórica” y cerrar la posibilidad de investigar la comisión del delito de trata, como delito original detrás de la desaparición y posterior feminicidio de Mara?
Los órganos de seguridad, polícias, militares, jueces y fiscalías, han fallado históricamente contra nosotras; tras tanta mentira y colusión de los tres niveles de gobierno e instituciones metidas en las redes de la delincuencia, con casos documentados y verificados, disculpen que no les creamos.
Desde Rosas Rojas decimos:
1. No queremos otra “verdad histórica” detrás del caso de Mara.
2. Exigimos justicia y una comisión independiente que lleve adelante la investigación de forma integral.
3. Que se toque e investigue el tema de las redes de trata del corredor Puebla – Tlaxcala que han sido toleradas por los gobiernos locales, estatales y federales en turno.
¡Ni una más, ni una asesinada, desaparecida, acosada, violada, perseguida, mutilada, vejada más!
Agrupación de Mujeres Feministas Socialistas Rosas Rojas – GAR
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