El sábado 19 de mayo del 2018 se realizó con éxito el conversatorio organizado por Rosas Rojas “Debates y Estrategias del movimiento de mujeres”, en el que intercambiamos, junto a compañeras de Argentina, Bolivia y México, las caracterizaciones del actual del movimiento de mujeres en nuestros países y las perspectivas a seguir ante el ascenso internacional de este.
Desde Argentina la compañera Vanina Biasi, dirigente nacional del Plenario de Trabajadoras y el Partido Obrero, nos compartió el panorama general del movimiento de mujeres, el cual se masificó a raíz de la movilización del 3 de junio del 2015, que sacó a millones de mujeres a las calles bajo la consigna “#NiUnaMenos” contra los feminicidios y la violencia que viven las mujeres; desde ese entonces las compañeras han tenido un importante avance en su programa reivindicativo y en estos momentos están llevando una lucha importante a nivel nacional por el aborto legal, seguro y gratuito.
Por su parte Adriana Guzmán, a nombre del Feminismo Comunitario Antipatriarcal de Bolivia, compartió que la lucha de las mujeres atraviesa por un fuerte racismo que sigue relegando las demandas de las mujeres indígenas; ante ello es importante descolonizar el feminismo e impulsar un feminismo que se acerque y exponga la realidad de vida de las mujeres indígenas y no indígenas de América latina. Enfatizó la necesidad de politizar al feminismo, de realizar alianzas políticas con otras mujeres pero no alianzas en el marco de la que llamó “unidad de género”.
Las integrantes de Rosas Rojas, Magali Terraza, Yan María y Lluvia Rocha sostuvieron que la principal problemática en México es el feminicidio que diariamente nos arrebata 7 mujeres; por lo tanto es un imperativo ético y político levantar un movimiento de mujeres en las calles que luche contra el feminicidio como uno de sus ejes principales.
Por su parte Yan María destacó que el lesbianismo es una posición política de amor entre mujeres, no una posición sexo-genital, desmarcando a éste de la diversidad sexual que invisibiliza la situación de las mujeres lesbianas.
México y Bolivia tienen un común denominador, no existe un movimiento de mujeres masivo en las calles como en Argentina, en ambos países existen organizaciones de mujeres que desde distintas perspectivas luchan de manera aislada contra la violencia y explotación hacia las mujeres.
En Bolivia el movimiento de mujeres está desfragmentado, al igual que todo el movimiento social. Ante la incorporación de éste a las instituciones del Estado del gobierno progresista de Evo Morales, se ha debilitado el movimiento social en las calles, con independencia política y bajo la aspiración de alimentar un sistema de gobierno más democrático. México se encuentra en la antesala de una situación similar frente a las próximas elecciones presidenciales; un gran porcentaje de la población incluyendo a sectores feministas, depositan sus esperanzas de cambio y de acción en el candidato centroderechista López Obrador, aunque éste no se posicione decidida y claramente frente al movimiento de mujeres, como lo demuestra en sus propuestas, una de ellas la de someter a consulta el aborto.
Argentina se erige como el país exponente del movimiento de mujeres en América Latina, sin duda las compañeras argentinas nos muestran cuál es el camino que las mujeres en el resto del continente debemos seguir, movilización en las calles de todos los sindicatos y organizaciones de mujeres.
Desde Rosas Rojas sostenemos que México tiene que aspirar a levantar un gran movimiento de mujeres en las calles, con independencia política que ponga freno al feminicidio, que luche por el aborto legal, seguro y gratuito en todo el país; así como derechos laborales para todas las mujeres.
En América Latina tenemos el gran reto de impulsar un movimiento de mujeres en las calles en los países que hasta el momento no está presente: en segunda instancia generar la articulación de los movimientos de mujeres en todo el continente; que luche de manera unificada contra el colonialismo e imperialismo que sigue sometiendo a todas la clase trabajadora a la miseria.
Desde las Rosas Rojas decimos que debemos poner de pie alianzas y confraternarnos con nuestras hermanas explotadas y oprimidas de todo el mundo, para lograr un movimiento de mujeres articulado a nivel internacional contra la violencia y explotación de las mujeres, así como del conjunto de la clase trabajadora y explotada.
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