Antonio Rocha
Como ya es conocimiento de todos el movimiento estudiantil actual comenzó en el CCH Azcapotzalco con una profunda indignación hacia la omisión y la eliminación de la memoria histórica de la comunidad aunado a una mala administración en donde después de casi un mes los alumnos aun no tenían profesores asignados a sus grupos, sumado a esto se pretendía eliminar algunas de las formas en como se puede acreditar alguna asignatura. El planten inició un paro indefinido y al poco tiempo convocaron a una concentración el día 3S en la explanada de la rectoría de la UNAM con el fin de ser escuchados y que el rector Graue atendiera un pliego petitorio que buscaba mejorar las condiciones de la institución y exigía la libertad de expresión dentro de la misma.
Llegó el día de la concentración y mientras los estudiantes se manifestaban pacíficamente el sonido de algunos petardos comenzó a generar pánico, los compañeros estaban sufriendo un ataque porril; el ataque dejó varios heridos, dos de gravedad y exhibió que la universidad, los cuerpos de vigilancia y los que dicen ser nuestras autoridades no tienen ningún interés en proteger la integridad de los estudiantes, ni siquiera un poco.
La respuesta del alumnado de ésta y otras universidades no tardó en llegar, de inmediato comenzaron a llevarse a cabo asambleas por escuelas y facultades, la universidad estaba conmocionada al ver que no hubo respuesta de ningún tipo para salvaguardar la integridad de nuestros compañeros, en las redes sociales algunos tratábamos de localizar a los camaradas que asistieron al acto, temíamos lo peor.
En todas las asambleas se escuchaban demandas parecidas, que los culpables sean señalados; castigo y despido a los cómplices, ejecutores y autores intelectuales; la renuncia del rector y de los jefes de seguridad; si uno iba de asamblea en asamblea parecía que repetían el mismo casete, no sólo por las demandas que repudiaban la presencia de porros, también se escuchaba el alto al machismo, no más acoso, no mas feminicidios, que la universidad sea segura. Nos encontrabamos ante el reflejo de México en su máxima casa de estudios. La violencia y la inseguridad se han vuelto insoportables, tenemos miedo de salir a la calle, de sacar el celular en el autobús, de vestir prendas cortas, de subir a un taxi por la noche, pero lucharemos y organizaremos para lograr mejores condiciones.
Como acuerdo de las diferentes asambleas las escuelas y facultades comenzaron paros de labores, en solidaridad y sobre todo de total respaldo hacia los compañeros de Azcapotzalco y en respuesta a las múltiples omisiones a nuestras demandas estudiantiles que venimos efectuando desde que el feminicidio se practica en nuestro campus, desde que los compañeros empiezan a aparecer estrangulados en estacionamientos o son lanzados desde edificios argumentando suicidio o desde que nuestros jardines se usan como campo de batalla para ver quien vende y distribuye más droga. No queremos eso, ¡decimos basta!, para no tener una UNAM feminicida, machista, encubridora de delitos, que se utilice como centro de distribución de mercancía ilegal, una universidad que no escucha a su comunidad, que hace lo que a unos cuantos les plasca, entre otras cosas, por eso, salimos a las calles, dentro y fuera de la universidad, lo hicimos el pasado 5S y recientemente el 13S, la Juventud Revolucionaria se pronuncia a favor de la lucha estudiantil, porque nuestras voces sean escuchadas y tomadas en cuenta, para que no haya mas asesinatos en nuestros campus, queremos sentirnos seguras y seguros al andar en nuestros pasillos, saber que ningún ataque dentro de nuestras instalaciones quedara impune, que los acosadores serán expulsados o despedidos de sus cargos, queremos una UNAM justa.
Marchamos para contagiar a la gente, para que se unan a la lucha y que esta lucha sea consciente. A lo interno hasta las facultades más conservadoras salieron a protestar por las condiciones que están gestadas, la Facultad de Ingeniería no es ajena a estas demandas, pareciera que están compitiendo para ver que administración recorta mas contenido a los nuevos planes de estudio. Dentro de nuestro pliego petitorio como facultad está la propuesta de y cito “realizar un Congreso Universitario donde los estudiantes participen junto con los trabajadores y profesores para reestructurar la Universidad. Dicho Congreso pretende la democratización de todos los procesos electivos y toma de decisiones donde la voz de la comunidad sea realmente incluida y contabilizada, lo cual obligue a que la autoridades no se desentiendan de las problemáticas que perjudican a la Universidad, que se rindan cuentas de forma clara”.
Hay que tener claro que el congreso universitario es un medio para lograr una representatividad que de verdad sea tomada en cuenta, que los trabajadores, maestros y alumnos puedan defender sus derechos e intereses y que no sean limitados por la decisión de quienes no tienen ninguna intensión de resolver los problemas que aquejan a la comunidad universitaria. Somos nosotros los estudiantes quienes formamos el sector mayoritario de esta comunidad, por eso exigimos una representación que luche y defienda nuestras demandas, que atienda las problemáticas de la violencia de género, de seguridad y que luche por democratizar la universidad, porque ésta recupere los lazos con el pueblo mexicano.
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