Isaias
¿Qué ocurre en Venezuela?
El pasado 22 de enero, el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, respaldó la manifestación convocada en Venezuela por la oposición de la Asamblea Nacional para el día 23 de enero. Pance también anunció que la administración Trump sólo reconocía a la Asamblea Nacional (de mayoría opositora al chavismo), como la única institución democrática y legítima. El apoyo expresado a la Asamblea Nacional se dio en nombre de la libertad y contra la nombrada “dictadura” de Nicolás Maduro.
Pence no sólo desconoció las elecciones presidenciales del 2018, que dieron como vencedor a Maduro, además, Mike Pence desconoció las elecciones presidenciales del 2013, cuando Maduro asumió su primer mandato, Pence expresó: “Nunca ha ganado la presidencia -Nicolás Maduro- en una elección libre y justa”. Esta declaración del vicepresidente estadounidense revela la contradicción de los Estados Unidos con la oposición venezolana. La oposición venezolana argumenta que el orden institucional se rompió en 2015, cuando el chavismo conformó una Asamblea Constituyente, la cual asumió las funciones de la Asamblea Nacional de mayoría opositora. Sin embargo, Pence desconoce al gobierno de Maduro en cualquier situación, antes o después del 2015, al gobierno estadounidense no le interesa la situación interna en Venezuela, su único objetivo es tirar al gobierno chavista.
En términos políticos surge la pregunta ¿por qué Mike Pence fue la cabeza en los embates contra Maduro? La principal razón es ocultar la figura de Trump, al ser un personaje desacreditado a nivel internacional.
El 23 de enero Juan Guaidó se autoproclamó como presidente encargado de Venezuela, desconociendo la legitimidad de las elecciones presidenciales del 2018, afirmando que la oposición no participó en dichas elecciones. En realidad, participaron 16 partidos en las elecciones, únicamente tres partidos declinaron su participación.
Finalmente, no podemos entender la crisis venezolana únicamente por el análisis de la intervención imperialista, debemos reflexionar sobre las propias políticas del chavismo que contribuyeron a la actual inestabilidad de Venezuela.
El actual escenario de crisis en Venezuela coincide con la muerte de Chávez y la caída de precios del crudo. Los precios son fijados por una serie de países que controlan el mercado, como medida para manipular a los países productores que basan su economía en la exportación de crudo. Si Estados Unidos se apodera del petróleo venezolano terminará dominando el mercado de gasolina y derivados del petróleo.
El chavismo cometió el error de no haber cambiado su estructura económica y de mercado. La economía endeble de Venezuela debió considerar la desestabilización a su gobierno con este tipo de golpes. Sin embargo, aún hay un fuerte apoyo que se ve envuelto en un posible cambio de convicciones, el movimiento chavista también ha salido a defender el gobierno de Maduro, si actualmente el chavismo se mantiene en el poder se debe a su base social.
El nuevo escenario geopolítico
Estados Unidos inició el siglo XXI como el gran vencedor de la guerra fría, al ser desmantelada la Unión Soviética. Aunque las políticas militares en Estados Unidos no se detuvieron, iniciando su cruzada en Medio Oriente, para obtener sus recursos energéticos. Ejemplo de esta fue la invasión de Irak, con militares acompañados de empresas petroleras, empresas que sólo ayudan a incrementar la inestabilidad del país en conflicto. Una vez obtenido los energéticos, las tropas estadounidenses se retiran, dejando tras de ellos países en crisis total.
Hoy en día, Estados Unidos ya no se presenta como la principal y única potencia mundial, la política de Rusia y China cada vez compiten más contra la estadounidense. Ahora, en la principal región de control de Estados Unidos, América Latina, ya no puede utilizar sus medios convencionales para derrocar el gobierno de Maduro.
Inmediatamente al desconocimiento de Maduro como presidente, los países integrados en la gran internacional capitalista de los Estados Unidos, reconocieron a Guaidó como presidente legítimo de Venezuela. Los primeros gobiernos del mundo en desconocer a Maduro fue Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú, quienes integran el Grupo de Lima, respaldan a Guaidó como presidente legítimo, y a la Asamblea Nacional como los únicos órganos legítimos para negociar con Venezuela.
En el caso de la Unión Europa, los países aliados de los Estados Unidos, no lograron que el parlamento europeo reconociera a Guaidó como nuevo presidente de Venezuela. La Unión Europa determinó que reconocer o rechazar presidentes no es su labor, únicamente los países europeos pueden pronunciarse unilateralmente, más no como bloque regional.
El primer fracaso de los Estados Unidos en su política por Venezuela surgió en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, al no conseguir los votos suficientes para reconocer a Guaidó como presidente legítimo. Durante la reunión se expresaron disputas entre Estados Unidos y sus principales opositores capitalistas, Rusia y China.
Posicionamiento del Grupo Acción Revolucionaria
Por la situación actual y las tentativas de efectuar un golpe de estado en Venezuela, los socialistas del Grupo de Acción Revolucionaria nos pronunciamos por:
No a la intervención estadounidense en cualquier nación: La defensa de la soberanía de Venezuela no es únicamente la defensa de un país, es la defensa de todas las naciones subordinadas a los intereses imperialistas. La intervención a este país, derrocando a un gobierno democráticamente electo, abre la puerta a más intervenciones en cualquier nación empobrecida. La disputa actual en Venezuela es la disputa por el control del mercado energético del país Sudamericano. La consumación de un golpe de estado contra Maduro significa el control estadounidense de la industria petrolera venezolana.
Defendemos la soberanía nacional de cualquier nación del mundo, entendemos que estos proyectos surgen en la necesidad de frenar las políticas de los países imperialistas: negamos cualquier tentativa de intervención de Estados Unidos en Venezuela, ya sea bajo modalidades de guerra económica, intervención militar o desconocimiento diplomático. En los países de América Latina entendemos perfectamente la importancia de mantener modelos de desarrollo nacional, que rompa con la dependencia económica con los Estados Unidos. El derrocamiento al gobierno democrático de Venezuela abre la puerta a la política golpista en América Latina.
Negamos totalmente la tesis de la actual crisis del chavismo como un fracaso del socialismo: el sistema actual en Venezuela de ninguna manera puede entenderse como socialista, debido a que el modelo económico nunca fue transformado. La economía venezolana depende totalmente de la exportación de petróleo, sin ningún proyecto de industrialización nacional, y mucho menos, con industrias administradas por la clase trabajadora. El modelo chavista es un proyecto rentista petrolero.
Con toda la crítica que existe en Venezuela: sus instituciones tienen aún la facultad de validar las elecciones de cualquier tipo porque son las instituciones creadas en los marcos constitucionales de la República Bolivariana de Venezuela. La consumación del derrocamiento golpista a Maduro sólo será por la vía militar, más no institucional.
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