EL INTERVENCIONISMO YANKEE: La situación en Venezuela y Haití

Gabriel Martínez, Osmany Juárez

En la edición 35 del Acción Revolucionaria el GAR señaló el panorama actual que está enfrentado Venezuela, la actual crisis política vivida en el país obedece, en parte, a la injerencia de intereses políticos y económicos del exterior, y sería erróneo no señalar a la misma estructura de poder implantada por el chavismo como la responsable de su propia hecatombe, pues desde los inicios del chavismo se produjo una tendencia a la militarización del país, proceso que logró materializar la conformación de una nueva burguesía nacional conformada, principalmente, por los altos rangos militares.

Este proceso se vio posibilitado gracias a una mayor autonomía ante el poder civil que obtuvo el ejército, mediante cambios implementados en la Constitución de 1999, así como los cambios realizados en el año de 2008 a la nueva Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que en esencia pretendía llevar a cabo transformaciones no sólo en la forma de organización militar, sino también en la formación política de los mismos. Podemos comprender, entonces, que estos hechos han acentuado la crisis política y económica en el país, y que no podrá ser resuelta de otro modo, a menos que los trabajadores organizados en un partido de masas disputen directamente el poder al Estado burgués.

En contraparte a la situación que atraviesa Venezuela, Haití vive actualmente un panorama igual de convulso, incluso ha sido catalogado como “crisis humanitaria”.
La crisis en Haití ayuda a evidenciar que las acciones estadounidenses están en función de intereses específicos, ambos países tienen particularidades en sus problemáticas, pero lo cierto es que en ambos existe una crisis económica, política y social, sin embargo, para Estados Unidos, el caso haitiano carece de mayor interés, pues las condiciones ahí presentes no dan cabida a la manipulación de la masas por parte de los liberales, ya que al existir un gobierno con tal característica, cualquier crisis política o humanitaria que se suscite representa un caso de poca relevancia.

Son dos formas de relacionarse del imperialismo yankee con gobiernos que actúan de manera distinta ante el intervencionismo. Haití una de las naciones más pobres de este continente es un ejemplo de la sobreexplotación capitalista en todas sus posibles vertientes, condiciones laborales absolutamente precarias, donde empresas extranjeras pueden explotar mano de obra barata sin encontrar trabas, así como la explotación de los recursos naturales cuya regulación es nula, como ejemplo de sus efectos la deforestación del país que actualmente cuenta tan solo con el 2% de lo que era su superficie boscosa original, a esto se suma el trabajo infantil que se ha vuelto una práctica común en la cual las niñas y niños son sometidos a abusos de todas clases, la poca accesibilidad a servicios de salud y educación; la mitad de los mayores de edad en Haití son analfabetas. Jovenel Moïse, representante del Partido Haitiano Tèt Kale, de corte liberal, encabeza un gobierno cuya legitimidad es por demás cuestionable, elegido en votaciones dudosas, donde además participó tan solo un 20% de la población, es este mismo gobierno apoyado por Estados Unidos y representantes de la ONU y la OEA el que considera ilegítimo el mandato de Maduro. El pueblo Haitiano le ha plantado cara al gobierno de Moïse, y este ha respondido con represión, hasta ahora suman al menos 15 los muertos en las últimas jornadas de manifestaciones; según algunos medios, la oposición denuncia 50 muertos, víctimas de la represión. Lo que se se vive ahora en Haití es una rebelión en contra de un gobierno que no ha hecho sino favorecer el recrudecimiento de las ya de por sí críticas condiciones de vida, este gobierno ha demostrado por demás una actitud servil ante Washington, hecho que se comprueba con actos como la liberación de los 5 mercenarios estadounidenses arrestados el día 17 en Puerto Príncipe. Por un lado tenemos a un país extremadamente empobrecido cuyos recursos y fuerza de trabajo son puestos a disposición del capital extranjero y por el otro a un país con las mayores reservas petroleras y gobierno que confronta la intervención. Ante ese panorama la crisis de Haití es ignorada por Estados Unidos, y su gobierno reconocido como legítimo, mientras que para Venezuela la crisis es clamada voz en cuello, buscando justificar la intervención.

En suma, la crisis política que se está viviendo en Haití no es menos preocupante que la vivida en Venezuela, sin embargo, la diferencia crucial radica en que, por un lado, se presenta un gobierno sumiso a la burguesía, entreguista por naturaleza, que no representa traba alguna para los intereses del capital norteamericano y, por el otro, se presenta un gobierno que históricamente ha tenido conflictos con estos últimos y, si bien es cierto que el régimen chavista ha sido el responsable de los conflictos hoy vividos en el país, no lo es menos que estos no serán resueltos a través de la intervención extranjera.

Como Grupo de Acción Revolucionaria consideramos que, ante la grave situación vivida en ambos países, es importante la organización desde abajo de los trabajadores y trabajadoras, pues cualquier otra solución alternativa a ésta sólo fungirá como paliativo del sistema, que agudizará las contradicciones del próximo estallido social, es decir, la clase obrera debe elevar su grado de conciencia de clase, pues en sus manos habita la esperanza de la nueva sociedad.

Fuentes:
https://www.proceso.com.mx/573727/haiti-la-tragedia-invisible
https://prensaobrera.com/internacionales/43200-insurreccion-popular-en-haiti-2
https://prensaobrera.com/internacionales/62951-venezuela-despues-del-dia-d-que-no-fue-1


https://www.jornada.com.mx/ultimas/2019/03/05/arropado-por-diplomaticos-guaido-retorna-a-venezuela-5004.html

https://garmexicoblog.wordpress.com/2019/02/22/la-situacion-en-venezuela/

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