¿TRANSICIÓN O REELECCIÓN del RECTOR EN LA UNAM?

Octavio Ugalde Rodríguez

                                                 Pablo Contreras Hernández

Antidemocracia histórica en la UNAM

La crisis de la antidemocracia en la UNAM es el reflejo de las contradicciones sucedidas por la lucha de clases. La antidemocracia esta allegando su fin. Los pilares cuarteados no tardan en ser derrumbados por la movilización estudiantil para instaurar una universidad que responda a los intereses del pueblo, con un modelo universitario dirigido a la resolución de problemáticas sociales, políticas y económicas rurales, indígenas y del sector trabajador, quienes injustamente día a día reproducimos materialmente con nuestras manos la riqueza con que comen los administradores del poder para poner en manos del imperialismo Estadounidense nuestros recursos, economía y población.

La crisis estructural de la UNAM es la muestra de que los intereses que intentan prevalecer en la universidad de los sectores alineados al programa de los partidos políticos de derecha (PRI, PAN, PRD) y ahora del centrista MORENA están en crisis. Y que son quienes se enquistan en la universidad para poder catapultarse a los puestos públicos.

El caso más evidente en los últimos años de este oportunismo en los últimos años fue el de José Narro, quien posterior a sus gestión (2007-2015), se catapultó a ocupar la Secretaría de Salud en el gobierno de Enrique Peña Nieto y ahora encabeza la dirigencia del PRI.

Pero ¿Qué es lo que hace que las estructuras de poder sigan prevaleciendo?

Es bien sabido que la UNAM se “autogobierna” con una ley orgánica de 1945, donde la centralidad de poder recae en la Junta de gobierno y en el rector. La Junta de gobierno se conforma por 15 integrantes, los cuales se eligen más por nepotismo y afinidad en los intereses (marcados por la línea política de sus integrantes) que por méritos. Y no solo se encarga de elegir  al rector, directivos y miembros del patronato, sino que media las decisiones entre el rector y el Consejo universitario, siendo el órgano con más poder de decisión en la universidad. ¿No es evidente que la estructura por si misma esta blindada?

Para elegir al rector, hay toda una serie de pasos burocráticos que seguir: que salga la convocatoria, se consulta a la comunidad, los candidatos se seleccionan y posteriormente a puertas cerradas la Junta de Gobierno elige y a nombre de “toda la comunidad”. Bajo el discurso de la inclusión mediante la “consulta a la comunidad universitaria” es como se intenta evadir el mecanismo de elección amplia, directa y democrática. La forma en la que se toman las decisiones es antidemocrática y anacrónica con el momento histórico, pues el grueso de la universidad: estudiantes, profesores y trabajadores, finalmente son quienes están excluidos en los procesos de decisión que definen el rumbo de la universidad.

Por ello, si la denominada “4T” del gobierno centrista burgués de AMLO plantea una democracia verdadera, entonces, ¿por qué no comenzar por la universidad?

La UNAM en la 4T: el rectorado de Graue y su alianza con AMLO

El problema de violencia e inseguridad

Durante todo el rectorado de Enrique Graue, el problema de la violencia, la inseguridad, los feminicidios, el narcotráfico y el porrísmo aumentaron. Las contradicciones al interior de la universidad se fueron remarcando debido a la lucha de clases en el país.

Puede entenderse a Enrique Graue como la prolongación del poder que desde Juan Ramón de la Fuente se instauró con el denominado grupo de los médicos, sin embargo, a partir de la entrada de AMLO, Enrique Graue necesitó inminentemente de la alianza política para hacer prevalecer los intereses a lo interno de la universidad, es decir, dejar las estructuras intactas a como las dejó Juna Ramón de la Fuente: sin democratización.

Después de que la UNAM se adhiere en 2012 al manual de seguridad de la ANUIES, derivado de la balacera en el norte del país en el que militares matan a estudiantes el Tecnológico de Monterrey, es que se afianza la criminalización del estudiantado ante una serie de problemáticas perpetuadas desde la guerra de baja intensidad contra la drogas desencadenada en el gobierno de Felipe Calderón donde la juventud y la sociedad fueron los únicos asesinados.

Las campañas mediáticas de “no es tu amigo es un narco”; el cierre de espacios públicos estudiantiles como lo fue el caso de los frontones del anexo de la Facultad de Ingeniería, tras la balacera entre cárteles de droga a lo interno de la universidad y por el feminicidio de Lesvy Osorio a un costado del Instituto de Ingeniería; la puesta en marcha de mecanismos de intimidación con cuatrimotos que circulan por todo el campus y el aumento de vigilancia con cámaras en facultades y credencialización,  representan solo algunos de los instrumentos de control social.

Porrismo

Las contradicciones antidemocráticas en la UNAM, entraron de nuevo en crisis en el marco del ataque porril del 3s [1], pues se visibilizó el instrumento de represión y terror contra el estudiantado. No podemos olvidar que en este marco AMLO se reunió con Graue con el fin de hacer alianza y demostrar que el “presidente electo” apoyaba a la rectoría contra todo intento de desestabilización a lo interno” [2]. El análisis de este hecho debe situarnos en el momento histórico  en el que un régimen centrista burgués  necesita de alianzas a lo interno de la universidad para que la correlación de fuerzas se sitúe a su favor.

El ataque porril dejó en evidencia toda la red de la que dispone la rectoría para desarticular las movilizaciones estudiantiles, pues dentro de los perpetuadores estuvo Teófilo Licona quien se encargó de coordinar y dirigir  el ataque porril contra el estudiantado, siendo parte de Auxilio UNAM.

Feminicidios

Posteriormente a menos de un año del ataque porril del 3s, la violencia y los feminicidios marcaron un punto álgido tras el asesinato de Aidé Mendoza de CCH oriente el 29 de abril. Sumado a los feminicidios y desapariciones de  Mariela Vanessa de la Facultad de Filosofía y Letras, Miranda Mendoza de CCH Oriente y Graciela y Sol Cifuentes de la Facultad de Arquitectura. Esto quiere decir que en dos años se dieron al menos 6 feminicidios.

En este marco, Claudia Sheinbaum, gobernadora de la CDMX salió de nuevo en auxilio de Enrique Graue, haciendo visible la alianza de contención a la efervescencia social en la universidad.

La correlación de fuerzas actualmente se encuentra a favor de Enrique Graue para su reelección. Pues a un año del ataque porril del 3s, la movilizaicón estudiantil hizo ver de nuevo que no habría ni perdón ni olvido hasta que se desmantele la red de represión porril y hasta que se democratice la universidad. Ante esto rectoría sacó un comunicado firmado por directivos de escuelas,  facultades e institutos, para cerrar filas “contra toda provocación” que a lo interno intente desestabilizar la rectoría encabezada por Graue [3] y este a su vez supeditado al programa centrista burgués de AMLO con el fin de dejar las estructuras intactas, dónde el sector de derecha siga teniendo su lugar en la universidad.

La democratización la única salida

La juventud, tenemos que darnos cuenta que la única salida a los problemas de violencia, inseguridad, feminicidios, narcotráfico y falta de transparencia en la toma de decisiones dentro de la universidad es democratizando sus estructuras y desmantelando las redes parasitarias en sus núcleos orgánicos,  haciendo que las decisiones que se tomen para la resolución de problemáticas de la comunidad universitaria no recaigan en las centralidades burocráticas del poder: la Junta de Gobierno y el rector, sino en el grueso de quienes la componemos: estudiantes, profesores y trabajadores.

Así, quien quede en la rectoría no tiene que preocuparnos, si no tenemos clara la ruta política que debe marcar el rumbo de la lucha estudiantil es la búsqueda de la rediscusión de la universidad.

A 19 años del movimiento estudiantil de 1999, no podemos olvidar un planteamiento muy concreto que el GCH sumó en su pliego petitorio para poder democratizar la universidad, el cual aún sigue pendiente: el Congreso Universitario Resolutivo.

Es necesario plantearse una agenda que nos permita construir un pliego petitorio a nivel UNAM, que a su vez nos permita levantar el Congreso Universitario Resolutivo,  no para elegir a nuestros representantes únicamente, sino para rediscutir la universidad en todos sus ámbitos y, entonces sí, refundarla, redirigiendo el sentido social y científico que en el fondo, en función del desarrollo del sector rural, indígena y trabajador;  donde el poder de decisión no recaiga en la Junta de gobierno o en el rector, sino en un gobierno tripartita, es decir, entre profesores, trabajadores y una mayoría estudiantil.  Esta necesidad de democratización exige no solamente que el sector estudiantil se movilice, se necesita trabajar en conjunto con los profesores y trabajadores de la universidad.

Los eventos de violencia, inseguridad, porrismo y represión a lo interno de la universidad son cíclicos y cada vez más cercanos unos a otros temporalmente, es por ello que desde la Juventud Revolucionaria – GAR hacemos un llamado a organizaciones y colectivos de izquierda independientes para conformar un Frente Democrático Universitario, con miras a conquistar esa consigna mínima: la democratización de la universidad.

¡Por la conquista del Congreso Universitario Resolutivo para la democratización de la universidad!

[1] Sobre el ataque porril del 3s te recomendamos nuestro balance a un año: https://garmexicoblog.wordpress.com/2019/09/02/a-un-ano-del-3s-cual-es-el-balance-historico/
[2] Posicionamiento de AMLO en alianza con Graue tras el ataque porril del 3s:
https://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/se-reunen-amlo-y-graue
[3] Posicionamiento de rectoría para cerrar filas a favor de la reelección de Enrique Graue:
https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2019_630.html?fbclid=IwAR0jWeCtra8IsJonye1fzPR6OJuUtipH3wZk4r3OOvY19_u6fxBuUGQKKhM

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