América Latina: pandemia mundial, crisis capitalista y socialismo.

Claudio Arturo Todd

Introducción: capitalismo en crisis vs pandemia global

Existe un relativo consenso entre representantes de la burguesía, gobiernos, instituciones y medios de comunicación de categorizar a la pandemia del COVID-19 como un hecho histórico.  Para el proletariado esta situación también merece esa categoría por el impacto que ha tenido y tendrá en las condiciones de vida. Un hecho de tal magnitud ha traído una serie de cuestionamientos a la forma en que el capitalismo se ha desarrollado: ¿cómo es posible que después de tantos avances científicos y desarrollo de las fuerzas productivas estamos ante un hecho biológico que sigue poniendo en jaque a la sociedad humana como lo hizo hace cientos de años durante la Edad Media con la peste negra? ¿Qué acaso el capitalismo a pesar de haber incrementado la productividad del trabajo humano gracias a la ciencia y la tecnología no es capaz de elevarse por encima de los mismos problemas que aquejan a las poblaciones de sistemas precapitaslitas? 

La respuesta está en que el sistema capitalista es contradictorio. Éste para seguir manteniéndose requiere de la explotación de la gran mayoría de las personas (trabajadores) para mantener la ganancia de la clase burguesa. Si para ello tiene que generar una población sobrante (ejército industrial de reserva, comúnmente llamado como desempleo) o abiertamente liquidada de la posibilidad de sobrevivir, el capitalismo lo hará. La satisfacción de las necesidades humanas, como es la salud, están subsumidas a la lógica del sistema capitalista que es guiada por la tasa de ganancia; es decir, si se satisface una necesidad, es gracias a que es rentable para el capital. Este sistema no sabe de derechos. 

El problema de no satisfacción de necesidades concretas y, además, de que exista un sinfín de trabajadores y población sobrante para el capital sin la posibilidad de reproducir su subsistencia por sí mismos debido a la carencia de los medios es que existe un ambiente de gran vulnerabilidad para la mayoría de la población. Esta pandemia ha venido resaltar este hecho. 

En realidad, se puede afirmar que ningún país, ni siquiera los países con capitalismos más avanzados y/o de carácter imperialistas, han tenido una respuesta coordinada ante la pandemia. A los hechos hay que remitirse: el grueso de Europa Occidental fue epicentro de la pandemia después de China, en dos países los sistemas sanitarios colapsaron (Italia y España) y en otros están al punto de hacerlo (Francia, Alemania y Reino Unido); por otro lado está el actual epicentro mundial de la pandemia, el país que más contagios y muerte por Covid ha tenido hasta ahora: Estados Unidos (1). Si los países capitalistas más grandes, con mejor desarrollo de las fuerzas productivas, más competitivos, con Estados con mucho mayor capacidad de acción (esto tendría que incluir al sistema sanitario público), es decir, los mejores representantes de este modo de producción no pueden con la pandemia, no sería exagerado concluir que el capitalismo simplemente no puede con una pandemia mundial.

Además, cabe mencionar que la pandemia del Covid-19 llega en una situación financiera muy débil para la acumulación de capital a nivel mundial, donde la recuperación poscrisis de 2008 se basó en la emisión de deuda, la cual no generó un incremento en la inversión y el consumo a nivel economía global (2). Esto se debe a la presencia del problema de la caída tendencial de la tasa de ganancia: si los capitalistas ven una rentabilidad baja, las inversiones serán así y por ende la acumulación será débil aunque se le inunde de deuda (3). La endeble acumulación capitalista es confirmada por los datos del Informe de enero de 2020 del Banco Mundial, donde se calculó que la economía global creciera de manera mediocre un 2.5%, nada alejado del 2.4% que se presentó en 2019 (4). Estos pronósticos son antes de la pandemia. La cifra de crecimiento seguramente será mucho más baja

Es importante hacer énfasis para diferenciarnos de las explicaciones de la burguesía y sus representantes que la crisis económica en la que actualmente estamos no se genera por el Covid-19, sino que el modo de producción capitalista presenta dentro de su funcionamiento normal las contradicciones necesarias (la tendencia decreciente de la tasa de ganancia) para que se den las crisis. Es decir, las crisis son hechos inherentes al capitalismo. La pandemia sólo es un catalizador que definirá la magnitud de la crisis. Pero sin duda la suma crisis económica con pandemia viral mundial hace que el horizonte sea oscuro para la mayoría de los países capitalistas y, en específico, para las y los obreros del mundo. Todo esto hace que el capitalismo entre en un período de incertidumbre muy grande.

Sin embargo, aquí entra la cuestión: ¿si aquellos que son los más grandes capitalistas, no pueden con la pandemia, qué se espera de los países capitalistas más chicos, de aquellos que históricamente están fuera de la hegemonía mundial y del poderío imperialista? ¿Qué pasará con América Latina?

Después de esta breve introducción del gran significado que tiene la pandemia del Covid-19 para el desarrollo histórico del capital. En este artículo abordaremos la situación actual de América Latina frente a la pandemia del Covid-19 y a una inminente crisis económica mundial. El artículo empezará por abordar los problemas del capitalismo latinoamericano que hacen que esta región sea muy vulnerable. Posteriormente, se revisarán las perspectivas tanto para los países latinoamericanos como para la lucha de clases. 

Capitalismos chicos vs pandemia global

Como ya se explicó en la introducción la pandemia es un hecho histórico que agravará la crisis capitalista mundial. Este es el contexto general en el que debemos situar a la región de América Latina. En esta parte del texto se hablará la de la profunda debilidad estructural con la que se presentan los diferentes países capitalistas de la región, la cual definirá las formas con las que se enfrenten a esto graves fenómenos históricos.

América Latina contiene a países con capitalismos chicos, caracterizados por ser de desarrollo desigual y combinado, es decir, dentro de estos países conviven formaciones socioeconómicas muy avanzadas en términos de productividad con otras mucho más atrasadas, con niveles técnicos y productivos por debajo del promedio.  Estas son las raíces estructurales para las grandes asimetrías que se viven dentro de la región. Generalmente los sectores más avanzados, aquellos que son capaces de liderar la acumulación interna de cada país, son los sectores de exportación. Además, debido al atraso con la que llegaron los países latinoamericanas a la división internacional del trabajo y a la exportación de capitales de los países imperialistas, estos compiten en el mercado mundial con base a la amplia dotación de materias primas con las que cuenta la región o, en algunos otros caso, con su amplia oferta de fuerza de trabajo que se traduce en bajos salarios; a diferencia de los países más desarrollados que compiten con base a desarrollo tecnológico. 

Lo antes mencionado ha generado estructuras capitalistas sumamente dependientes de las exportaciones de materias primas, poco industrializadas, altamente dependientes al sector servicios (el turismo, por ejemplo), muy vulnerables a las condiciones del mercado mundial, y con estructuras productivas incapaces de absorber a toda la fuerza de trabajo disponible. Esta población sobrante para el capital se traduce en un nivel alto de desempleo o desempleo encubierto, bajo estas condiciones los trabajadores tienen la necesidad de aceptar trabajos informales o emplearse en sectores con salarios muy bajos. Todo ello hace que las economías tengan una cantidad importante de gente viviendo en condiciones de vida muy precarias e incluso en condiciones de autoexplotación, como se puede ver en las poblaciones, comunas, villas, parroquias, colonias, favelas más marginadas del subcontinente. 

Estas son las condiciones estructurales del capitalismo latinoamericano con las que se dará la lucha por la administración de la pandemia. Esto se ve reflejado en varios indicadores. Según el Informe especial COVID 19 presentado a principios de abril de 2020 de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) (5) las condiciones materiales de una gran población es baja, para 2016 el 53,1% de los trabajadores de la región se encontraban en la informalidad y el empleo infantil llega a unos 10,5 millones niñas y niños; a esto le sumamos que la región para 2019 contaba con un 11% de la población viviendo en pobreza extrema y un 30,3% que vive en pobreza. Estos fríos números son el medio ambiente necesarios para que la pandemia se reproduzca sobre un modo de producción que mantiene en la miseria a una gran cantidad de personas, las cuales viven al día.

Por ello, es que entre la clase dominante existe un justificado temor al crecimiento de la pandemia en “países emergentes”. La primera razón tiene que ver con las condiciones del sistema de salud y su posible desbordamiento más allá de lo que ha sucedido en los países más avanzados. Así lo expresó el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus: “nuestra mayor preocupación sigue siendo la posibilidad de que COVID-19 se propague en países con sistemas de salud más débiles”. América Latina pertenece a este grupo de países.  Pero, ¿por qué preocuparse? 

Si una región ha sufrido los estragos de la descapitalización de la salud pública, esa es América Latina. Además, el sistema de salud es reflejo de la desgarradora desigualdad, debido a la fuerte fragmentación; por ejemplo, de los trabajadores ocupados pertenecientes al decil 1 (el más pobre) solamente el 34% está afiliado a un sistema de salud. La Organización Panamericana de la Salud recomienda que el gasto público sanitario debe ser del 6% del PIB. El gasto promedio del sector salud en la región es del 2,2%. Esto se traduce en infraestructura deficiente: en 2018 el número de camas de hospital por cada 1000 habitantes es de 2.1 para esta región, mientras que el promedio mundial es de 2.7; también en falta de recursos humanos: el promedio de número de médicos por cada 10 000 personas es 1.9, mientras que para países como España, Italia o Alemania es de 4 (6).

El posible colapso sanitario puede estar muy cerca. Esta es una herencia de años por parte de los diferentes gobiernos burgueses que se han tenido. América Latina no está preparada para un hecho de tal magnitud como es la pandemia de Covid. 

Ahora, la segunda razón importante por la que hay un temor verdadero por la llegada del COVID-19 es la que tiene que ver con la crisis económica y sus estragos sociales. Como ya se había mencionado en la introducción de este artículo, la economía global no tenía buenas perspectivas. Los capitalismos chicos de América Latina tampoco. La CEPAL en 2019 pronosticaba un crecimiento raquítico de 1.3% en 2020. Esto es una fantasía que se diluyó con los severos efectos de la pandemia, para el 21 de abril de 2020 el mismo organismo afirmó que este año se espera la peor caída en la historia económica de América Latina con un -5,3%, siendo Argentina, México y Venezuela los países más afectados (7).

La mayoría de los informantes sobre la magnitud de la crisis en América Latina afirman que la vulnerabilidad es muchísima más grande que cuando se dio la crisis de 2008. Por ejemplo, los precios de las materias primas han caída bruscamente debido a la reducción del crecimiento de la demanda de China mucho antes de la pandemia (8). Esta tendencia no tendría por qué revertirse en el corto plazo, ya que prácticamente todas las economías desarrolladas consumidoras de las materias primas están bloqueadas por las medidas sanitarias y China, en particular, ha tenido caídas en su crecimiento. Todo esto frena el comercio mundial y las cadenas de valor. Hay que recordar que las exportaciones latinoamericanas son la más importante fuente de dólares que requiere una economía capitalista chica y dependiente para financiar sus importaciones, sobre todo de medios de producción. Sin duda esto será un duro golpe porque se tendrán menos recursos para afrontar la pandemia.

Además, debido al incremento de la incertidumbre en la economía global, los capitales salen de la región con la excusa de invertir en activos más estables como los que puede ofrecer Estados Unidos. Esto ha generado una terrible descapitalización de América Latina que se ve reflejada en las depreciaciones de todas las monedas de la región (9). Una depreciación en los tipos de cambio es un duro golpe para la clase trabajadora, ya que esto hace más caros las importaciones de un país, elevando los precios y con ello afectando el poder adquisitivo del salario. 

El capitalismo y los gobiernos burgueses latinoamericanos tienen en sus manos una bomba de tiempo, tanto en lo sanitario como en lo económico los peligros se entremezclan y generan las condiciones para que la región entre en una crisis muy aguda. Por otro lado, los trabajadores y los sectores más marginados son quienes tienen todas las de perder. En el lado de la salud, su dependencia a una sanidad pública ineficiente pone en riesgo sus propias vidas. Por el lado de la crisis económica, la pérdida de empleos y de ingresos para la clase trabajadora será la cruz que tengan que cargar. Habrán sectores muy marginados que tendrán que recurrir a las limosnas y las dádivas. El panorama es oscuro para los obreros latinoamericanos. 

Estado y lucha de clases. Giros por la pandemia. 

América Latina vivió en el 2019 un ascenso importante de la lucha de clases que puso en jaque a los Estados burgueses y, en algunos casos, a la forma en que se estaba desarrollando el capitalismo. Los casos más sonados sin duda fueron los de Chile y Ecuador. Donde las huelgas y manifestaciones multitudinarias agrupaban a varios sectores de la clase trabajadora y sectores populares en las calles. Pero prácticamente toda la región tuvo algún hecho importante de descontento. 

Haití tuvo las manifestaciones en contra del gobierno corrupto del actual presidente y contra la precariedad de la vida. En Bolivia, las manifestaciones fueron tanto en repudio como en defensa del gobierno del MAS, el cual renunció tras la presión de las fuerzas armadas, la Central Obrera Boliviana, y sectores urbanos pertenecientes a la burguesía agroexportadora. Colombia vivió fuertes protestas estudiantiles. Costa Rica vivó huelgas por un ajuste fiscal. Perú tuvo grandes fracturas dentro de su élite gobernante que se vieron reflejadas en la disolución del congreso. En Brasil el repudió a Bolsonaro crecía. Argentina tuvo la caída vía elecciones del gobierno de Macri y la vuelta de regreso del peronismo, esto en el contexto de una severa crisis de deuda. Esto es un breve recuento de los aspectos políticos que se dieron en la región. 

Para la clase dominante las llamadas “tensiones sociales” son un problema para la región. El economista en jefe del Banco Mundial para la región, Martín Rama, no vacila en decir que esas tensiones son “shock” que ha generado los malos resultados económicos de la región (10). Sin embargo, como vocero de la burguesía, no reconoce que eso es producto del incremento de la polarización social generada por el capitalismo.  En el fondo el temor es que estas tensiones se agudizan con la llegada de la pandemia tras una mala gestión por parte de los Estados, así como por el incremento del desempleo y la indigencia. 

Esta tendencia sin duda cambia con la llegada de la pandemia, debido a que los diferentes tipos de cuarentena han frenado las manifestaciones en las calles. Pero esto no quiere decir que se frene la lucha de clases, todo lo contrario; ahora la lucha de clases entra con un fuerte componente de lucha por la vida y la salud que hace que se den nuevos horizontes. 

Los Estados latinoamericanos son quienes han tenido que imponer cuarentenas, medidas de dispersión social, freno a actividades económicas no esenciales; saben que los sistemas de salud y las condiciones de vida de la mayoría de la población son un caldo de cultivo para una tragedia mayúscula. El caso más terrorífico y claro de que el capitalismo y sus Estados no dan las condiciones para superar esta pandemia en la región es Guayaquil, Ecuador. Esta ciudad se caracteriza por los altos niveles de hacinamiento y precariedad de la mayoría de la población donde el desborde del sistema sanitario y de los servicios funerarios ha dado al mundo imágenes de cadáveres esperando su suerte en las calles (11). 

El nivel de las medidas de dispersión social depende de cada país. Chile, uno de los países con mayor número de contagios de la región, impuso toques de queda y cuarentenas totales sólo en las comunas con más contagios. Sin embargo fue sólo gracias a la intervención de los trabajadores que se presionó para que se cerrarán centros comerciales. Argentina fue de las más extremas, estableciendo cuarentenas totales. Bolivia también estableció toques de queda. Perú suspendió actividades no esenciales y estableció toques de queda.  El Brasil de Jair Bolsonaro es un claro ejemplo de las pugnas que ha generado las cuarentenas, ya que el presidente se niega a realizar grandes medidas de aislamiento social, cosa que lo ha puesto en contra de los gobernadores y de su propio ministro de salud. 

La cuarentena es una medida que debe ser aplicada para poder aplanar la curva de contagios. Sin embargo, esto no quiere decir que esta medida sea querida por la burguesía; es más, si fuera por ella, todas y todos seguiríamos yendo al trabajo. En primera porque se frena la movilidad de la fuente de ganancia: la clase trabajadora. Pero además frena las ventas, generando un aumento de sus inventarios que no es más que ganancias pudriéndose en los almacenes. Pero existe una condición real que impone la naturaleza humana y biológica que entra en contradicción con la búsqueda de la ganancia. 

En este mismo sentido, también se tiene que tomar en cuenta que las crisis son un período muy vulnerable para los capitalistas. La crisis son momentos de desvalorización de los capitales, de retroceso de fuerzas productivas y de salida del mercado de muchos empresas que no aguantan la competencia. Es importante tomar en cuenta esto, porque así como definimos que la crisis en América Latina será de una gran magnitud histórica por los bajos niveles de crecimiento, los capitalistas también harán todo lo posible para presionar por la reactivación total de la acumulación y con ello de la producción de sus ganancias. Pero esto no será tan fácil, porque la crisis y la pandemia están para quedarse. 

Las trabajadoras y trabajadores latinoamericanos tienen en sus manos una lucha muy importante para con su propia vida, por ello es inminente su intervención para que las cuarentenas no sean flexibilizadas en beneficio de la burguesía. En Chile, ya se puede observar como la Cámara Nacional de Comercio, en contubernio con el Estado, presionan para que se acepte la reapertura de los grandes centros comerciales. Una locura si se piensa que en ese país está a punto de entrar el invierno y además la tasa de contagios y muertes no ha disminuido. En México, Salinas Pliego, segundo capitalista más rico, abiertamente habla a favor de que la “economía no se pare” y obliga a sus trabajadores a ir a laborar. Ejemplos así se multiplicaran.

En otro sentido, también es necesario que las organizaciones de trabajadores, sociales y revolucionarias estén en el pie del cañón para demandar protección a los trabajadores informales, a los desocupados, y a los sectores más vulnerables. Es imprescindible que todo ese cuestionamiento que se tenía hacia los Estados burgueses que orientaron las luchas del año pasado no cese. Es más, el fracaso del capitalismo y la llegada de la pandemia son un buen momento para que la clase obrera genere conciencia sobre las incompatibilidades que hay en este sistema con la empatía hacía la vida huma.

¿Rescate o revolución?

La burguesía latinoamericana e imperialista, así como sus representantes ya tienen un plan para la región ante la peor crisis económica que podría sufrir la región: el rescate. Debido a que la región entrará en una catarsis histórica debido al binomio pandemia más crisis económica, la propuesta que está empezando a circular es que haya un “rescate” de los capitalismos latinoamericanos, debido a que los Estados de esta región son incapaces de poder hacerlo por sus propias manos por muchas de las condiciones estructurales que fueron explicada en este artículo.  

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha llamado a hacer un “Plan Marshall” para inyectar recursos financieros a la región (12). También, por ejemplo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo (UNCTAD) ha pedido que la comunidad internacional vaya pensando en la generación de un paquete anticrisis de $2.5 billones de dólares para los países en desarrollo (13). A esto se le ha agregado un sinfín de peticiones para que los acreedores (quienes prestan dinero) de la región flexibilicen los pagos de la deuda. Todas estas medidas están en apelar a la benevolencia de la llamada comunidad internacional que no es más que los países imperialistas y sus instituciones. 

Sin embargo, en un ambiente donde todos los países entraran en recesión es muy poco probable que se tienten el corazón. Además, las crisis en el capitalismo tienen una clara forma de solucionarse y es con base al aumento de la plusvalía (es decir del grado de explotación de los trabajadores), eso hace recuperar las ganancias. Las crisis generan esas condiciones porque aumenta el desempleo y la competencia entre trabajadores aumenta, generando las condiciones para que baje el salario. Una condición así puede justificar una serie de ajustes que vulneren a la clase obrera como reducción del gasto público. Por ello, que algún sector de la burguesía diga que alguien externo nos rescatará es una ilusión para la clase obrera; mientras que el mayor grado de explotación es una realidad. 

En este momento, es necesario explicar a las masas latinoamericanas por qué esta situación histórica en la que vivimos es clara prueba de que el capitalismo tiene que superarse. Con este sistema no hay una respuesta coordinada y contundente para la pandemia, ni mucho menos para la gran crisis que se aproxima, pues se basa en la competencia del mercado y en la irracionalidad de la producción. Además, para que exista capitalismo debe seguir existiendo condiciones de miseria como el desempleo, la informalidad, la pobreza y la precariedad de la vida. Todo esto es un campo de cultivo para que las enfermedades infecciosas puedan propagarse.

Esto tiene que sustituirse por el socialismo impuesto por un Estado obrero, donde se centralice y coordine la economía con base a una estructura democrática, que utilice todos los recursos para satisfacer necesidades (como es la salud) y no ganancias. Para ello una revolución socialista dirigida por la clase obrera es lo que se necesita; en la cual haya una intervención organizada, violenta y consciente en la lucha contra el capital expropiando los medios de producción. Para coadyuvar esto es insoslayable la construcción de un partido revolucionario de la clase obrera. 

Es bien claro el horizonte, América Latina no requiere ser rescatada por la burguesía y sus instituciones internacionales. El capitalismo se agotó, está en una crisis histórica, por más que intente revivirlo. El problema en América Latina es el capitalismo. Y la solución en el horizonte será la revolución proletaria. 

En medio de la pandemia, se requiere agitar en el sentido de que la clase obrera aumente su intervención dentro de las crisis-pandemia, exigiendo mejores condiciones de vida, de salud para todas y todos; donde la lucha por la defensa de los puestos de trabajo y del salario sea del diario.  Por ello desde el Grupo de Acción Revolucionaria se ha propuesto 19 puntos para que las trabajadoras y los trabajadores enfrenten la pandemia siempre teniendo en el horizonte el socialismo.

Referencias:

(1)  Para la observación de la evolución de contagios ver el conteo de la Universidad Johns Hopkins: https://www.bbc.com/mundo/noticias-51705060 

(2) Ver la nota del economista marxista Astarita, R. (2020), ¿Hacia una depresión global?, Rolando Astarita [Blog], en https://rolandoastarita.blog/2020/03/10/hacia-una-depresion-global/

(3) Para una explicación de la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia ver Babilonia, M. (31 de diciembre de 2019), ¿Cómo comprender los indicios de la próxima recesión económica mundial?/ Parte I, Grupo de Acción Revolucionaria, en https://garmexicoblog.wordpress.com/2019/12/31/como-comprender-los-indicios-de-la-proxima-recesion-economica-mundial-parte-i/. Para una comprensión con base a la evidencia empírica ver Roberts, M. (5 de marzo de 2020), Disease, debt, and depression, Micahel Robert Blog, en https://thenextrecession.wordpress.com/page/2/  

(4)Banco Mundial (Enero 2020). Global Economic Prospects, January 2020: Slow Growth, Policy Challenges, Washington D.C.

(5) CEPAL (3 de abril de 2020). América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19: Efectos económicos y sociales, CEPAL. 

(6) Ibíd

(7) CEPAL. (2020), Pandemia del COVID-19 llevará a la mayor contracción de la actividad económica en la historia de la región: caerá -5,3% en 2020, CEPAL, en https://www.cepal.org/es/comunicados/pandemia-covid-19-llevara-la-mayor-contraccion-la-actividad-economica-la-historia-la 

(8) Para observar la gráfica de la caída de las materias primas ver  Meireles, M. y Todd, C. (13 de abril de 2029). Los fantasmas de América Latina: estancamiento  económico, vulnerabilidad externa y pandemia. Revista Común, en https://www.revistacomun.com/blog/los-fantasmas-de-america-latina-estancamiento-economico-vulnerabilidad-externa-y-pandemia

(9) Ibíd

(10) Ver  sus comentarios en https://www.bancomundial.org/es/news/video/2020/04/13/la-economia-de-america-latina-y-el-caribe-en-tiempos-de-covid-19-coronavirus?cid=ECR_E_newsletterweekly_ES_EXT_SM2020&deliveryName=DM60538

(11) Para un análisis detallado del medio ambiente de marginación en el que se dio expandió la pandemia en Guayaquil ver Flores, X. (10 de abril del 2020), Guayaquil y el modelo que tocó fin. Revista Común, en https://www.revistacomun.com/blog/guayaquil-y-el-modelo-que-toco-fin?rq=Guayaquil

(12) Gurría, A. (2020). Coronavirus (COVID-19): Acciones conjuntas para ganar la guerra, OCDE.

(13) UNCTAD (30 de marzo de 2020). UN calls for $2.5 trillion coronavirus crisis package for developing countries, All News.

¿Rescate o revolución?

Comments

Una respuesta a “América Latina: pandemia mundial, crisis capitalista y socialismo.”

  1. […] [3] https://garmexicoblog.wordpress.com/2020/04/24/america-latina-pandemia-mundial-crisis-capitalista-y-… […]

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