En México existen dos aristas en cuanto al trabajo doméstico y las mujeres. Por una parte se encuentra la lucha por el reconocimiento y la dignificación de las labores diarias de cuidado como un trabajo y por el otro mujeres trabajadoras del hogar de manera remunerada que luchan por derechos laborales básicos.
Históricamente, a las mujeres se nos ha asignado un rol social, un estereotipo de género. A través de él se nos ha inculcado desde pequeñas, lo que como mujeres estamos socialmente obligadas a hacer. Entre estos mandatos patriarcales se encuentra la asignación del trabajo doméstico a las mujeres como una obligación que, además, debe realizarse de manera abnegada y por puro amor.
La realidad es que el trabajo doméstico no remunerado significa dos cosas: la romantización de la explotación y la reafirmación social de que las mujeres nacimos para servir. Las labores domésticas y de cuidados no remunerados, además de absorbentes y agotadoras, representan parte de la desigualdad laboral a que estamos sujetas las mujeres.
Para las mujeres trabajadoras del hogar que ejercen esta labor de manera remunerada pero en condiciones de precariedad, también existe un panorama complejo. A la fecha de este artículo, las trabajadoras del hogar están a la espera de que la iniciativa sobre obligatoriedad de afiliación al IMSS para las trabajadoras del hogar sea discutida en septiembre. De modo paralelo, el pasado 3 de julio entró en vigor el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el trabajo doméstico, que reconoce a éste como un trabajo que debe ser remunerado. Como en gran parte de las leyes, la realidad dista de la letra, por lo que las mujeres trabajadoras del hogar siguen luchando por el respeto pleno a sus derechos laborales.
Sin embargo, estos avances no hubieran sido posibles sin la constante presión de las mujeres trabajadoras del hogar hacia las instancias con el poder político para avanzar en ese sentido. No son las voluntades políticas de las y los legisladores de cualquier partido político en el poder las que han logrado estos avances, han sido las mujeres organizadas presionando por sus derechos laborales básicos.
Miles de mujeres diariamente realizan una triple jornada de trabajo: cuidado de las y los hijos y miembros del hogar, trabajo remunerado, así como el trabajo no reconocido socialmente en las tareas del hogar.
Los trabajos de cuidados y domésticos deben ser socializados. Lo anterior significa que el Estado y nuestros empleadores se deben de hacer cargo del trabajo que permite la reproducción de la fuerza de trabajo, pues el tener ropa limpia, comida y estar bien de salud, son aspectos fundamentales que nos permiten trabajar a diario y son sustentados por las mujeres, es por eso que el Estado y las empresas deben de impulsar comedores comunitarios barriales y en nuestros centros de trabajo, guarderías públicas y de calidad, así como lavanderías públicas. Es necesario que las empresas, el Estado y la sociedad en su conjunto dejen de cargar sobre los hombros de las mujeres los trabajos de reproducción de la fuerza de trabajo.
De manera complementaria, es a través de una educación no sexista en todos los niveles educativos, que los roles de género impuestos deben eliminarse. Se necesita que el trabajo del hogar no sea visto como una tarea exclusiva de las mujeres, sino que sea una labor colectiva realizada por todos los integrantes de un hogar, sin distinción de sexo.
Tanto las mujeres que se hacen cargo del trabajo no remunerado de cuidados del hogar, como las trabajadoras del hogar en busca de sus derechos laborales, con sus matices, compartimos algo: la opresión del mismo sistema patriarcal racista, sexista y violento. Ante él resistimos y contra él es que nos seguimos organizando.
Este 22 de julio, en el marco del día internacional del trabajo doméstico, visibilizamos nuestras opresiones como mujeres trabajadoras precarizadas y día a día luchamos por transformarlo.
¡Socialización del trabajo doméstico!
¡Alto a la precarización laboral!
¡Contrato y seguridad social para todas las trabajadoras del hogar!
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