Antes de la finalización de diciembre del 2021 el INAH emitió un comunicado donde exhorta a la ENAH a no contratar trabajadores y trabajadoras eventuales, pretextando la falta de presupuesto que tiene el instituto, lo que se traducía en una parálisis de funciones elementales en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y ponía en riesgo la educación de miles de estudiantes y trabajadoras/es que han tenido que resistir a la problemática de desmantelamiento semestre con semestre.
El oportunismo burocrático y el discurso de ser comunidad.
Tras la reacción estudiantil, docente, de trabajadores y trabajadoras, el Director General Diego Prieto informó que los trabajadores y las trabajadoras eventuales iban a ser recontratados e inclusive habló de un aumento presupuestal que había tenido el INAH, argumentando que todo lo ocurrido era un malentendido por parte del Director de la ENAH Dr. Hilario Topete Lara.
Existen dos argumentos tratando de ser conciliadores con el naciente movimiento de la ENAH, por su parte Diego Prieto pretende que la recontratación de trabajadores y trabajadoras eventuales es suficiente para resolver la problemática de la ENAH, vocifera a la prensa que inclusive hay un aumento presupuestal, aunque no suficiente, como él mismo lo ha sentenciado: ¿deberíamos conformarnos con eso? La respuesta es NO, sin embargo, deberá retomarse la crítica que se ha mantenido sobre la propia estructura que tiene el INAH en relación con la ENAH, profundizar sobre la burocracia enquistada en el INAH y en la ENAH, el desmantelamiento sistemático y paulatino que es herencia de la administración actual y las pasadas, de políticas añejas que pretenden borrar una escuela crítica y popular, uno de los resultandos es la precarización laboral de las y los profesores que no son de tiempo completo.
A su vez, el director Topete Lara pretende, bajo un discurso conciliador, quedar bien tanto con la dirección del INAH y con las bases de la ENAH, bajo argumentos institucionalistas formales, donde defiende a capa y espada la escuela. Bajo su argumentativa de “comunidad ENAH” donde existe un frente de bien común, no obstante, en abril del 2020 cuando estudiantes y docentes le propusieron su cooperación para un Frente Común y organizar acciones más concretas para lograr un alza presupuestal, su respuesta fue ambigua y conciliadora. ¿Cómo podemos hablar de comunidad si existe una cooperación con la estructura que desmantela? Es pura demagogia discursiva, no existe una comunidad ENAH fuera de las bases, ya que la propia escuela está diseñada de manera antidemocrática y vertical.
¿Y las posibles causas?
Es importante señalar que los problemas coyunturales se arrastran desde administraciones pasadas, por ejemplo desde 2018 Diego Prieto firmó los acuerdos que la movilización estudiantil, docente y trabajadora presionó para darle una nueva orientación a la escuela, dichos acuerdos siguen sin cumplirse y ahora se da un tiro más al cuerpo de la raquítica ENAH.
Es tentador utilizar el argumento para señalar como culpable la política de austeridad del gobierno Obradorista, si bien tiene relación pero no por la razones que maneja la derecha reaccionaria, nuestra comunidad debe ir un paso más adelante y a la izquierda de esta crítica. La política de austeridad se plantea en un gobierno que pretende ser para ricos y pobres, es decir, pretende reconciliar lo irreconciliable, los intereses de la burguesía con los de la clase trabajadora, en ese sentido, la austeridad se pretende ejecutar sin tocar las castas burocráticas, dejando intactos los poderes que se encuentran dentro de las instituciones, manejando el remanente de presupuesto acorde a los intereses burocráticos. Dichas estructuras han permitido los recortes presupuestales, por ende el desmantelamiento paulatino de la escuela, también han solapado la precarización de las y los trabajadores que se traducen en contratos temporales, donde no se asegura una continuidad y seguridad laboral, sumado a los raquíticos salarios que perciben.
Y ante las declaraciones de Diego Prieto y su pretensión de calmar a la comunidad, con seguridad podemos afirmar que el naciente movimiento no se conformará con un discurso prefabricado por la casta burocrática que ha desmantelado por años a la escuela, harán cimbrar la propia estructura de la ENAH. Estudiantes, docentes y trabajadores hemos insistido en la necesidad de discutir y cambiar estructuralmente a la ENAH, ello implica una nueva relación con el INAH que rompa con la estructura y sus trabas para que la escuela responda a una educación acorde a sus tiempos y a las necesidades estudiantiles, docentes y de la clase trabajadora mundial. Tenemos una experiencia como lo fue la reconstituyente, dicho ejercicio pretende darle una nueva orientación a la escuela, proceso inconcluso precisamente por las trabas de algunos sectores que priorizan renovar el Consejo Técnico antes de cumplir la demanda de la segunda fase de la reconstituyente, entonces existe una tarea pendiente, impulsar la segunda fase del congreso, dicho espacio puede ser una oportunidad de frente para reestructurar la relación con el INAH.
Está en riesgo la educación de calidad y digna en una institución pública e histórica como lo es la ENAH. La lucha de los últimos años que hemos dado las bases de la ENAH ha permitido mantener de pie a la escuela y hacerla funcionar, y en esta ocasión no será la excepción. Las tareas parecen enormes, pero no inalcanzables, es posible cambiar la estructura de la ENAH y es un deber histórico para evitar la desaparición de la escuela. Necesitamos una ENAH popular acorde a las necesidades actuales de sus estudiantes, docentes, trabajadores y comprometida con la transformación de la realidad actual.
Hasta alcanzar la Victoria
No más recortes presupuestales para la ENAH
Hasta que la dignidad se haga costumbre.
Yo defiendo a la ENAH
Alfredo Herrera militante de la JR y estudiante de antropología social en la ENAH
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