El país sufre un reto enorme en la educación, y se plantea en el plano de una alternativa de atención a las demandas y necesidades de la sociedad mexicana. Las universidades públicas con mayor prestigio de nuestro país han virado su responsabilidad social y optado por engancharse a la educación de mercado interpelando al apellido del sentido social, que llevará al país por la vía del desarrollo sostenible y sustentable.
Hasta la fecha toda actividad que viene desde la base del sistema económico no ha dado frutos en la sociedad, tanto así que México se le sigue citando como un país en vías de desarrollo, tanto por un mal quehacer político en la toma de decisiones, y otro por dejar desatendidas las problemáticas sociales que existen. Es aquí donde tendría que entrar el carácter político de las universidades públicas ante la ineficacia e inoperancia en la esfera de la política pública; y por otra parte en poner suma atención a la ruptura social en sus diferentes ámbitos.
Retomando lo último, las universidades tienen la responsabilidad de vincular al sector estudiantil con toda la base social, desarrollando de esta manera una conciencia histórica del individuo relacionada con toda aquella limitante que lleve a las poblaciones a la exclusión, la pobreza y otras inequidades. El proceso formativo que se genera en las aulas de estas instituciones tiene la capacidad de responder a los contextos que se encuentran en los espacios rurales, indígenas y urbanos, para poder frenar los procesos de estratificación social que el sistema económico actual genera en toda la vida en sociedad. Las universidades públicas no le deben nada al mercado, sin embargo desarrollan en la población estudiantil una perspectiva de mercado haciendo del conocimiento un lucro que solo beneficia a las empresas privadas que acrecientan la ganancia y reducen las responsabilidades con el trabajador, teniendo como ejemplo principal las actividades laborales en las plataformas del outsourcing.
El servicio social es la base de generar en la población estudiantil un perfil preprofesional, asentando los conocimientos teóricos, metodológicos, técnicos; en el proceso se adquieren nuevos conocimientos y habilidades, que agrupados llevan al desarrollo de la práctica profesional, este proceso está en constante construcción por las diferentes circunstancias en las que se puede encontrar el futuro profesionista. En esta práctica el estudiante debe de reconocer la corresponsabilidad que se tiene con la sociedad, ya que la educación pública es un fruto de diferentes luchas sociales en los últimos 50 años, pero la mayor contribución es de toda aquella persona que pagan impuestos, de esta manera se puede subsidiar este derecho; sin esta perspectiva la educación pasaría a ser un bien material como en Estados Unidos donde la educación se aspira como un producto ostentoso que slo puede estar al alcance de grupos con gran capacidad adquisitiva, y las personas con menores recursos termina la universidad con deudas de préstamos estudiantiles.
La Confederación Patronal de la República Mexicana, mejor conocida como COPARMEX se ha involucrado directamente con la educación mexicana, pensando en ésta como la solución a los problemas sociales; ellos puntualizan que los dilemas se suscitan a partir de la propia existencia del ser humano y la moralidad de donde nacen los actos de cada individuo; en otras palabras, la falta de valores se centra en la familia y la carencia del patriotismo, los problemas sociales nacen de una crisis moral.
En contraste, desde nuestra perspectiva socialista podemos afirmar que los problemas sociales tienen su andamiaje en la base económica de producción y su reproducción, se suministra desde la estructura en la que descansan los Estado nación, en donde se desarrolla también la vida social. La pobreza económica junto con la precariedad laboral es un resultado de concentración de la riqueza y las recesiones económicas que disminuyen los salarios, ésto imposibilita al obrero a su derecho a usar, su derecho a disponer y a su derecho a disfrutar de todo lo necesario para vivir y no sobrevivir o subsistir.
El servicio social es uno de los procederes para empezar a introducirnos en la realidad social, pero no tiene una edificación real si éste sólo se despliega en la vida de las instituciones públicas, privadas o académicas. Todo conocimiento adquirido de una institución de educación pública necesita una praxis enfocada en atender las desigualdades sociales; es por eso que hacemos un llamado a toda la población estudiantil a que se rebase el análisis moral de las problemáticas sociales, y que se empiece a dar un vuelco a observar detenidamente que los problemas tienen una raíz de explotación laboral, a la restricción del usufructo de la vida, la elitización de la educación. Llamamos a los estudiante a demandar un servicio social que se enfoque en el trabajo de la comunidad, ya que ésta representa en una de las formas básicas de vínculo social y donde se pueden palpar las diferentes carestías, pero sobre todo donde se pueden construir caminos en busca del bien colectivo; que disputen los planes de desarrollo institucional y los programas de servicio social de sus escuelas y facultades los cuales podrán poner una base generacional de competencias adquiridas con sentido retributivo por la educación pública. Les llamamos a sumarse a la Juventud Revolucionaria y luchar por esta demanda en las universidades públicas.
José Venancio y Dulce Mireles
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