El pueblo europeo sufrirá el frio de este invierno y el azote de la inflación.
La estrategia desesperada de E.U. está destinada a fracasar y los líderes europeos no lo ven. Mientras el pueblo exige en las calles el fin de la guerra y volver a comprar gas a Rusia ante la inflación descontrolada y la cercanía del invierno.

[Foto AP/Petr David Josek] [AP Photo/Petr David Josek]
La crisis económica y social de República Checa, que ha estado latente durante años, empeoró dramáticamente tras la imposición de sanciones de la Unión Europea contra Rusia. Antes de las sanciones, la República Checa obtenía el 90 por ciento de su gas y el 50 por ciento de su petróleo de Rusia. Ahora depende del suministro de gas de Alemania, que está cobrando precios altísimos. La propia Alemania se encuentra en medio de una enorme crisis energética.
El esquema es básicamente una creación de la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen: “Este límite de precios es una de las herramientas más poderosas que tenemos para combatir la inflación y proteger a los trabajadores y a las empresas en los Estados Unidos y en todo el mundo de futuros picos de precios causados por interrupciones globales”.
En la visión financiera y reduccionista de Yellen, el precio se fijaría por encima del nivel de precios que Rusia requiere para equilibrar su presupuesto nacional (lo que le empujaría a seguir extrayendo petróleo), pero por debajo del precio requerido para mantener las economías occidentales prósperas, y lo suficientemente bajo como para reducir los ingresos petroleros de Rusia, debilitando su economía y su esfuerzo bélico.
Pero esto es improbable que funcione. Rusia puede fácilmente reemplazar el seguro occidental. Los dos caminos principales son el autoseguro (reservar parte de los ingresos por la venta de petróleo y gas en un fondo para pagar siniestros si es necesario) y el seguro cautivo (establecer compañías propias de seguros con la participación de los afectados).
En resumen, Rusia puede obtener fácilmente un seguro en otros mercados que no participan en el boicot, incluidos Dubai, India y China, junto con la propia Rusia. Por lo tanto, el seguro no servirá como un arma eficaz contra Rusia y el precio máximo fracasará.
Además, a EE.UU. y los líderes europeos parece que se les olvida que quienes transportan, almacenan, distribuyen y suministran el gas en Europa son empresas privadas que participan en el mercado, a quienes les perjudican los efectos que tienen las sanciones, ya que ven disminuidas sus ganancias. A ellas también les están pidiendo que se sacrifiquen por el bien común de vencer a Rusia, un enemigo al que las sanciones no le están afectando en este momento y que puede soportarlas mejor que la unión Europea en el corto y mediano plazos.
Mientras tanto el pueblo europeo sufre a causa de la doble crisis, energética con los precios del petróleo, el gas y la electricidad a niveles onerosos para el europeo promedio, y la inflacionaria que deriva de la primera, ya que los costos de todos los bienes y servicios se ven afectados por el alza en los energéticos y por la escasez provocada por la guerra en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia, como lo son los granos básicos y fertilizantes.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/internacional/20220911/8514212/europa-rusia-putin-inflacion-energia-gas-electricidad.html
El auténtico pulso de la guerra de Ucrania se está trasladando del campo de batalla en el Donbás al territorio de la Unión Europa y el Reino Unido. Y será aquí donde, este invierno, se decidirá en gran medida el desenlace de la contienda. Las represalias energéticas desencadenadas contra Europa por el presidente ruso, Vladímir Putin, en respuesta a las duras sanciones económicas y financieras de Occidente por la invasión de Ucrania, van a poner seriamente a prueba la cohesión social y la estabilidad política de los países europeos, más que la estabilidad de Rusia a quien van dirigidas las sanciones.
Y es que las marcas europeas y estadounidenses no ha abandonado el mercado ruso. Wang Wen, columnista del Global Times, narra su visita al centro comercial Galería, en San Petesburgo, investigando cuántas marcas europeas y estadounidenses habían abandonado el mercado ruso.
“La gran mayoría de las marcas siguen ahí. El empleado de la tienda Apple me dijo que han estado abiertas desde que comenzó el conflicto entre Rusia y Ucrania con sólo un día simbólico de cierre. Lo que es más interesante es que mientras McDonald´s en el quinto piso está cerrado, KFC está abierto y su negocio está mejorando con largas colas durante todo el día.” (Global Times, 12/09/2022)
Europa, en manos de gobiernos peones de Estados Unidos, va a continuar con la guerra para someter a la población a un nuevo sistema con carácter fascista.
La ministra de relaciones exteriores, Annalena Baerbok (del partido verde) lo dijo claramente: Pondré a Ucrania en primer lugar “sin importar lo que piensen mis votantes alemanes”, o lo difícil que sea su vida. Así que podemos ver que la agenda que se está desarrollando en Europa, no tiene que ver con el bienestar del pueblo europeo, sino con los intereses que Estados Unidos dictó en el Worl Economic Forum (Davos) en enero de este año, antes de que empezara la guerra.
Para los ideólogos de Davos, ahora también es la oportunidad de acelerar la desfosilización y denunciar el retroceso de las energías renovables, independientemente del dolor impuesto al pueblo europeo. Este mensaje está desbordando las redes sociales y sitios web europeos. Siguiendo esta lógica, se puede esperar que los líderes de la UE persistan dogmáticamente en transformar a la UE en una economía controlada, con un discurso único difundido por los medios de comunicación que asegure la continuidad de la guerra de sanciones hacia Rusia y el aguante estoico (absurdo) del pueblo europeo, algo al estilo del estalinismo o peor, al del fascismo.
- Los trabajadores y los explotados del mundo no debemos de permitir gobiernos que no miran a los intereses del pueblo trabajador y pobre. Europa hoy se ve en una situación vulnerable a causa de la privatización y la debilidad de sus organizaciones de izquierda quienes han sido vapuleadas por el poder económico y mediático de la derecha europea. El otrora primer mundo, hacia donde muchos aspiraban, hoy está al nivel de pobreza energética que Latinoamérica, ya no es ningún referente en lo económico tampoco.
Los europeos llegaron a esta situación porque sus gobiernos neoliberales privatizaron sus bienes energéticos, generando la dependencia energética a las empresas privadas, mientras que sus partidos y organizaciones de la clase trabajadora no han podido echar para atrás estas políticas de despojo para asegurar su suministro de energía, el cual es un bien básico además de que es la base de su actividad industrial y del empleo. En cambio, siguieron como manada a Estados Unidos y su visión equivocada de conservar su hegemonía a cualquier precio y de querer someter por la fuerza (militar o de sanciones económicas) a los gobiernos que no se alineen a su visión del mundo y adopten su estilo de democracia.
La democracia occidental hoy financia y da armamento a un gobierno nazi como el de Zelenski y destruye con ello cualquier resto de credibilidad en el modelo de democracia occidental y se desnuda como la vulgar ambición de poder.
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