EL INTERNET SE PRIVATIZA, LAS GRANDES EMPRESAS TOMAN EL PODER DE LAS REDES

Julián HR

El Internet se encuentra bajo ataque después de que en diciembre de 2017 la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) suspendiera las reglas de neutralidad de red que desde el 2015 obligaban a las grandes empresas de telecomunicaciones en Estados Unidos a no discriminar los datos que viajan a través de sus redes. Desde ahora los proveedores de servicios de Internet podrán cobrar a los sitios Web por la calidad de servicio que necesiten, además de que tendrán la facultad de bloquear los sitios que quieran, lo que provocará la marginación de aquellos grupos que atenten contra los intereses de estas empresas o que no tengan los recursos suficientes para mantener sus páginas Web.

En sus inicios, el Internet sólo servía a miembros del gobierno de Estados Unidos e instituciones académicas, hasta que en los noventas se crea el sistema de páginas web que hoy en día usamos, lo que provoca un incremento exponencial en el número de usuarios. Con una mayor cantidad de personas usándolo diariamente, su importancia social y económica dio lugar a que se crearan reglas con el fin de que todo el contenido se transmitiera por igual y la comunicación tuviera un estatus igual al de las líneas telefónicas. En diciembre pasado esto último se perdió debido a los intereses de una minoría económica, que de nuevo pone en evidencia la ilusión que es la democracia en un mundo capitalista.

A nivel global un poco más de la mitad de la población tiene acceso al Internet, por lo que el control sobre este medio se ha hecho indispensable. A diferencia de otros medios tradicionales como la imprenta o la televisión, las corporaciones no tienen control directo sobre la comunicación en Internet, lo que ha permitido que en la actualidad sea un medio por el cual las personas adquieren conciencia social y organizan acciones conjuntas.

Por esto mismo, el Internet es prácticamente un espacio público, un lugar en donde se ha posibilitado la resistencia contra las élites nacionales e internacionales, por lo que no es coincidencia el hecho de que ahora se quiera desbaratar este espacio en favor de un sistema escalonado, donde se traiga la marginación económica que existe en nuestra realidad al ciberespacio.

En este esquema se divide el Internet de acuerdo a cuánto dinero se tenga, en donde una mayor cantidad permite que la gente pueda acceder más rápido al sitio Web en cuestión y que en total más gente acceda, debido a que son pocos los que aguantan una conexión lenta. Esto logra que aquellos sin el dinero suficiente para pagar tales velocidades altas se vean silenciados ante los poderosos, igual que ocurre en los medios tradicionales.

La supresión de la neutralidad de red que ocurrió en Estados Unidos, repercutirá en un país atrasado como México que tanto depende del visto bueno de su vecino. Aun así, México tiene el artículo 145 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión que establece un número de puntos a favor de la neutralidad de red, aunque siguen pendientes los lineamientos que establecen su operatividad.

El Internet no debe ser pensado como un medio de comunicación más, el hecho de que permita la interacción entre grupos de personas de forma inmediata puede dar lugar a que se use como parte de un proyecto nacional que apodere a la gente y la involucre en las decisiones políticas del país, como lo fue planteado en el proyecto Synco durante el gobierno de Salvador Allende en Chile. De hecho, conforme más gente lo adopte, más será la necesidad de asegurar las condiciones democráticas del medio de comunicación, y ante la negativa de las empresas de telecomunicaciones de acatar las exigencias del pueblo, será inminente la renacionalización de su infraestructura.


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