Shahin Corona
El primero de mayo de 2019, miles de trabajadoras y trabajadores de todo el mundo saldremos a las calles a exigir mejores condiciones de trabajo, alto a las políticas de ajuste que van en detrimento de los derechos laborales de la clase trabajadora, gritaremos con fuerza alto a las políticas extractivistas y de saqueo del imperialismo en América Latina, así como aborto legal seguro y gratuito en todo el mundo.
El 1o de mayo fue declarado en 1889 por el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional como el Día Internacional de los Trabajadores, este día fue propuesto para recordar que en 1886 estalló la huelga de más de 200 mil trabajadores en Chicago, Estados Unidos, con la reivindicación principal de conquistar la jornada de ocho horas, ocho horas de trabajo, ocho de recreación y ocho de descanso. La huelga terminó con encarcelamientos y el asesinato de varios de sus líderes, quienes son conocidos como los mártires de Chicago.
A partir de esta fecha, ha sido el día en el que miles de trabajadoras y trabajadores en todo el mundo hacen un homenaje a las y los trabajadores que lucharon y murieron en la lucha obrera y al mismo tiempo toman las calles para luchar por mejores condiciones laborales.
Este primero de mayo se vivirá en medio de un viraje y reforzamiento político de la derecha en América Latina, quienes no dudarán en seguir aplicando las recetas del FMI para paliar la crisis capitalista y cargarla sobre los hombros de miles de trabajadoras y trabajadores, condenandonos a una vida de miseria, además continúan impulsando medidas conservadoras en detrimento de los derechos de las mujeres y toda la clase trabajadora, impulsando con mayor fuerza medidas en contra del aborto legal, seguro y gratuito por ser la principal demanda que ha unificado al movimiento de mujeres en el último año.
En los últimos años han sido las mujeres quienes de manera organizada hemos comenzado y protagonizado las movilizaciones en contra del ascenso de la derecha en América Latina, como el #EleÑao en Brasil y las grandes movilizaciones en Argentina para conquistar el aborto legal y rechazo a la política de ajuste de Macri, que empujaron a grandes movilizaciones en toda Latinoamérica exigiendo el aborto legal, seguro y gratuito en todo América Latina y el mundo, insertando un dinamismo en el conjunto del movimiento social.
Las mujeres venimos de una intensa jornada de lucha a nivel internacional en el marco del 8M día internacional de la mujer trabajadora, en el que se organizaron movilizaciones masivas en Argentina, Chile, España, México y acciones en más de 75 países, poniendo como principal reclamo el aborto legal, seguro y gratuito, el cese a los feminicidios y la violencia hacia las mujeres.
Este 8M se vivió el tercer paro internacional de mujeres, en el que millones de mujeres llamaron a un paro de labores en los centros de trabajo, así como un paro en las labores de cuidado que a diario desempeñamos las mujeres y que no se reconoce como trabajo. Si bien el paro internacional de mujeres no se ha logrado impulsar con la misma fuerza en todos los países, es de destacar que existe una respuesta mundial a distintos niveles para realizar acciones de manera internacional por los derechos de las mujeres.
En el marco de este paro internacional de mujeres, distintos sectores comenzaron a agitar en que era necesario avanzar hacia una internacional feminista, poniendo sobre la mesa la necesidad ir más allá de sólo convocar acciones coyunturales internacionales, cada 8M, 28 de septiembre o 25 de noviembre, si bien es cierto que dentro del movimiento de mujeres existen distintas corrientes, métodos y perspectivas políticas, la necesidad de impulsar un espacio amplio que permita aglutinar de manera internacional para conquistar nuestros derechos es un imperativo político.
Desde nuestra perspectiva es fundamental que este primero de mayo, las mujeres trabajadoras denunciemos que en pleno 2019 seguimos viviendo una desigualdad laboral con respecto a nuestros compañeros de clase; de acuerdo con el Informe Mundial sobre Salarios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la brecha salarial entre hombres y mujeres va del 16 al 32%; al respecto es primordial no dejar de señalar que es el sistema capitalista en su conjunto, quien se beneficia de otorgar un menor salario a las mujeres por el mismo trabajo que a los hombres, así como el que se beneficia del trabajo de “reproducción” o del cuidado del hogar, los esposos y los hijos que siguen recayendo mayoritariamente sobre las mujeres, mismo que garantizan que muchos obreros puedan día con día acudir a trabajar. Mantener la doble hasta triple opresión- explotación de las mujeres significa múltiples beneficios y riquezas para el 1% de la población que concentra las riqueza del mundo.
Asimismo, también es tarea del movimiento de mujeres vincular la lucha del aborto, legal, seguro y gratuito como una demanda primordial para todas las mujeres trabajadoras, pues es el mismo sistema capitalista que nos impone la obligación de ser madres para “producir” la nueva mano de obra calificada, que será explotada para llenar los bolsillos de los dueños de las grandes empresas y corporaciones.
Es importante que las mujeres pongamos por delante que el aborto es una cuestión de clase, porque somos principalmente las mujeres pobres, quienes morimos por abortos clandestinos, o por abortos practicados en condiciones insalubres. Quienes nos vemos arrastradas en la necesidad de abortar porque no tenemos dinero, ni los medios para brindar una calidad de vida a nuevas generaciones, producto de la situación de pauperización al que este sistema nos tiene sometidas.
En este contexto, nuestro país vivirá este primero de mayo en medio del ascenso del gobierno de Obrador al poder, un “gobierno popular”, autodenominado de “izquierda”, presidido por una serie de huelgas por parte de trabajadores de maquilas en el norte del país, así como profesores y trabajadores de las universidades como la UNAM y la UAM, que surgieron derivado del anuncio presidencial sobre el aumento del salario mínimo en la frontera Norte de $102.68 pesos a $176.72, situación que fue retomada por los trabajadores para mejorar su situación laboral, sin embargo el presidente reveló el doble discurso de su gobierno, que por un lado aumenta el salario, de manera no proporcional con el costo de la vida y por el otro no respaldo la lucha de los trabajadores frente a los empresarios que se negaban a dar el aumento a las y los trabajadores que él impulsó, al final fue la lucha organizada de las y los trabajadores lo que derivó en el triunfo de sus conquistas.
El triunfo de la huelga en Matamoros ha sido una victoria para la clase trabajadora, y también un impulso en medio de la precariedad laboral, donde las mujeres también han sido la vanguardia en esta lucha contra las transnacionales que se negaban al aumento salarial y el bono anual que demandaban.
PRECARIZACIÓN LABORAL, UN PROBLEMA QUE HEREDA LA CUARTA TRANSFORMACIÓN
En México la Reforma Laboral implementada por el gobierno de Enrique Peña Nieto profundizó la precariedad laboral de la clase trabajadora; en la última década un grueso de la población no ha podido acceder a un empleo digno, con un buen salario y mucho menos un contrato, esta situación se agrava aún más para las mujeres quienes aún seguimos recibiendo un salario menor a lo de los hombres en varios sectores laborales del país, sumando a la carga de trabajo del cuidado de los hijos y el hogar que sigue recayendo principalmente sobre las mujeres, quienes diariamente realizamos doble y hasta triple jornada de trabajo, en las que el trabajo doméstico y cuidado de los niños son trabajos no reconocidos, incluso infravalorados, así como el acoso, discriminación y violencia en el transporte público hacia nuestro trabajo.
CIFRAS DE LA DESIGUAL LABORAL DE LAS MUJERES MEXICANAS
Existen cifras oficiales que dan muestra clara de la grave situación de desigualdad en nuestro país y que incluso muestran que la situación laboral de las mujeres ha empeorado con el paso del tiempo, en 2005 un millón 241 mil mujeres ganaban más de 5 salarios mínimos (más de 12 mil pesos), para el 2017 el número se redujo a 731 mil 666, una caída de 69.6% (CIMAC Noticias).
Por otro lado las cifras de la brecha salarial entre hombres y mujeres en promedio rondan en el 20%; en nuestro país sólo el 27% de mujeres gana más de $15,000, en comparación con el 48% de hombres, es decir, sólo 1 de cada 4 mujeres profesionistas se encuentran fuera de precariedad, mientras que 1 de cada 2 hombres lo está.
Situación que contrasta con la preparación profesional de las mujeres, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Educación y Empleo (ENOE) del 2017, el promedio de escolaridad de las mujeres de 15 hasta 59 años es superior al de los hombres y sin embargo existe exclusión hacia las mujeres en el mercado laboral: en 2016 apenas el 47% de las mujeres en edad reproductiva trabajaban de manera formal en contraste con el 82% de los hombres, por lo que más de la mitad de las mujeres practican el trabajo informal, sobre todo de manera ambulante y trabajos inseguros en los que no se reconocen sus derechos laborales.
En el caso de las mujeres más pobres, en su mayoría indígenas, se ven orilladas a migrar a las ciudades para trabajar, de acuerdo con el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH) el 20% de las trabajadoras empiezan antes de los 15 años a desempeñar este trabajo; el 57% perciben poco o nulo respeto a sus derechos, el 97.5% carecen de contrato y derechos laborales básicos como seguridad social, ahorros para la pensión y vacaciones de ley; además trabajan jornadas de hasta 12 horas y son tratadas en ambientes llenos de machismo, acoso, clasismo y racismo.
Sumando a lo anterior, nos encontramos en una sociedad que normaliza el acoso y hostigamiento hacia las mujeres en sus centros de trabajo, según datos de la encuesta nacional sobre la dinámica de las relaciones en los hogares 2016 (ENDIREH) donde hay un claro ejercicio del poder.
Son todas estas situaciones, las problemáticas que el gobierno de la cuarta transformación hereda y que gran parte de la población ha depositado grandes esperanzas para la transformación de esta situación, sin embargo el gobierno de Obrador ya ha mostrado algunas limitantes de su programa político para enfrentar esta grave situación.
LAS MUJERES NO SOMOS PRIORIDAD PARA LA 4T
Para mejorar las condiciones laborales de la mujer mexicana se debe reformar la ley general del trabajo para asignar jornadas laborales que permitan equilibrar el trabajo del hogar, el cuidado de los hijos, personas mayores y enfermas de la familia, así también igualar salarios y sobre todo: ofrecer opciones laborales reales para que no se lucre con nuestro cuerpo con la idea del empoderamiento.
Como lo hemos denunciado, las medidas de austeridad y combate a la corrupción implementadas por el gobierno en turno, han tocado los apoyos contemplados en Presupuesto de la Federación para Programas de apoyo a la mujeres así como a organizaciones sociales que se dedican a proteger los derechos de mujeres víctimas de violencia, feminicidio o desaparición forzada, sumado al anuncio de la desaparición de las estancias infantiles y el retiro de apoyo a los refugios de mujeres de manera directa.
Morena no tiene un programa político dirigido hacia las mujeres, que aborde la grave problemática de inseguridad y violencia que vivimos todas las mujeres día con día, más allá de la igualdad sustantiva que tanto pregonan; lo que ha generado el vacío político ideal para que la derecha retome las demandas de las mujeres de manera cínica para golpear al gobierno de Morena y presentarse como una opción política para todas nosotras, cuando en realidad sólo busca fortalecerse políticamente a costa de las demandas de las mujeres, para recuperar el poder.
Por todo lo anterior sostenemos que es un error político estratégico que el movimiento de mujeres deposite todas nuestras fuerzas en el gobierno entrante; el contexto histórico y la lucha internacional nos deja en claro que la emancipación de las mujeres será posible sólo por el trabajo de nosotras. Únicamente la independencia política del movimiento podrá marcar una agenda que represente a las indígenas, migrantes, trabajadoras, estudiantes, amas de casa, lesbianas, a las mujeres que hoy son explotadas sexualmente. El gobierno de Morena que en variadas ocasiones ha mencionado poner a consulta nuestros derechos, deja en claro que sus intereses están por encima de nuestros derechos y libertades.
Frente a la crisis capitalista actual y para ponernos a la altura de la lucha de clases y del movimiento internacional de mujeres, es urgente que levantemos un Movimiento Amplio de Mujeres en el México para frenar la ola de violencias, explotaciones, feminicidios; necesitamos revolucionar este mundo violento, explotador y opresivo, nuestra participación y dirección de carácter independiente es esencial para lograrlo. Es urgente y necesario concretar un programa de lucha a nivel nacional, que sirva como base para levantar y sostener el movimiento nacional con perspectiva internacionalista y colocar la agenda de movilización que dé paso a fortalecer nuestras luchas en la perspectiva de derrotar al capitalismo patriarcal.
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