LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES Y LA ANTIDEMOCRACIA EN LA UNAM: EL VIRUS SOCIAL QUE SIGUE SIN ATENdERSE

JUVENTUD REVOLUCIONARIA

Las últimas semanas se han caracterizado por un gran movimiento de mujeres. El cual tuvo grandes movilizaciones en todos los estados de la República con la marcha del Día internacional de la Mujer Trabajadora el 8M y el paro nacional del 9M, los cuales mantuvieron la denuncia contra los feminicidios, los cuales ascienden a 10 cada día y en aumento. Aunado al paro de mujeres en la UNAM, el cual lleva más de 5 meses y no ha tenido respuesta evidenciando la incompetencia de las autoridades a pesar de ser un problema estructural. 

En este marco se ha incrustado una de las caras más contundentes de la decadencia capitalista en forma de un grave problema de salud pública internacional: la actual pandemia de COVID-19 emitida por la Organización Mundial de la Salud.

Tras el aumento de casos de infección en México,  la UNAM atendió al llamado y este 16 de marzo publicó un comunicado donde llama a la suspensión paulatina de clases desde el martes 17  para que desde el 20 de marzo las clases sean suspendidas totalmente, como respuesta inmediata ante la emergencia de salud pública nacional.

Esta respuesta inmediata, creemos que, a pesar de responder a un problema de salud pública, no debe servir como mecanismo de invisibilización de las demandas de las mujeres en paro desde hace más de 5 meses en la Facultad de Filosofía y Letras, Ciencias Políticas, Psicología y demás prepas y CCHs, con pliegos y consignas legítimas contra la antidemocracia, la violencia generalizada y la inseguridad que viven cientos de universitarias.

El invisibilizar las demandas de las mujeres en la UNAM debe poner en evidencia que las autoridades de la UNAM, están incapacitadas para poder atender la gran emergencia de violencia, acoso e inseguridad hacia las mujeres.

Desde la Juventud Revolucionaria exigimos que no se utilice la suspensión de clases ante la emergencia del Covid-19 como mecanismo de doble filo, para atender una emergencia nacional, pero también para voltear la atención y desatender las demandas de las mujeres que desde hace más de 5 meses se encuentran en paro exigiendo respuesta a una emergencia social nacional de violencia sistematizada.

Pues las grandes movilizaciones del 8M y el 9M demuestran que el problema de violencia hacia ellas es crónico y un virus social que sigue sin atenderse. 

A su vez, las autoridades pretenden que cada escuela y facultad implemente mecanismos de evaluación para no perder el semestre, sin contemplar las imposibilidades y dificultades que estudiantes con pocos recursos puedan tener para poder trabajar en línea.

Exigimos que los mecanismos de seguimiento de clases, no sean impartidos en línea y que más bien sea alargado el semestre, ya que esto se desentiende de la existente desigualdad en el país de poder acceder a recursos como internet o computadora que hace que cientos de estudiantes no puedan ser evaluados y queden excluidos. 

Si a la UNAM le importa la seguridad y salvaguarda de la comunidad, entonces que atienda a las demandas pendientes de las mujeres organizadas. La situación de alerta por el Covid-19, no puede servir de mecanismo de invisibilización ni de desgaste para alargar la falta de respuesta ante la violencia, inseguridad y antidemocracia que las  estudiantes vivimos día con día. 


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