Cinthya López
A 6 años de Ayotzinapa
El pasado 26 de septiembre se cumplieron 6 años de la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, siendo la primer desaparición forzada de un grupo grande de personas integrantes de un movimiento social en México, además de que ilustró a la ciudadanía el modus operandi de la desaparición forzada en el país durante los sexenios de Calderon y de Peña Nieto, así como la deficiente respuesta que ha dado el Estado mexicano en la mayoría de las desapariciones forzadas: la no presentación de los detenidos desaparecidos o de las víctimas de desaparición forzada, la negación de la verdad, la falta de acceso a la justicia que se traduce en la impunidad y falta de castigo a los responsables, la carencia de medidas de reparación de daños, así como el hostigamiento y criminalización en contra de los familiares y organizaciones solidarias. 1
A 6 años de lo sucedido, los culpables siguen impunes, a pesar de las recientes promesas de la ejecución de órdenes de aprehensión a militares presuntamente involucrados, y de recurrentes disculpas por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, no ha habido avances significativos en el esclarecimiento de los hechos, y en la localización de los 43 estudiantes.
El violentar y criminalizar a quienes se organizan en busca de justicia, no fue algo nuevo, ni es algo que se haya dejado de hacer después de los terribles hechos en Ayotzinapa, es por eso que desde la Juventud Revolucionaria hacemos un llamado a no parar en la exigencia del esclarecimiento de los hechos, de la presentación con vida de los 43 estudiantes, y del castigo a los culpables.
A 52 años ¡2 de octubre, no se olvida!
En julio de 1968, una pelea entre la Vocacional 2 y 5, y la preparatoria Isaac Ochetera incorporada a la UNAM, generó un acto represivo por parte del estado, disolviendo con violencia el enfrentamiento e invadiendo la Vocacional 2. Estos hechos aunados con un historial represivo por parte del gobierno de Díaz Ordáz, desencadenó una serie de enfrentamientos, que llevaron a la ocupación militar de escuelas y espacios culturales, así como a la detención de cientos de estudiantes.
Los principales objetivos de la marcha del 2 de octubre, eran: la liberación de los presos políticos, un trato digno y conforme a los derechos humanos hacia las víctimas de la represión y sus familiares, así como un diálogo entre el Movimiento estudiantil, y representantes del estado.
El Estado respondió de la misma forma que lo ha hecho durante decenas de años en México, utilizando tácticas y estrategias que después de 52 años, se siguen perpetuando: porrismo, infiltración, intimidación, provocaciones violentas, criminalización, estrategias mediáticas, paramilitarismo, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas. A 52 años, la lucha estudiantil de 1968 ha sido un hito en la historia de los movimientos estudiantiles, nuestra memoria histórica apela a la responsabilidad de exigir que el 2 de octubre no se olvide, que las demandas estudiantiles levantadas por nuestras compañeras y compañeros caídos, sigan siendo las consignas que levantamos.
Desde la Juventud Revolucionaria hemos apelado a la movilización y organización de las y los estudiantes en conjunto con docentes por la defensa de la educación pública y la democratización de las universidades en beneficio de estudiantes, docentes y trabajadores de la educación.
Es así que hacemos un llamado a movilizarnos por nuestra memoria histórica el próximo 2 de octubre, levantando las consignas de NO PERDÓN, NO OLVIDO.
Sabemos que ningún gobierno por progresista o de izquierdas que se haga llamar, mientras no trastoque las estructuras burocráticas, antidemocráticas y de privilegio a lo interno del Estado y universidades y mientras no garantice el acceso a la educación pública y dignifique al profesorado, no representa una alternativa para el conjunto de las y los estudiantes, docentes y trabajadores.
Es por ello, que planteamos organizarnos en una reunión preparatoria el próximo 8 de octubre con miras a la construcción de una Coordinación Nacional Estudiantil rumbo a una movilización frente a la Cámara de Diputados en la CDMX donde planteamos con independencia política de los partidos de derecha y del régimen actual las exigencias pendientes de estudiantes, docentes y trabajadorxs en defensa de la educación pública a nivel nacional.
Frente a las decisiones antidemocráticas que las Universidades y el Estado han implementado en contra de las/los estudiantes y las/los trabajadores, es necesario denotar la importancia de la existencia de un movimiento nacional estudiantil con independencia política, que se posicione en defensa de la educación pública, y en contra de toda represión y criminalización a los movimientos sociales por parte del Estado. El contexto de pandemia ha significado otro reto ante la lucha por la defensa de la educación pública a nivel nacional, enfrentándonos, no sólo a recortes presupuestales extraordinarios, a aumentos e imposiciones de cuotas, y a la ya acostumbrada falta de transparencia y de incidencia estudiantil en la toma de decisiones por parte de las burocracias universitarias; sino también a la imposición de clases virtuales, lo que para un gran número de estudiantes, significó deserción y exclusión, frente a un sistema escolar, ya de por sí, desigual.
Es por eso que se hace necesaria la presencia estudiantil en las calles, esas calles que durante meses se han visto plagadas de fuerzas policiacas dispuestas a amedrentar a cualquiera que salga a luchar por sus derechos, es por eso, que el 26 de septiembre, los más desfavorecidos por este sistema educativo, nos movilizamos apelando a la memoria colectiva, y marchamos por aquellos que lucharon por una educación digna, y perecieron por eso.
Referencias:
1 . Colectivo Cerezo. Vivos los queremos. claves para entender la desaparición forzada en México, 2018
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