2 de octubre ¿no se olvida?

Astarol desde la periferia

El pasado viernes 2 de octubre se cumplieron cincuenta y dos años de la matanza a estudiantes realizada en la plaza de las tres culturas en Tlatelolco, hecho que todos conocemos pues año a año el país sufre luto por aquellos que perecieron  en aquella tragedia ejecutada por orden del presidente  Gustavo Díaz Ordaz Bolaños.

Pero ¿Qué es lo que existe detrás de aquella matanza? ¿Qué llevo al aquel entonces presidente a tomar esta decisión? Detrás de estas y muchas otras preguntas existe una y muchas historias contadas en diferentes ocasiones, sin embargo como en cada momento de la historia humana existe una parte de aquel acontecimiento que ha sido olvidado u omitido.

Empecemos recordando que es lo que querían esos jóvenes, todo comenzó por una riña entre planteles que tuvo como consecuencia la participación de fuerzas armadas que con extremo e innecesario uso de la fuerza apaciguaron dicho enfrentamiento. Este acto causo descontento en diferentes instituciones que empezaron a manifestarse en contra de esa situación realizando diferentes actos para expresar esta inconformidad, lo que acabo por desembocar la militarización en dichas instituciones así como el uso de armas dentro de estas por parte del ejército. Los estudiantes de todo el país se indignaron por estos hechos por lo que el 4 de agosto de 1968 el pliego petitorio quedó conformado por seis puntos y un transitorio los cuales son:

Libertad de los presos políticos.

Derogación del artículo 145 y 145 bis del Código Penal Federal.

Desaparición del cuerpo de granaderos.

Destitución de los jefes policiacos Luis Cueto y Raúl Mendiola y del teniente coronel Armando Frías.

Indemnización a las familias de los muertos y de los heridos por los actos represivos.

Deslinde de responsabilidades de los funcionarios involucrados en actos de violencia contra los estudiantes.

*Exigencia de un diálogo público entre representantes del Movimiento y representantes del Gobierno.

Como puede verse todas las demandas tenían que ver con la represión a las expresiones de inconformidad con algún aspecto del gobierno, pues en un gobierno autoritario se reprimen todas las expresiones que no lo favorecen para lo cual hacen uso de las fuerzas armadas

Aunque ¿Cuál es la historia olvidada detrás de este movimiento? Como ya es costumbre en la historia humana, la de las mujeres. Aquellas que participaron en este movimiento. ¿Quiénes son estas mujeres? ¿Qué papel jugaron? ¿Por qué fueron olvidadas?

Estas mujeres sin duda en gran medida fueron las madres, esposas y hermanas de algunos estudiantes, académicos y otros miembros del movimiento, pero no son las únicas, este movimiento involucró a los y las estudiantes, a los y las académicas, es más participo activamente la Unión Nacional de Mujeres Mexicanas, eso sin mencionar a aquellas lideresas del movimiento o las presas políticas

A pesar de que en el 68 la labor de la mujer solía ser muy cuestionada, su participación activa fue importante en las asambleas y mítines, en donde la participación de las mujeres, de una forma u otra, desde una trinchera u otra, fue  vital para  este movimiento a tal punto que han sido pieza clave para  que, a 50 años del estallido del movimiento, aún permanezca en la memoria de la sociedad.

“La invisibilidad y el olvido de los contingentes femeniles en la coyuntura del 68 forman parte de la tendencia a desvalorizar tareas o formas de comportamiento sólo porque son femeninas, y son resultado de los componentes patriarcales de la sociedad, que han fomentado modelos tradicionales de feminidad”, asegura a Contra línea la doctora en historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante el conflicto estudiantil de 1968, agrega, las mujeres como conjunto “tendieron a ser importantes difusoras informales a través de sus redes cotidianas más cercanas, realizando un importante papel de sensibilización y movilización, destacando su contribución al movimiento popular desde su posición de género”.

La integrante de la Academia Mexicana de Ciencias indica que fueron miles de mujeres las que participaron en las movilizaciones de 1968: no sólo estudiantes, también mujeres organizadas en sus sindicatos, oficinas, barrios y colonias.

“Recuérdese a las mujeres de la comunidad de Topilejo, cercana a la Ciudad de México, y su solidaridad con el movimiento estudiantil. […] La gran mayoría eran mujeres estudiantes y profesoras de las distintas escuelas y facultades de la UNAM, del Politécnico, de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, de El Colegio de México, de las Normales Rurales e incluso de universidades privadas como la Iberoamericana. Algunos contingentes estudiantiles de provincia se trasladaron a la Ciudad de México para apoyar y adherirse al movimiento durante esos meses. Aunque es muy evidente que la movilización fue realizada en su gran mayoría por sectores citadinos del Distrito Federal de aquel entonces”.

El lunes 30 de septiembre madres, hermanas y esposas de los estudiantes detenidos, acompañadas de las propias estudiantes (muchas de ellas brigadistas), marcharon desde el Monumento a la Madre y por el Paseo de la Reforma, siguiendo el trayecto de la avenida Juárez, hasta desembocar en la Cámara de Diputados en el centro histórico de la Ciudad de México. El contingente fue convocado por la Unión Nacional de Mujeres Mexicanas mediante volantes distribuidos por toda la capital, y se engrosó hasta sumar 5 mil mujeres, muchas de ellas madres de familia, trabajadoras, oficinistas, campesinas, intelectuales, maestras, profesionistas, artistas, amas de casa. Exigían libertad a los presos políticos y se solidarizaban con la movilización estudiantil.

Pero ahí no acabo, el 31 de octubre de 1968 la Unión Nacional de Mujeres Mexicanas  lucharon por las mujeres encarceladas que habían sido presas el 2 de octubre en Tlatelolco, así como exigir justicia para sus compañeros ejecutados el 2 de octubre.

Después de leer esto solo nos queda preguntarnos ¿Por qué aquellas mujeres fueron olvidadas? Bueno esta respuesta nos la da una de las sobrevivientes del 68.

“Lo que actualmente sabemos en torno al movimiento de 1968 ha sido contado a través de las voces de sus ex líderes. La historia la contaron ellos, los hombres.” dijo Ana Ignacia La Nacha Rodríguez Márquez

Entonces ¿el 2 de octubre realmente no se olvida? La respuesta es sí, si se olvida, tristemente el dos de octubre se ha olvidado y no solo por el hecho de que se eliminó a las mujeres de esta historia. El problema es aún mayor, hace cincuenta y dos años los jóvenes luchaban para evitar las represiones ante una manifestación y no lo hicieron hablando, ellos entendieron que necesitaban medidas drásticas, comprendieron que solo así serian escuchados y no fueron los únicos pues la sociedad se unió y apoyo en su causa. Entonces ¿todas aquellas muertes, de las que ni siquiera se tiene un número, no fueron en balde? Aquellas muertes trajeron un gran dolor y tristeza, tristeza que aumenta al ver la situación actual, pues a tan solo unos días de la conmemoración de esta matanza hubo la represión policiaca en contra de las mujeres que se manifestaban por un derecho por el cual no deberían de luchar se hizo evidente y a diferencia del 68 esta vez las manifestantes no tuvieron más que el desprecio y odio de la sociedad, por lo cual puedo decir que estamos peor que hace cincuenta y dos años.

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