Aide BL y Claudio Todd
El año 2020 será recordado por ser ejemplo de decadencia capitalista. El virus del SARS-Cov2 (Covid-19) ha demostrado que las viejas pandemias que pusieron en jaque a la humanidad antigua y de la Edad Media no han sucumbido ante los avances productivos, técnicos, científicos y sociales del capitalismo. Contradictoriamente el afán de lucro que impone la dictadura del capital hizo imposible un plan organizado y coordinado a nivel mundial que pudiera disminuir la trasmisión del virus. A pesar de que los Estados capitalistas del mundo intentaron realizar cuarentenas, la realidad económica de millones de trabajadores y masas empobrecidas hizo que ésta fuera infructífera debido a la imposibilidad de que ellos dejaran a un lado sus fuentes de mínimos ingresos, este es el costo de preferir salvaguardar los negocios capitalistas a la vida humana.
Por otro lado, la crisis económica que ya venía presentándose debido a las contradicciones internas del capital, amenaza con aumentar la tasas explotación hacia la clase obrera y disminuir todos aquellos derechos ganados. Los negocios capitalistas rescatados artificialmente con una gran cantidad de deuda por parte de los Estados están llegando a su límites; pronto las limitantes de política para amortiguar la crisis serán cada vez más ineficientes. Las manifestaciones políticas se han dado con guerras comerciales entre las grandes potencias imperialistas contra China; conflictos que poco a poco amenazan con subir de tono. En este contexto, la clase obrera y los sectores oprimidos están siendo acechados constantemente.
Se abre de nueva cuenta un contexto de guerra constante y de crisis, pero a la vez la potencialidad revolucionaria no la clase obrera no se debe subestimar. Las masas trabajadoras salen a las calles en diferentes países (América Latiana en 2019 y en 2020 en Estados Unidos) para reivindicar sus derechos, poniendo en jaque a los diferentes gobiernos burgueses.
Este es el contexto en que se conmemora el bicentenario de uno de los más grandes pilares del socialismo científico: Federico Engels. Ejemplo claro de marxismo revolucionario. La situación por la que atraviesa la clase obrera internacional obliga a que esta conmemoración vaya más allá de la simple memoria. Es menester armarnos con la teoría revolucionaria que nos heredó Engels y seguir su ejemplo militante. Por ello es que desde el Grupo de Acción Revolucionaria reivindicamos la vigencia del pensamiento de Engels, es decir, del marxismo revolucionario.
Federico Engels nació el 28 de noviembre de 1820 en Barmen, norte de Prusia, en la actual Alemania. Siendo el primogénito de una familia acomodada, conservadora y religiosa, propietaria de molinos en Barmen, ejemplo de la consolidación de la burguesía alemana de aquel entonces.
Fue revelador su paso por la Universidad de Berlín, pues allí que el joven Engels comenzó a cuestionar y preocuparse por las condiciones de las industrias manufactureras y principalmente por la clase obrera, lo que provocó un gran interés por los movimientos revolucionarios. Esto fue el comienzo de algunos conflictos y descontentos familiares. Allí iniciaría una trayectoria revolucionaria que sólo la muerte pondría fin.
Sus padres lo enviaron a Inglaterra al frente de los negocios textiles de Manchester, con el fin de que desarrollara una prometedora carrera empresarial. Contradictoriamente esa visita le sería útil para acercarse no sólo al capitalismo más moderno, sino también a una de las clases trabajadoras más modernas, que poco a poco avanzaba en su organización. Ahí conoció las condiciones de vida de los trabajadores, lo cual valió de inspiración para escribir algunas de sus obras más importantes.
Por convicción propia se ligó a la causa revolucionaria y dentro de sus primeros años de juventud se relaciona con Karl Marx. Así se forjará una de las amistades y colaboraciones intelectuales más importantes de la historia. Engels fue un personaje sumamente importante para la consolidación del Socialismo científico. Primeramente porque Engels dio los recursos económicos y el acompañamiento necesarios para que Marx mantuviera sus estudios del capitalismo de aquella época.
Sin embargo, él mismo tiene una trayectoria propia que implementó el método del materialismo histórico dialéctico en la antropología, la sociología, la economía política y las ciencias naturales. Fue coautor junto con Marx del Manifiesto del Partido Comunista y autor de la importantísima obra El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Además, Engels hizo un gran esfuerzo por retomar las notas de Marx para completar la publicación de El Capital posteriores a la muerte de su amigo.
Por otro lado, Engels también fue un gran ejemplo militante, ayudando a la conformación de la primera y la segunda internacional de trabajadores. Donde no sólo se consolidaron opciones políticas para la clase trabajadora, sino que también las posiciones científicas y revolucionarias sobresalieron en contraste a las que representaban al anarquismo y al reformismo que propugnaba la pequeña burguesía.
El fuego revolucionario de Engels se apaga en Agosto de 1895, a los 74 años edad, en la ciudad de Londres, tras perder la vida producto de un cáncer de esófago. Sus cenizas fueron esparcidas cerca de Eastbourne.
El Grupo de Acción Revolucionaria realizó una escuela de formación política conmemorativa donde destacamos diferentes temáticas como son las aportaciones de Engels a la formación de una visión socialista científica, las cuales recorren toda su obra; sus aportaciones a la comprensión del Estado en una sociedad de clases como es el capitalismo; asimismo se destaca sus aportaciones a la comprensión del origen material de la opresión de la mujer; finalizando con el entendimiento de la cuestión obrera en el capitalismo. En esta edición especial de Acción Revolucionaria presentamos los materiales que se realizaron en cada una de las sesiones de la escuela, esperando que puedan ser una gran herramienta para la organización actual del proletariado y la izquierda revolucionaria en contra de la actual decadencia capitalista.
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