Comunicado de Emergencia
Trabajadores de CFE y del CENACE manifestamos que el Sistema Eléctrico Nacional se encuentra en un estado crítico ante el avance de las políticas que lo han desmantelado y privatizado.
El fenómeno ocurrido el día de ayer 28 de diciembre de 2020 no es atípico, todo lo contrario, es normal en un sistema eléctrico de potencia que ha sido desfragmentado, separado en sus componentes integrales, y que se encuentra en constante desafío ante la penetración de generación de distintas fuentes de energía eléctrica, principalmente aquellas que provienen de fuentes que varían con el paso del día, de las horas o de los minutos, como lo son fotovoltaicas y eólicas.
Lo ocurrido.
Según el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) el día de ayer se presentó una afectación de carga de 8,696 MW a las 14:28 hrs., lo que equivalía al 26% de la demanda a ese momento pues la demanda máxima en todo el país fue de 31,789 MW. La demanda máxima en el Sistema Eléctrico Nacional ocurre en verano, mientras que los escenarios de baja demanda recurrentemente se observan en invierno; o como en 2020, en el desarrollo de la crisis sanitaria por la salida del consumo de la industria, comercio y sectores como el educativo.
La afectación en el Sistema generó un efecto en cadena que provocó la salida de operación, en menos en los siguientes minutos de dos Líneas de Transmisión ubicada entre Lajas y Güémez, entre Nuevo León y Tamaulipas.
La afectación provocó oscilaciones de potencia en el Sistema que hicieron que la frecuencia del SEN pasará de estable a un promedio de 61.82 Hz y que ello provocara, a su vez, que se activaran las protecciones de varias plantas de generación, sacándolas de operación. El fenómeno en cadena tiró la frecuencia a menos de 58 ciclos por segundos en minutos; resultando en una pérdida de 18 mil MW adicionales en todo el sistema. Casi el equivalente a la totalidad de la demanda del Valle de México.
Al finalizar el día, habían salido de operación como consecuencia de este fenómeno una Línea de Transmisión entre Durango y Zacatecas; dos Líneas de Transmisión entre Sinaloa a Tepic y una Línea que enlaza a Centroamérica.
Por qué ocurren estas afectaciones.
La Reforma Energética de Enrique Peña Nieto, regularizó la presencia de otros generadores distintos a la CFE en el Sistema Eléctrico Nacional; no es que les abrieran las puertas, porque desde el gobierno de Carlos Salinas y la modificación a la Ley de Servicio Público de Energía de 1992, ya estaban presentes, sólo que operaban en un esquema inconstitucional por considerarse la generación un área estratégica para el Estado.
El problema de esta participación, entre muchísimas otras, es la falta de compromisos de los generadores privados con el suministro y la confiabilidad del Sistema. Lo que se buscaba era una rápida penetración de generadores privados y se hizo una legislación a modo, flexible, con algo que técnica e ingenierilmente no puede serlo, como lo es el Sistema Eléctrico Nacional.
Otro problema asociado, es el exceso de energía eléctrica presente en el sistema. Hoy en día hay permisos por más de 90 mil MW de capacidad instalada, mientras que la demanda máxima ha oscilado entre 45 y 47 mil MW. Es decir, hay capacidad instalada por más del doble de lo que necesitamos y la Comisión Reguladora de Energía otorgó permisos por 130 mil MW; tres veces más de lo que se requiere.
De esta forma, los generadores privados que están inyectando a la red, sobre todo aquellos que generan con fuentes renovables, no participan en la generación de voltaje, frecuencia; no regulan sus rampas y pueden salirse del sistema cuando lo necesitan para no dañar sus equipos, generando constantemente oscilaciones electromecánicas en el Sistema.
La falta de regulación de empresas privadas, deja sólo a la CFE el respaldo de las plantas privadas a costos gratuitos, su regulación y la compra de energía.
Es por ello que la emisión de la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional emitida el 15 de mayo por la SENER fue vista con buenos ojos por las y los trabajadores de la energía, concretamente quienes estamos asociados a la energía eléctrica. Porque esta política ponía orden a las afectaciones al sistema y daba responsabilidades a los generadores privados por sus propia afectaciones.
Sin embargo el Poder Judicial suspendió la Política, no por afectar al usuario final porque no lo afecta, lo beneficia, sino por afectar la “libre competencia y concurrencia de las empresas privadas”, es decir, porque les impone condiciones que deben cumplir para no afectar el suministro. Estas condiciones los llevan a hacer mayores inversiones que las que venían haciendo y eso, dijeron, afectan sus negocios.
Pero es importante decir que estas empresas sí cumplen con esas regulaciones en sus países de origen; es decir, la regulación en España, Francia, Alemania, sí contempla que si van a participar en mercados eléctricos, se cumplan requisitos que garanticen el suministro y la confiabilidad del sistema eléctrico. Pero en México no, les ofrecieron un mercado abierto y que la CFE pagara por todos sus desperfectos y además les dé respaldo y acceso al Sistema de forma casi gratuita.
Y por si fuera poco, el Poder Judicial, dos jueces en materia de competencia económica, dicen que la Política que debe aplicarse es la de Peña Nieto.
Finalmente, el Sistema opera con la Política energética de Peña Nieto porque así lo quiere el poder Judicial; no los técnicos, no la ingeniería mexicana, sino abogados y economistas neoliberales que sólo ven negocios.
Las y los trabajadores de la energía decimos que se debe poner orden en el SEN y comenzar por revertir la Reforma Energética. Que no se pueden tener equilibrios en este tema pues la legislación estimula un problema técnico y de alto riesgo. Si el Poder Judicial no permite que se cambien las disposiciones técnicas sobre esta legislación, hay que cambiar la ley. Pero no podemos seguir exponiendo a la población y los servicios básicos e indispensables, a los vaivenes del mercado y a la voluntad de los generadores privados de la energía.
Las oscilaciones del día de ayer fueron anticipadas por nosotros mismos cuando desde el mes de abril, ante los escenarios de baja demanda por el Covid, anunciamos que debían regularse la penetración del excedente de generación pues podría provocar apagones y fallas en el sistema.
Las y los trabajadores de CFE y CENACE no fuimos los responsables de la falla; defendemos el suministro y al usuario final. Tan es así que levantamos en dos horas el suministro eléctrico en las zonas afectadas. Un tiempo record para la falla enorme y una marca muy por encima del restablecimiento del servicio que ofrecen las empresas privadas en otros países, quienes incluso compiten por quienes lo hacen más lento. Todo este 28 de diciembre trabajamos arduamente en el restablecimiento del suministro eléctrico.
De esta forma, exigimos de manera inmediata la abrogación de la reforma energética y control ya de las empresas privadas que están afectando el suministro. Si el Poder Judicial no quiere cambios sobre la Ley, que se derogue la Ley, pero no pueden haber equilibrios.
Para no tener más afectaciones como las vistas este 28 de diciembre, es necesaria la reintegración del Sistema Eléctrico que fue desfragmentado; la recuperación de las áreas estratégicas y el control por parte de las y los trabajadores de esta industria.
Trabajadores de la CFE (Generación, Distribución, Operaciones y Suministra Básico) y Centro Nacional de Control de la Energía
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