Octavio Ugalde / Alfredo Herrera
Repudio contra el encarcelamiento de Pablo Hasél
El martes 16 de febrero, el rapero Pablo Hasél fue encarcelado en la prisión catalana de Ponent para cumplir una pena de nueve meses bajo los cargos de injurias a la corona y a las instituciones del Estado español, encabezado por el rey Juan Carlos. Así mismo, se le encarceló por “enaltecimiento del terorrismo”, por cuestionar las relaciones de poder entre la derecha española y Arabia Saudita, lo cual hace cómplice al Estado español de los atentados en medio oriente. Por si fuera poco, el Código Penal no sólo lo castiga por “injurias contra las instituciones”, sino también por el delito de “ofensa a los sentimientos religiosos”. La detención y encarcelamiento del rapero Hasél desencadenaron revueltas populares y enfrentamientos en todo el país entre el pueblo español simpatizante de las consignas de Hasél y los Mossos de Esquadra, la policía catalana, y con el aparato represivo del Estado, dejando a decenas de heridos.
El trasfondo del problema
La sentencia contra el rapero no es nueva, sino que ya en marzo del 2018 la Audiencia Nacional había anunciado la detención de Hasél para encerrarlo por dos años. En mayo del 2020 el Tribunal Supremo confirmó la sentencia y el 2 de febrero a Hasél le llegó la orden de ingreso a la cárcel.
A escala nacional, el encarcelamiento del rapero desencadenó revueltas populares contra el régimen del rey Juan Carlos y su brazo represor. También a nivel internacional más de 200 artistas firmaron un pronunciamiento denunciando al Estado español por atentar contra la libertad de expresión y contra el activismo.
La dura represión que el rey Juan Carlos ha mantenido contra activistas y en general contra la movilización social en España es síntoma de la crisis de la monarquía. En el caso de Hasél, sus letras desenmascaran la red de relaciones de poder entre la corona, los partidos de derecha como el Partido Popular y el nacionalismo burgués como el PSOE-Podemos, con la burguesía nacional e internacional, enmarcado su política en una farsa, cuando realmente la monarquía defiende los valores e intereses de la clase que explota a las y los trabajadores y que siguen sosteniendo políticas franquistas y religiosas, en un estado que se autoproclama democrático.
El pueblo español simpatizante de Hasél no sólo se opone a la detención del rapero, exigiendo su amnistía total, sino que ha hecho suyas las consignas que denuncian al Estado español como un régimen caduco con las necesidades del pueblo trabajador. Pues las leyes aún siguen respaldando intereses y valores de un régimen franquista y religioso y eso es expresión de una lucha de clases, la cual implica que la derecha de la mano del nacionalismo burgués siguen reforzando las políticas que atentan contra la libertad de expresión.
El Partido Popular activó una iniciativa de ley en 2015 llamada “Ley mordaza”. Esta ley inactiva la movilización social y reprime la crítica al Estado español. Esta propuesta de ley que impulsa el Partido Popular, caracterizado por ser de derecha, fue secundada por el silencio del PSOE y Podemos, partidos que de manera oportunista intentan capitalizar el descontento pronunciandose a favor de que se derogue dicha ley.
La ley mordaza se impulsó en 2015 como un intento de blindaje del Estado, de las compañías inmobiliarias, los bancos y contra la migración para reprimirla. Esto a partir del movimiento de los indignados en 2011 quienes denunciaron también a las instituciones por defender los intereses de la burguesía tras el crack del 2008. Hecho que dejó a cientos de miles en las calles por desahucio en favor de bancos, inmobiliarias y de la derecha en el Estado, utilizando el monopolio de la violencia para hacer efectivos esos atroces crímenes legalizados contra el pueblo español.
La dirección de la lucha
Las revueltas populares y movilizaciones en apoyo a Hasél exigiendo su libertad, también están siendo secundadas por las exigencias de reformar el Código Penal y derogar la Ley mordaza. Frente a estas exigencias, el PSOE y Podemos han intentado capitalizar el descontento cuando ellos con su silencio validaron la iniciativa de ley. Esto los posiciona no como una alternativa para el pueblo de España, sino como partidos oportunistas.
El encarcelamiento del rapero Pablo Hasél es un hecho que indiscutiblemente ha puesto en la agenda de la movilización social de España, la exigencia de libertad de expresión y de no atentar contra las y los activistas. También pone en la agenda la necesidad de organizarse para constituir una fuerza social que implique respaldar los intereses del pueblo trabajador y sacar a la derecha y al nacionalismo burgués del Estado.
Desde el Grupo Acción Revolucionaria apoyamos al pueblo español y a las movilizaciones y revueltas por la libertad del rapero Pablo Hásel. El sábado 20 de febrero en el consulado de España en México se llevó a cabo una acción-protesta en solidaridad con el pueblo de España y con Hasél convocada por artistas y raperos combativos.
La crisis del Estado español y su política neofranquista es evidente, el pueblo trabajador de España tiene ahora que organizarse y superar una fase de movilizaciones espontáneas a otras de carácter organizada y constituir una fuerza social de izquierda, revolucionaria y con independencia de clase de los partidos de derecha, es decir del Partido Popular y los nacionalistas burgueses del PSOE-Podemos, para generar esa alternativa de izquierda revolucionaria que beneficie los intereses del pueblo trabajador.
¡Libertad a Pablo Hasél!
Grupo de Acción Revolucionaria
Juventud Revolucionaria
Rosas Rojas
Sector de Trabajadoras
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