¡ABAJO EL BLOQUEO! PROFUNDIZACIÓN DE LA REVOLUCIÓN CUBANA

El hilo conductor

El 19 de abril se cumplieron 60 años de la victoria militar en Playa Girón en Cuba, contra una tropa mercenaria financiada por Estados Unidos que intentó intervenir en la isla para desestabilizarla tras el triunfo de la Revolución Cubana sobre la dictadura proimperialista de Bastista en 1959 que hasta entonces había mantenido al pueblo cubano como una semicolonia más de EUA. Este hecho es histórico y también es parte del hilo conductor para entender lo que está sucediendo en Cuba tras las protestas iniciadas el 11 de julio en San Antonio de los Baños, Cuba.  

Tácticamente, para reivindicar el hecho en Playa Girón, el Partido Comunista de Cuba (PCC), comandado por el actual presidente Miguel Diáz – Canel, llevó a cabo su VIII Congreso, del 16 al 19 de abril aunque reivindicaron el proceso de forma simbólica en los hechos fue de otra forma. En este VIII Congreso se discutió el programa del PCC a llevar a cabo en el Estado, que implica dar continuidad a un paquete de reformas económicas implementadas desde enero del 2021, para enfrentar la crisis económica derivada de la pandemia por la Covid – 19 y el bloqueo económico que se recrudeció tras las más de 200 enmiendas que Donald Trump impuso sobre la isla para sofocarla y obligarla a modificar su estructura fiscal, enmiendas que el nuevo presidente Joe Biden no ha modificado, esto evidentemente ha hecho que la pandemia para Cuba sea aún más compleja de superar, pues a pesar de que Cuba tiene un índice muy inferior de contagios y muertes por Covid – 19, comparado a los países capitalistas de la región de América Latina o Estados Unidos, el bloque y las enmiendas imperialistas reducen la posibilidad de ingreso de medicamentos e insumos para el tratamiento y atención de la salud y acortan el marco de maniobra fiscal de la isla, esto aunado a la saturación energética y eléctrica en hoteles y hospitales para atender a enfermos que resultó en apagones masivos desde el 21 de junio. 

Por otro lado, las reformas económicas que aplicó el Partido Comunista de Cuba para enfrentar la crisis derivada de la pandemia, no han implicado un avance en la política fiscal ni ha representado una disminución de la desigualdad y justicia distributiva, por el contrario han significado la intervención del capital extranjero, la flexibilización del trabajo y por tanto la precarización laboral de algunos sectores, la limitación de la organización obrera en el sector privado, la reducción presupuestal y eliminación de ciertos subsidios sociales, la devaluación monetaria y cabida al dólar, así como la inflación de productos básicos que se refleja en el encarecimiento de la vida. Este paquete de reformas, si bien ha sido defendido desde la dirección del PCC y Manuel Díaz – Canel, apelando a que representan la posibilidad de caminar al socialismo y mejorar las condiciones de vida tras la crisis, incrementando la productividad y el ingreso de divisas, la realidad es que estas reformas son un camino peligroso e irreversible que, si se sigue avanzando, implican la restauración capitalista que tanto añoran los contrarrevolucionarios y el imperialismo. 

El mal manejo de la pandemia, sus efectos negativos en la población y las consecuencias sociales y económicas del paquete de reformas restauracionistas que aplicó el régimen hizo salir a las calles a cientos de cubanos a denunciar a la burocracia interna del PCC,  a defender la revolución y la regeneración de la planificación económica socialista bajo control obrero para enfrentar no solo la pandemia y la crisis sino para rescatar el camino al socialismo que se conquistó tras la revolución con carácter socialista en 1959. 

Protestas en Cuba contra la burocracia y la política restauracionista del capitalismo 

El 11 de julio, se llevó a cabo una protesta pacífica en San Antonio de los Baños, una provincia cercana a La Habana. Posteriormente, en otras ciudades más se replicaron las protestas, denunciando al régimen de Miguel Díaz – Canel por su mal manejo de la pandemia y la inflación.

En las protestas pacíficas participaron actores sociales heterogéneos, cabe decir, pero la legitimidad  de las protestas surgió en rechazo a la política restauracionista y privatizadora de Miguel Díaz – Canel frente a la crisis. Las protestas fueron repelidas con gas lacrimógeno y reprimidas mediante la detención de civiles y activistas como lo son Frank García Hernández, historiador y marxista cubano, Leonardo Romero Negrín, joven socialista estudiante de Física de la Universidad de La Habana, Maykel González Vivero, director de Tremenda Nota y Marcos Antonio Pérez Fernández, menor de edad, estudiante de Preuniversitario, quienes ya fueron liberados. 

El presidente en Conferencia de Prensa televisada en carácter nacional salió a hacer el llamado a los revolucionarios a que salieran a defender la revolución, esto tras los ataques injerencistas que intentaron capitalizar el descontento a lo interno de Cuba. Y mencionó que en las protestas hay quienes intentan desestabilizar al país para intervenir desde Estados Unidos, pero también hay revolucionarios legítimos pero algo confundidos por interpretar mal la política de las reformas. 

Hasta el día de hoy, ha habido diversos medios de comunicación que han cubierto el escenario de protestas en Cuba y han intentado dar una versión de los hechos a manera de dirigir el descontento social identificándose con consignas injerencistas fomentadas desde los Estados Unidos para manipular la opinión pública internacional y desvirtuar las causas legítimas del pueblo cubano. 

Es por ello, que estas protestas legítimas que surgen tras el descontento social y en denuncia de la burocracia en el PCC por su política restauracionista, no podemos confundirlas con la política amañada e intervencionista dirigida desde la burguesía internacional de Estados Unidos, pues dentro de las protestas salió a la luz la consigna de “Patria y Vida” en contraste a “Patria o Muerte” enunciada por el Che Guevara para defender la autodeterminación política y económica del pueblo Cubano frente al imperialismo. Esta consigna de “Patria y Vida” fue acompañada también por el hashtag en redes sociales de #SOSCuba apelando a la intervención y el  “apoyo humanitario” hacia Cuba por parte de Estados Unidos.  

Por otro lado, no podemos tampoco perder de vista que la gran parte del pueblo que salió a las calles no está exigiendo la intervención privada o la restauración de la relaciones capitalistas en la isla, sino que se está planteando la defensa de la revolución y planificación de la economía bajo control obrero, es decir, se está cuestionando a la dirección del PCC para conquistar una democracia obrera real, pues muchas de las reformas aplicadas no se discutieron al calor de la clase trabajadora cubana, se impusieron desde la burocracia del partido y por ende se pone en cuestión el verdadero control obrero de los medios de producción y el camino al socialismo en Cuba. 

Injerencia imperialista y campaña oportunista de capitalización del descontento

El oportunismo de la burguesía cubana en Miami y de la burguesía internacional de Estados Unidos han manifestado no únicamente su necesidad de desestabilización y de capitalización del descontento en esta coyuntura, mediante la campaña contrarrevolucionaria auspiciada desde afuera en redes sociales con las consignas de “Patria y Vida” o #SOSCuba, sino también a partir de la manipulación de los hechos en los medios de comunicación como la agencia AP, CNN y el País, quienes han publicado notas con fotos de “protestas masivas” que no son de Cuba o inflando cifras de manifestantes sin evidencia de sus afirmaciones.

El oportunismo injerencista es aún más evidente cuando Estados Unidos ni la burguesía internacional se han posicionado frente al mal manejo de la pandemia en el Brasil de Bolsonaro o en el Chile de Piñera o en el Colombia de Iván Duque, países en dónde se han presentado verdaderas rebeliones populares contra regímenes de hambre y contra la privatización de los sectores estratégicos. El silencio del imperialismo hacia los procesos de estos países con un evidente modelo neoliberal pro-capitalista en avance, demuestra su oportunismo y su hipocresía frente a los verdaderos problemas de los pueblos en América Latina y el Caribe.

La preocupación de Estados Unidos es inyectar una suficiente dosis de manipulación mediática para auspiciar el intervencionismo no solo desde afuera, sino también mediante los gusanos contrarrevolucionarios (simpatizantes y mercenarios del imperialismo)  a lo interno de Cuba, quienes sí quieren la restauración capitalista y sueñan con que el régimen de propiedad privada llegue para rescatar los privilegios de una proto-burguesía acomodada. 

Bloqueo económico, crisis frente a la Codiv-19 y restauración capitalista

60 años han pasado desde que Estados Unidos aplicó el primer bloqueo económico a Cuba. A lo largo de estas seis décadas el bloqueo se ha ido recrudeciendo. El bloqueo económico principalmente implica la no relación comercial ni establecimiento de empresas de Estados Unidos en Cuba, esto incluye la no venta de productos básicos ni manufacturados o de medicamentos. 

Este bloqueo durante el gobierno de Donald Trump se intensificó, pues el Magnate impuso 240 medidas más de asfixia económica, entre una de ellas que ningún nortemericano pueda viajar a Cuba y el incremento arancelario de productos. Esto evidentemente trajo una dura contracción económica a Cuba, hecho que se profundizó aún más tras la pandemia, ya que la caída del turismo en casi un 80% del año 2020 al 2021, implicó una pérdida de divisas de manera abrumante para la isla, así como la reducción de las remesas, ingresos que son determinantes para la vida económica de Cuba frente al bloqueo. 

A pesar de este bloqueo histórico, Cuba ha sido el único país en América Latina y el Caribe en hacer de la educación pública y la salud dos derechos universales al pueblo cubano en los hechos y no solo en la formalidad. La desigualdad posterior a la revolución cubana no solo disminuyó sino que casi desapareció y la pobreza se erradicó casi al cien por ciento. Por otro lado el crecimiento exponencial en el manejo de la biotecnología también ha demostrado su avance frente a otros países capitalistas pues en plena pandemia ha diseñado 5 tipos de vacunas, de entre las cuales algunas se exportarán desde la isla para apoyo humanitario y también para vacunar a toda la población cubana antes de terminar el año. 

Todo esto se logró, a pesar del bloqueo económico imperialista y con la planificación socialista de la economía, sin embargo, la presión en aumento del bloqueo económico y la pandemia, así como el mal manejo de la política fiscal desde el PCC ha generado una crisis a lo interno de Cuba, la cual tiene diversos caminos,  entre ellos está la restauración capitalista y el modelo de inversión extranjera en la isla, salida que exige Estados Unidos y la burguesía internacional injerencista, así como la élite contrarrevolucionaria a lo interno de Cuba, no obstante, esta salida lejos de mejorar las condiciones del pueblo cubano lo llevarían a la privatización de la salud, la educación, los servicios y los recursos naturales. 

Por ello, las y los que defendemos la revolución, la autodeterminación del pueblo cubano y la democracia obrera apelamos a que la salida frente a la crisis no es la política restauracionista del capitalismo que está aplicando la burocracia del PCC a partir de las reformas económicas de flexibilización del mercado cubano, sino que el camino está en la regeneración de la economía planificada bajo control obrero y la defensa de la revolución, así como en el rechazo rotundo de la intervención imperialista en los asuntos de Cuba. 

Una lección internacionalista frente al proceso político Cubano

Una lección que la coyuntura en Cuba nos está dejando a las y los revolucionarios está en poder diferenciar dos procesos: 1) El hecho de que las protestas en Cuba han sido legítimas frente al mal manejo de la pandemia y el manejo burocrático de la economía por el PCC y que estas protestas se han llevado a cabo por sectores de la población que defienden la revolución y la no injerencia del imperialismo a lo interno de Cuba y 2) que aunque estas protestas nacen del seno del pueblo cubano revolucionario, también están sirviendo de caldo de cultivo de una fracción que busca restaurar el capitalismo en Cuba, apelando a la intervención imperialista en la isla. 

Estos dos procesos es importante diferenciarlos para no reducir las exigencias populares a la interpretación que la burguesía internacional quiere dar de los hechos, caracterizandolos como protestas o “insurrecciones” contra la “dictadura” y por la “Patria y Vida”, es decir, que no debemos perder de vista que el injerencismo imperialista sigue buscando generar desestabilización e intervencionismo en Cuba y en esta coyuntura no han perdido su oportunidad. Y por otro lado, es importante para las y los revolucionarios no identificar las políticas aplicadas del régimen de Miguel Díaz – Canel con los triunfos de la revolución cubana o como continuidad de la misma, pues aunque es cierto que una mayoría del pueblo cubano no busca la injerencia del imperialismo y defiende la revolución, también es cierto que el PCC está aplicando medidas restauracionistas del capitalismo a lo interno, medidas que lejos de defender la revolución y el control obrero, van a desregular la economía cubana y por ende se le da entrada al sector privado. Es decir, nos encontramos en una coyuntura en la que cohabitan contradicciones a lo interno del PCC y de su política restauracionista y contradicciones a nivel internacional que implica no perder de vista que Estados Unidos, pese a todo, intentará intervenir y desestabilizar desde afuera o desde adentro a Cuba para subsumirlo a las relaciones capitalistas mundiales de producción. 

En este sentido, desde las bases del GAR, consideramos que la salida es la discusión democrática del pueblo Cubano para rescatar la política de planificación económica bajo control obrero y la desburocratización del PCC para caminar no solo rumbo al socialismo en Cuba, sino para extender la alternativa del socialismo a toda América Latina. 

La tarea para el pueblo cubano que defiende su revolución y el socialismo es discutir y rescatar la democracia obrera y para las y los revolucionarios en otras latitudes está en apoyarles, apelando al fin del bloqueo económico a Cuba, desmintiendo la tergiversación ideológica de los hechos que intenta hacer el imperialismo y la derecha gusana en cada país para intervenir, también cuestionando la política burocrática del PCC para dotar de perspectiva por la regeneración de la planificación económica socialista de Cuba y que las exigencias del pueblo cubano revolucionario sean resueltas, así como que se liberen a todos los detenidos tras las protestas y cese la represión, pero sobre todo, la tarea fundamental y estratégica es luchar por una política internacionalista que haga que la izquierda anticapitalista y revolucionaria de cada país discutamos un programa continental para poner en marcha una salida a la crisis capitalista en donde la clase obrera esté al frente y el socialismo sea la estrategia frente a todo intento de restauración capitalista y política desreguladora de la economía de libre mercado, así venga de un gobierno neoliberal o de un gobierno “progresista”.  Las tareas son arduas, cuando no sólo se debe dar la lucha en el terreno económico y social, sino también en el ideológico para la construcción de un polo revolucionario y solidario con las luchas de otros pueblos, como la está dando ahora el pueblo cubano en defensa de su revolución. Esa lucha, la respaldamos desde este espacio. 

¡Abajo el bloqueo nortemaricano a Cuba!

¡Alto a la represión y libertad a todos los detenidos!

¡No a la restauración capitalista ni a la injerencia del imperialismo en Cuba!

¡Por el rescate de la planificación económica bajo control obrero en Cuba y por una democracia obrera real!

¡Defendamos la revolución cubana y el principio de libre autodeterminación de los pueblos, sin intervencionismo imperialista!

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