Durante años empresas que pretenden el aprovechamiento minero y el agua intentaron dividir y enfrentar a ejidatarios del municipio de Catorce, al norte de San Luis Potosí, con los pueblos Wirrarikas.
Asambleas y uniones de ejidos fueron usados para impulsar y justificar procesos mineros de grave impacto ambiental, que hoy se derrumban ante la imposibilidad de iniciar operaciones.
Al tiempo, las cosas han cambiado al establecerse causas comunes, también han comenzado a conocerse directamente los que en algún momento fueron divididos por las corporaciones y caciques locales.
Un ejemplo clarísimo son las empresas tomateras que utilizan cañones antigranizo y han perjudicado a todos, al destruir el ciclo productivo de agricultores.
Felipe Acosta Ejidatario de Tanque de Dolores antes de salir a un itinerario con los grupos Wirrarikas a la Sierra plática que los ejidos, comunidades y poblados de Estación Catorce, la Pila , Cañada, Viborillas , San José de los Quintos, Santa María del Refugio, Tanque de arenas, Las Margaritas, Ranchito de Coronados, Guadalupe el Carnicero, Mastranto, Santa cruz de Carretas, Catorce, Lavaderos, entre otras, se han unificado con los Wirrarikas en un gran frente para defender sus cosechas y el hikury.
“Este movimiento crece cada día más, pues esos cañones nos perjudican por igual “.
“Los Ejidos de los municipios de Vanegas y Matehuala se están acercando al movimiento. Cada vez es más fuerte y considera que van a lograr la prohibición de ese método tan perjudicial para la agricultura y dañar al Peyote y sus ciclos de conservación y reproducción…” concluyó el ejidatario.

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