¡Conquistemos una alternativa obrera y socialista!
Este nuevo año abre con repuntes en los contagios de covid 19 y sus variantes a nivel global. El 2022 seguirá presentando uno de los problemas más graves del acceso a la salud para los más pobres y la clase trabajadora, la privatización frente al acceso gratuito y universal de la salud.
Al inicio de 2020, las farmacéuticas Johnson & Johnson, Pfizer, AstraZeneca, Moderna, BioNTech y Novavax, tenían un valor de mercado aproximado a 697 mil 292 millones de dólares; al cierre de 2021 valen un billón 50 mil millones de dólares, es decir, un alza en más de 350 mil millones de dólares. Mientras 5 millones de personas han fallecido a causa del covid y 100 millones han caído en la pobreza extrema.
La salud en el contexto de la pandemia es la punta de una flecha más larga que incluye una de las crisis económicas más grandes de la historia del capitalismo, generando mayor acumulación en menos manos, cargando el peso de la crisis sobre los hombros de la clase trabajadora.
Latinoamérica superó la contingencia a pesar de la incompetencia de sus gobiernos, ningún país con excepción de Cuba generó una vacuna propia. La labor de los hospitales ha sido titánica y ha cobrado la vida de profesionales de la salud, desde intendencia hasta enfermeras y médicos; éste personal puso los muertos y el trabajo arduo, de hecho lo sigue haciendo a pesar y contra el lastre que representa las burocracias en la dirección de los sindicatos y las instituciones de salud, todo ésto sin ver mejoradas las condiciones laborales y de trabajo significativamente.
Recuperar los laboratorios privados y ponerlos bajo control obrero y popular es más vigente que nunca, ante el desacarado enriquecimiento de los pulpos farmacéuticos. La variante Ómicron está intimamente ligada a la distribución desigual de vacunas para los países de la periferia, no se puede atacar el problema dentro de los límites nacionales pero el capitalismo ha puesto su interés económico por encima de la erradicación de la pandemia.
La lucha por democratizar los sindicatos de la salud y expulsar a las castas burocráticas es imprescindible, no sólo para mejorar las condiciones laborales sino para reorganizar la salud pública y su acceso universal.
Y la movilización y protesta no se hizo esperar. Las y los explotados del globo entendieron rápidamente que un cambio era necesario para combatir la pandemia y la profunda crisis del capitalismo.
La falta de una alternativa revolucionaria ha encasillado las rebeliones populares en un periodo reformista y de negociaciones con las oligarquías nacionales e internacionales, en muchos casos generando una presión contundente contra los gobiernos derechistas o desahogando la movilización callejera en los procesos electorales que desenbocan en gobiernos de naturaleza nacionalista burgués. De hecho estos cambios han llevado diversos intelectuales a nombrar este periodo como luna era posneoliberal.
Sin embargo, declarar el fin del neoliberalismo no es suficiente para que éste deje de existir. El siglo pasado los gobiernos del libre mercado optaron por un modelo proteccionista, que en México conocimos como estado de bienestar frente al avance del bloque socialista, hoy esa fuerte presión no existe, las masas libran sus batallas a nivel nacional sin una vanguardia revolucionaria que ponga un horizonte y una alternativa al nacionalismo burgués.
La lucha por conquistar un gobierno de las y los trabajadores recupera su vigencia y acelera su importancia ante los fracasos y frenos que los gobiernos “progresistas” demuestran con la práctica.
La pérdida de la hegemonía económica global por parte de Estados Unidos pone en crisis al modelo neoliberal pero no al capitalismo, si los gobiernos nacionalistas burgueses y el reacomodo regional son una opción para prolongar la agonía de este sistema, la burguesía está dispuesta ha generar esta conseción, no sin dar batalla y bajo sus condiciones. La clase trabajadora debe avanzar en su independencia política de clase, organizar su partido y convertirse en vanguardia para las masas que luchan mes con mes en las calles.
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