Crisis continuada de movilidad en Estado de México

En medio del bullicio electoral, a las puertas de la elección que vaticina ser la derrota del PRI en su baluarte histórico, el Estado de México, los cerca de 17 millones de habitantes de esta entidad transcurren su cotidianidad en la crisis continuada de movilidad cuya resolución de ninguna manera se garantiza en las urnas del próximo 4 de junio.

A la par del crecimiento urbano del Estado de México la situación del transporte público se ha ido complejizando, sumando el aislamiento al incremento de la demanda y a la insuficiencia de infraestructura, en los caminos de la entidad mexiquense se encuentran autobuses, micros, combis, mototaxis y uno que otro bicitaxi que pretenden darse abasto trasladando a las trabajadoras y trabajadores de comunidades rurales, urbanas y suburbanas. Lo cierto es que este servicio que se supone debería solventar el “derecho humano a la movilidad” se encuentra enormemente superado en las manos de los privados, para quienes la prioridad siempre serán sus ganancias, sin importar que ésto implique aumentos de tarifas en los momentos más difíciles, como claramente lo vivimos durante la crisis sanitaria, u obligar a millones de personas a trasladarnos en condiciones indignas. El transporte en el Estado de México reúne para sí un conjunto de adjetivos desalentadores; ineficiente, inseguro y costoso.

A sabiendas que el tema del transporte se encuentra en el centro de las preocupaciones de la clase trabajadora mexiquense, los grupos partidistas que se disputan la gubernatura este año buscan asegurar votos mediante promesas que nunca han cumplido o queda en duda su capacidad para cumplirlas. La falta de opciones laborales cercanas, las limitadas opciones de servicios médicos, de oferta educativa e incluso cultural, obligan a las/os trabajadoras/es de esta entidad a trasladarse fuera de sus comunidades, de sus barrios, realizando viajes que fácilmente pueden rondar entre las 2 o 3 horas (tan sólo de ida, duplíquese para una jornada), día a día observamos cómo los ingresos se escapan en pasajes, una persona que requiere trasladarse del Estado de México a la Ciudad de México, al área metropolitana o Toluca, puede gastar hasta el cincuenta por ciento de su salario (cien pesos de pasaje diario, cuando el salario mínimo actual apenas supera los doscientos pesos).

En repetidas ocasiones los privados en cuyas manos se encuentra este servicio han hecho promesas de frenar los “tarifazos” o justificarlos con renovaciones del parque vehicular o mejoras en el servicio que nunca llegan. En las mismas ocasiones, y con el auspicio de los gobiernos han roto estas promesas, mientras que a la par son conscientes y emplean su capacidad de presión política en beneficio de sus intereses, sabiendo que pueden paralizar en buena medida la movilidad del Edo.Méx. y parte de la CDMX, reiteramos, en beneficio únicamente de las ganancias y es el riesgo latente de poner un derecho (el derecho a la movilidad) en manos privadas.

De cara a una probable victoria de MORENA en las siguientes elecciones, habrá que considerar algunos aspectos fundamentales, entre ellos el carácter de conciliación de clase del movimiento, que seguramente estará dispuesto a pactar de una u otra forma con los grandes privados del transporte con tal de apuntalar un poco más la candidatura de Delfina Gómez cuya popularidad dista de ser arrasadora, pues la derecha (PAN, PRI Y PRD) han reducido el margen de intención del voto, conforme la campaña avanza.

Desde el Grupo de Acción Revolucionaria (GAR) pugnamos por una reestructuración del transporte público en el Estado de México, que tenga como centro el bienestar de las y los trabajadores, condiciones dignas de traslado, que aseguren su seguridad, comodidad, accesibilidad en un sentido físico y económico, así como tiempos de traslado eficientes. Ésto se relaciona con la lucha por condiciones dignas de trabajo para las y los choferes, quienes frecuentemente arriesgan su vida y la de sus pasajeros en carreras por unos cuantos pesos.  La perspectiva que agitamos es la de una transición que garantice la movilidad digna para las trabajadoras y trabajadores de toda la zona metropolitana, objetivo que no podremos alcanzar mientras la ganancia prime sobre el bienestar y la vida de las personas, es por ello que plantemos un transporte verdaderamente público y democrático, por eso decimos ¡FUERA PRIVADOS DEL TRANSPORTE PÚBLICO! Somos conscientes de que el control estatal del transporte ni siquiera se menciona en las propuestas del partido guinda pero es la única forma para asegurar una movilidad eficiente y digna para las/os trabajadoras/es, por ello que planteamos que la nacionalización del transporte se acompañe del control de las y los usuarios organizados, así como de sus trabajadoras/es.

Levantemos esta bandera no sólo dentro de la campaña electoral, preparemos comités a lo largo y ancho del estado para iniciar una movilización que presione a la futura gobernadora, para que el modelo privado de transporte, inseguro, ineficiente y caro no sea el causante de ver menguados nuestros salarios y vida en tiempo, dinero y vida que no volverán.

¡Por un transporte público seguro, digno y eficiente para la clase trabajadora!

¡Fuera privados del transporte público!

¡Condiciones de trabajo dignas para las trabajadoras y trabajadores del transporte!

¡Alto al aumento del pasaje y aplicación efectiva de la tarifa preferencial a grupos vulnerables!

¡Homologación de las tarifas en toda la zona metropolitana!

¡Por un transporte público nacionalizado, bajo control de trabajadores y usuarios!

Osmany Ernesto Juárez Fuentes

Comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *