¡Inundemos las calles de mariposas!
Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte
-Minerva Mirabal
Las contradicciones del capitalismo colocan al mundo y sobre todo a América Latina en una crisis mundial, misma que ha provocado el incremento de violencia hacia las mujeres, reafirmando y reforzando en múltiples formas al patriarcado, sistema que sustenta que las mujeres desde el nacimiento vivamos enfrentándonos a la violencia en todos sus tipos y modalidades.
Evidenciar hechos violentos que sufrimos todos los días no es victimizarnos, es verbalizar y poner atención en el continuum de violencia que es normalizada de manera hegemónica por este sistema patriarcal capitalista y a su vez reproducida por sus principales instituciones como la familia, la iglesia, instituciones de justicia y escuelas.
A través de estas instituciones de manera mayoritaria se nos adoctrina a soportar la violencia estructural que el sistema ofrece a las mujeres, y que busca mantener por el resto de nuestros días: se nos perpetúa la idea de ser madres y hacernos cargo del hogar y la crianza de los hijos como la realización de todas las mujeres, este sistema nos lleva de la mano para normalizar y soportar la falta de seguridad en los espacios públicos y privados, por lo cual, no es de extrañar que durante nuestros primeros años de la adolescencia e incluso durante la infancia, se nos obligue a soportar abusos psicológicos, económicos y sexuales principalmente en el ámbito familiar, que supuestamente tendría que ser el más seguro para nosotras. Durante toda la vida se nos va inculcando la idea de que no somos dueñas de nuestro cuerpo, si no, del padre, del novio, del marido y hasta de los hijos, por lo que nuestro trabajo se convierte por y para ellos.
A medida que crecemos nos van cerrando cada vez más las puertas hacia nuestra independencia y libertad, moldeando nuestro comportamiento social al reforzar la idea del eterno femenino/masculino, el amor romántico y la belleza estereotipada como fin de la mujer, lo cual lleva a las adolescentes a un sin fin de desórdenes alimenticios, depresiones y frustraciones.
Algunos datos que muestran el nivel de violencia que vivimos las mujeres, es que a nivel mundial 1 de cada 3 mujeres ha vivido violencia física o sexual a lo largo de nuestra vida y en algunos países esta proporción llega a 7 de cada 10.
En nuestro país las cifras de violencia que vivimos las mujeres son alarmantes, al menos seis de cada 10 mujeres han enfrentado un incidente de violencia y 41.3 por ciento ha sido víctima de violencia sexual. México es el país de con mayor número de feminicidios en todo América Latina, con una terrible cifra de 9 feminicidios por día, de acuerdo con la ONU, que hace unos días incrementó el número de feminicidios diarios de 7 a 9. Nuestro país también tiene altas cifras de impunidad ya que sólo alrededor del 2% de los casos que han llegado a juicio se han resulta a favor de las víctimas y sus familiares ya que existe un sistema de justicia que de manera sistemática ha revictimizado a las víctimas, criminalizado y culpado de su propia muerte o desaparición.
La trata es el segundo negocio clandestino más redituable del mundo, sólo por debajo del nacotráfico y por encima del tráfico ilegal de armas. Se estima que cada año genera ganancias por más de 150 mil millones de dólares y que 99 mil millones se generan por la explotación sexual de mujeres, niñas y niños (OIT, 2016).
México es catalogado como un país de origen, tránsito y destino mujeres y niñas víctimas de la trata sexual y de trabajo forzoso; es el quinto país con mayor número de víctimas de trata y ocupa el segundo lugar, después de Tailandia, en el delito de turismo sexual infantil y tiene la mayor cantidad de mujeres desaparecidas que posteriormente son convertidas en esclavas sexuales.
En nuestro país el 93% de las víctimas de trata de personas son mujeres y en el 26% de los casos menores de edad y de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos el 70% de las víctimas de este delito son indígenas, y el 30% restante está compuesto por mujeres mestizas de todo tipo de estratos.
Por otro lado que no todas las mujeres podamos acceder a un aborto legal, seguro y gratuito, también es una forma de violencia ya que se nos niega el derecho de decidir sobre nuestro cuerpo y nos arrastra a practicarnos un aborto en condiciones clandestinas e insalubres, provocando la muerte de miles de mujeres anualmente y que seamos encarceladas y cimininalizadas. En nuestro país debido a la ilegalidad del aborto no existen cifras oficiales, ni exactas del número de abortos clandestinos que se realizan en nuestro país, sin embargo de acuerdo a una estimación basada en datos oficiales realizada por el Instituto Guttmacher, en México se realizan 750 mil a 1 millón de abortos al año.
Estas cifras sólo son una muestra de la violencia que vivimos las mujeres en nuestro país, una lamentable prueba de que a las mujeres nos sobran razones para manifestarnos este próximo 25 de noviembre en contra de la violencia hacías las mujeres y tomar las calles para exigir una vida libre de violencia.
¿Por qué el 25 de noviembre?
El día internacional en contra de la violencia hacia las mujeres se conmemora el 25 de noviembre y tiene como origen el brutal asesinato de las hermanas Mirabal por orden del dictador de República Dominicana Rafael Leónidas Trujillo, del que las hermanas Mirabal fueron opositoras. Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, “las mariposas”, fueron asesinadas un 25 de noviembre de 1960.
Recordamos a las hermanas Mirabal cada 25 de noviembre a partir de 1982 y después de que en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en 1981, se aprobara este día como un día de lucha y de denuncia contra las diferentes formas de violencia que vivimos las mujeres. Posteriormente en 1992, la ONU cooptó a esta jornada reivindicativa y la declaró el día internacional por la eliminación de la violencia contra la mujer, pero eliminando su origen histórico y combativo.
Ante este contexto de extrema violencia hacia las mujeres es importante recobrar el carácter combativo de este día, frente a la cooptación de la fecha por los organismos internacionales a favor del capital y su explotación como la ONU o las instituciones, las cuales buscan quitar el carácter combativo a esta fecha, centrando la atención de este día a acciones clientelares y para sus fines políticos que distan de cambiar las condiciones de violencia a las que estamos sometidas las mujeres día a día.
Este próximo 25 de noviembre debemos salir a las calles a mostrar nuestra indignación y fuerza, sólo la organización y movilización independiente de las mujeres para exigir justicia y mejores condiciones de vida para todas, es la salida para acabar de manera decidida con la violencia y explotación a la que estamos sometidas.
Es un imperativo ético, político y de supervivencia trascender la coyuntura y la denuncia social a la organización de un movimiento nacional de mujeres que tenga como principal ejes la lucha contra el feminicidio, la trata y la violencia hacia las mujeres; tenemos que canalizar y organizar toda nuestra rabia para responder de manera organizada ante la violencia y muerte que el capitalismo patriarcal ofrece para todas las mujeres.
¡Este 25 de noviembre inundemos las calles de mariposas combativas!
¡ Por un movimiento nacional, contra el feminicidio, la trata y todo el tipo de violencia hacia las mujeres !
¡ Alto a la impunidad, ni una asesinada más!
¡ Si tocan a una nos organizamos miles!
¡Por el aborto legal, seguro y gratuito en todo México!
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