LA REFORMA EDUCATIVA Y LAS CONTRADICCIONES DE LA 4T

Octavio Ugalde

El pasado jueves 28 de abril, la Comisión de Educación y Puntos Constitucionales en la Cámara de Diputados,aprobó el dictamen de la mal llamada Reforma Educativa, dejando en claro que la evaluación seguirá siendo la piedra angular que determine tanto la selección, promoción y permanencia del magisterio. Ante esto la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) levantó un cerco frente a la Cámara de Diputados mostrando su inconformidad ya que las modificaciones seguían siendo punitivas para los trabajadores de la educación.

Las contradicciones de la 4T no pueden evitar reflejar la continuidad del carácter neoliberal que en el fondo aún se le pretende dar Reforma Educativa, pues en dicha comisión participan haciendo colación (PRI, PRD, PVEM y PAN) y (PES, MORENA y PT) por otro lado, lo que ha dejado en evidencia son las contradicciones para modificar los artículos 3°, 31° y 73°, pues no se ha planteado la desaparición real del INEE (Instituto Nacional de Evaluación de la Educación) como institución evaluadora de la “calidad” ya que se propuso crear un nuevo órgano “autónomo”: el Centro Nacional para la Mejora Continua de la Educación, como el regulador de la selección promoción y permanencia de los maestros, articulando el nexo Estado-OCDE para implementar medidas de estandarización y coerción hacía labor de los maestros. Es decir, no se plantea un cambio en la Reforma Educativa para que sea depurada realmente de su carácter neoliberal, pues el cambio fue meramente superficial, reduciendo el carácter de la educación a aspectos gerenciales, técnicos y administrativos, sin vinculación de la educación con su compromiso social y pedagógico, aspectos que tocan de fondo a la clase trabajadora.

Para poder dimensionar el problema que enfrenta nuestro sistema educativo debido a los intereses de clase que se quieren imponer desde organismos orquestados por el imperialismo euroyankee, articulados con el Estado mexicano es preciso historizar el fenómeno.

CHILE Y MÉXICO:LOS EXPERIMENTOS NEOLIBERALES

Chile fue el país que fungió de laboratorio para que el neoliberalismo se lograra imponer en la región de América Latina. Tras el golpe de estado en 1973 en Chile encabezado por el imperialismo intervencionista estadounidense, se estableció una dictadura liderada por el general Augusto Pinochet. El país enseguida comenzó una etapa de reorganización social que contempló por un lado la militarización de las escuelas, para la depuración ideológica y social de la disidencia y al mismo tiempo, se insertó un nuevo modelo educativo de desarrollo capitalista.

Este nuevo modelo educativo chileno fue impulsado principalmente por Milton Friedman, economista fundador de la denominada “Escuela de Chicago” y promotor de las ideas neoliberales en la región latinoamericana. Friedman afirmaba que: “la educación repercute a la familia y a los grupos sociales y no al Estado. Las escuelas sólo están facultadas para “instruir” y “capacitar” a los estudiantes en ciertas “competencias” para su inserción  en el mercado laboral y servir a su país”. Además para Friedman la educación tendría que ser privada pues “sólo aquellos que realmente valoren el derecho a educarse lucharan por alcanzarlo”. Para este economista, la educación al no ser responsabilidad del Estado éste no debería ni financiar ni influir en los programas curriculares y más bien debería servir para el cumplimiento de lo que el mercado laboral y los sectores productivos requieren para el desarrollo.

A su vez, la descentralización de la educación básica, media y media superior, liberalizó el mercado laboral de los maestros. El Estado al limitar su participación, la responsabilidad pasaba a los municipios y estos daban la responsabilidad y el financiamiento a grupos sociales de cualquier índole que quisieran “sostener” una escuela. Es decir, que quienes emplearían a los maestros ya no sería el Estado sino los “sostenedores” de las escuelas y estos podrían ser de grupos privados o sociales particulares. Bajo esta tónica, los sindicatos de profesores desaparecieron, como el SUTE y la labor docente pasó a formar parte de la iniciativa privada y de grupos religiosos.

Este experimento chileno, fue el referente que el Banco Mundial utilizó para adherir a los países de América Latina a las políticas de producción y reproducción capitalista imperantes y no es casualidad que para 1988 y 1998, años en los que el neoliberalismo se instauró en la región, más de 14 países adhirieran medidas de estandarización y medición de calidad a sus sistemas educativos, promovidos por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) como mecanismos de coerción del magisterio, mercantilización de programas de estudio y como primeros pasos para la privatización de la educación.

En México, al entrar Salinas de Gortari en 1988 reconoció al SNTE  (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) como corporación coercitiva para establecer las políticas neoliberales en materia de educación, poniendo al frente del sindicato a Elba Esther Gordillo. En su gobierno se firmó el “Programa para la Modernización Educativa 1989-1994” acotando las obligaciones del Estado, abriendo el sector educativo a la iniciativa privada y a instancias de la sociedad civil (iglesia y familia) poniendo en entredicho el carácter público, gratuito y laico de la educación en el país.

Para 1992, se firma el ANMEB (Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica) el cual dio paso a la descentralización del sistema de educación  pública y normal en el país. Esto canalizaba evidentemente el descontento en los gobiernos estatales y ya no en el Estado, al mismo tiempo que se impulsó el concepto de “Carrera Magisterial” para diferenciar salarialmente a los maestros con base en su “productividad” medida en estándares de calidad promovidos por la OCDE.

Durante el gobierno de Vicente Fox Quesada se puso en marcha el PEC (Programa de Escuelas de Calidad) dónde se comenzó a aplicar la asignación de recursos a las escuelas del país según sus resultados mediante instrumentos estandarizados. Al mismo tiempo se creó el INEE (Instituto Nacional de Evaluación de la Educación), como organismo encargado de evaluar la productividad de los maestros. Y como instrumento de evaluación de los aprendizajes y “competencias” estudiantiles se creó la prueba ENALCE que a partir del 2006 se aplicó a estudiantes de primaria y secundaria, aunados al adelgazamiento de materias esenciales como educación cívica, artes y ciencias.

En el sexenio de Felipe Calderón, se firma el ACE (Alianza por la Calidad de la Educación), afianzando los mecanismos coercitivos al magisterio y a la sociedad mexicana en alianza con la OCDE, la Coparmex y la SNTE.

La transición política que comienza con el PAN en el año 2000, realmente nunca representó un cambio estructural, sino un reforzamiento de las políticas económicas y culturales neoliberales que desde Salinas de Gortari comenzaron a instrumentarse en la educación para su privatización.

El 23 de febrero del 2013 Enrique Peña Nieto, lleva a cabo la “Reforma Educativa”, modificando los artículos 3° y 74°constitucionales, introduciendo el concepto de “Educación de Calidad”, definiendo la calidad en la educación como: “la congruencia entre objetivos, resultados y procesos, del sistema educativo conforme a las dimensiones de eficacia, eficiencia, pertinencia y equidad”. Es decir, acota la educación desde una perspectiva eficientista y técnica y le extirpa el carácter pedagógico y social.

En este marco se modifica la Ley General de Servicio Profesional Docente, articulando medidas de estandarización de la evaluación para el magisterio y haciendo recaer la responsabilidad de la eficacia, eficiencia y calidad de la educación en los maestros, sin contemplar las condiciones sociales, políticas y económicas por las que atraviesan los estudiantes y las escuelas. De esta manera se eliminan las clases sociales y se homogeniza la forma en la que la educación debe ser y el perfil de los estudiantes y docentes.

El proceso por el cual América Latina ha pasado desde los años ochenta hasta la actualidad, en específico hablando de México y Chile, nos tiene que hacer ver que los intereses de los grandes capitales extranjeros representados en organismos internacionales como el BM, el FMI y la OCDE, han establecido mecanismos para descentralizar el papel del Estado en su responsabilidad de proporcionar las condiciones para que la educación siga siendo pública,  gratuita, laica y obligatoria, y se adhiera a estándares de calidad para la reproducción de mano de obra capacitada para las empresas y corporaciones privadas, centrando en el ojo del huracán a los maestros como los principales promotores y responsables de la transmisión de la ideología y conocimiento útiles para la reproducción del capital. En este sentido, el Estado se lava las manos y el descontento social se centra en los maestros y en los estudiantes como los actores improductivos en el marco cultural que el capitalismo intenta imponer.

CONTINUIDAD DE LA REFORMA EDUCATIVA NEOLIBERAL EN LA 4T

El actual régimen centrista de AMLO, no ha podido esconder  su carácter neoliberal. Por un lado, mencionó que derogaría la “Reforma Educativa”,  sin embargo, en los dictámenes de la reforma parece que lo que se busca es reafirmar los mecanismos coercitivos al magisterio sin eliminar la relación condicionante que tienen los maestros con la SEP a través de los instrumentos de evaluación del INEE que ahora se convertirá en Centro Nacional para la Mejora Continua de la Educación. Por otro lado, la relación con la OCDE superpone su presencia sobre la SEP como la encargada de establecer las pautas para la nueva reforma educativa como lo hizo en las décadas anteriores, intentando adecuar la educación pública a la lógica del mercado laboral empresarial, industrial y financiero privado y a su vez afirmando la necesidad de articular  mecanismos de evaluación docente para la calidad educativa homogenizada.

Ante esto, AMLO y su partido Morena en vías de consolidación tienen un gran reto en relación a las contradicciones de clase al interior del Congreso y de Morena,  pues si realmente buscan transformar la educación en México tiene que eliminar la existencia del INEE y de cualquier otro órgano “autónomo” evaluador del magisterio, pues al ser autónomos frente al Estado tienen la capacidad de articular mecanismos de coerción externos. Además si realmente se busca un cambio se tiene no solo que adherir la relación laboral de los maestros al artículo 123, sino que debe definir el carácter incondicional de la labor docente como profesión de Estado, eliminando las medidas coercitivas y defendiendo sus derechos laborales. A su vez, no sólo tiene que rescatar el papel del Estado sino que debe hacerlo efectivo como el responsable en proporcionar las condiciones necesarias de infraestructura, financiamiento y capacitación a los maestros para que la educación sea accesible, gratuita, laica y obligatoria a hijos de obreros, campesinos, indígenas y explotados del país principalmente.

La incapacidad del actual gobierno nacionalista burgués como defensor de los intereses empresariales sobre la educación, tiene que movilizarnos para adherirnos a la lucha junto a los maestros de la CNTE, por una Reforma Educativa que elimine el carácter punitivo a la labor magisterial y sobre todo para rescatar la función social de la educación en México que nos permita hacer frente a las condiciones de superexplotación y dominación económica y política que como país dependiente y periférico sufrimos de las metrópolis capitalistas.

La eficacia, la eficiencia, lo exclusivo, lo privado y lo clasista en la educación son sinónimos de “calidad” para el discurso neoliberal, para la preparación de mano de obra calificada en función de la producción y reproducción de riqueza que se acumula en empresas privadas. Nosotros desde la izquierda independiente buscamos la consolidación de fuerzas que nos permitan la afirmación de los intereses de las clases oprimidas: trabajadores, campesinos e indígenas por la defensa de la educación pública, gratuita, laica y obligatoria para la resolución de problemáticas que el país requiere no para las empresas, pues finalmente nosotros con nuestro trabajo somos los que financiamos la educación pública.


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