En junio las organizaciones no gubernamentales (ONGs) Greenpeace y Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), presentaron una demanda de amparo ante el Poder Judicial en contra de la Política de Confiabilidad de SENER que se publicó el 15 de mayo del 2020 en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
Ambas organizaciones han señalado que interponen la demanda en defensa del desarrollo sustentable y del derecho que tenemos los mexicanos a un ambiente sano reconocido en el artículo 4° de la Constitución Mexicana; también dicen que defienden los compromisos internacionales de México de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para combatir el cambio climático.
Sin embargo estas dos “organizaciones civiles” son en realidad el caballo de troya de las 172 empresas privadas principalmente extranjeras que han demandado al Estado mexicano y que exponen argumentos de “cuidado del ambiente y de desarrollo sustentable”, para defender las inversiones y ganancias de las empresas capitalistas a costa de los bolsillos de millones de mexicanos así como a costa de las finanzas públicas.
El Acuerdo de Confiabilidad publicado por SENER1 no frenará la incorporación de energías limpias y renovables, como exponen los defensores de las empresas transnacionales, si no que genera la política para la incorporación ordenada de energías limpias y renovables al Sistema Eléctrico Nacional2 (SEN), incorporando aspectos que no estaban correctamente contemplados en el primer documento de Política de Confiabilidad publicado por SENER en el 20173, como son los servicios conexos, la demanda y el nivel de congestionamiento del Sistema Eléctrico Nacional.
La política de confiabilidad emitida en el año 2017 por SENER contempla únicamente valores probabilísticos para incorporar energía no suministrada a la red, pero en ningún momento se podía considerar como una política de Confiabilidad que le diera estabilidad al Sistema Eléctrico Nacional; es decir la Confiabilidad debe de funcionar para garantizar que siempre exista el suministro de Electricidad en beneficio de los usuarios finales, que es justo lo que busca la nueva política de Confiabilidad publicada el pasado 15 de mayo.
Con la Reforma Energética del 2013 quedó en manos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) la aprobación de permisos de generación de energía eléctrica, mediante requisitos que no toman en cuenta criterios técnicos, son sólo una serie de requisitos documentales para la obtención de un permiso de generación de energía eléctrica en nuestro país.
El resultado de la política de otorgamiento de contratos de generación de energía sin orden y sin tomar en cuenta la estabilidad técnica del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), ha generado una sobre capacidad de generación de energía y congestiones en el SEN.
La demanda de energía máxima del país es de 49 mil mega watts (MW) y el promedio de demanda de energía oscila entre los 32 a 35 mil MW, actualmente en nuestro país existe una capacidad instalada para producir energía por 91 mil MW; es decir tenemos un excedente de 42 mil MW, tomando como referencia la demanda máxima. Esto quiere decir en otras palabras que no se necesitan instalar más centrales de generación de energía eléctrica para satisfacer la demanda de energía que consumimos las y los mexicanos a nivel domiciliario o a nivel industrial.
Desde una visión técnica no se puede poner en riesgo la estabilidad del Sistema Eléctrico Nacional a costa de garantizar las inversiones de las empresas privadas que quieren venir a instalar sus centrales de generación de energía eléctrica, porque como decía el Ing. Jacinto Viqueira: “los electrones siguen las leyes de Kirchoff pero no las leyes del mercado”.
Si a GreenPeace y a Cemda realmente les interesará el desarrollo sustentable, el medio ambiente y la transición energética, empezarían por evaluar el sistema de oferta y demanda de energía eléctrica en nuestro país para realizar un diagnóstico de la situación actual de la matriz de generación de energía eléctrica. Ya que de acuerdo a sus argumentos, “defienden el derecho a un medio ambiente sano y el desarrollo sustentable”.
Desde este simple análisis se concluye que por el momento no se necesitan instalar más centrales eléctricas, de cualquier tipo, para producir energía en México, puesto que tenemos una sobre oferta de energía de 42 mil MW.
Pero ahora revisemos la matriz de generación de energía eléctrica de nuestro país y realicemos una comparación con otras matrices del mundo que suelen ser citados como modelos en la incorporación de energías limpias y renovables, como Alemania y Francia; así como con la matriz de generación eléctrica de los países más contaminantes del mundo que generan más del 60% de las emisiones de CO2 a la atmósfera: Estados Unidos y China.
Comparación de la Matriz de generación eléctrica 2018 (%)
Elaboración propia con datos de: Net public electricity generation in Germany in 2018
https://www.energy-charts.de/energy_pie.htm?year=2018; 2018, SENER. Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional 2019-2033. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/475497/PRODESEN_V.pdf; BP., 2019. China’s energy market in 2018. https://www.bp.com/content/dam/bp/business-sites/en/global/corporate/pdfs/energy-economics/statistical-review/bp-stats-review-2019-china-insights.pdf; EIA, 2019. What is U.S. electricity generation by energy source https://www.eia.gov/tools/faqs/faq.php?id=427&t=3
En la tabla podemos ver que México junto con Francia son de los países que menos carbón utilizan para producir energía eléctrica, mientras que Alemania utiliza el 37.2 %, Estados Unidos el 23 % y China el 67%; estos dos últimos países generadores del más del 60 % de los GEI del mundo, quienes se han negado a firmar el convenio de París en reiteradas ocasiones, mientras que México sólo produce el 1.4 %.
Ahora analicemos la matriz de generación de Alemania que tiene mayor porcentaje de generación de energía eléctrica con renovables (40%), pero que sigue utilizando en un 37. 2 % de carbón para producir energía eléctrica que, como dice Greenpeace y Cemda, “energía contaminante y sucia que pone en riesgo al ambiente y la salud de las personas”.
El caso de Francia es más interesante porque es realmente el país que ha logrado “descarbonizar” su producción de energía eléctrica, con un 20 % de incorporación de energías renovables en sus matriz eléctrica y un 70% de energía limpia producto de sus centrales nucleares, por lo que no genera muchos GEI. Sin embargo, implementar centrales de energía nuclear requiere de grandes y costosas inversiones, y a la par es necesaria la evaluación de varios riesgos, sumado a que no tiene mucha aceptación social en el mundo y muchos menos en México.
También podemos concluir de la tabla anterior que no existe un único modelo para lograr la transición energética en el mundo y que este depende mucho de los recursos naturales que tienen a su alcance los países, la geografía, la extensión territorial, el número de habitantes, la infraestructura actual desarrollada para producir y distribuir energía eléctrica en los países.
En el caso de México nuestro país tiene desarrollos e inversiones públicas importantes para producir energía eléctrica en México, también cuenta con un complejo Sistema Eléctrico Nacional que es la infraestructura construida con dinero público y patrimonio de las y los mexicanos que permite que el 98.9 % de los habitantes del país contemos con energía eléctrica.
Fuente: SENER, 2019. Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional 2019- 2033. Capítulo V. Sistema Eléctrico Nacional, pág, 23. Disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/475497/PRODESEN_V.pdf
SISTEMA ELÉCTRICO NACIONAL – RED TRONCAL DE TRANSMISIÓN 2018
Fuente: SENER, 2019. Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional 2019- 2033. Capítulo V. Sistema Eléctrico Nacional, pág, 29. Disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/475497/PRODESEN_V.pdf
En el caso de energías limpias y renovables, México tiene desarrollos importantes en presas hidroeléctricas que en los últimos años han sido subutilizadas, es decir, que las han puesto a operar por debajo del total de su capacidad de producción para permitir la entrada de otro tipo de energías, lo que se suma a la política deliberada de los últimos años para disminuir el presupuesto de la CFE para modernizar y darles mantenimiento a las presas hidroeléctricas. Queda claro que modernizar las centrales eléctricas, ya construidas y amortizadas, es un eje primordial para avanzar en la Transición Energética de México.
El modelo de Transición Energética tiene que tomar en cuenta y evaluar la infraestructura de generación de energía eléctrica, de transmisión y distribución que hasta el momento tiene nuestro país, así como de la demanda de energía que tiene México. No podemos seguir los modelos de incorporación de energías renovables de otros países y mucho menos poner en riesgo la infraestructura hasta el momento generada para salvaguardar los intereses y ganancias de las empresas extranjeras de la industria eléctrica.
¿Transición energética soberana o transición energética dependiente?
A GreenPeace y Cemda no les interesa si la transición energética o la incorporación de energías limpias y renovables en nuestra matriz de generación de energía eléctrica se da a costa de los bolsillos de millones de mexicanos, quienes subsidiamos con dinero público y con nuestro dinero a las empresas verdes que han venido a instalar sus centrales de generación de energía en nuestro país, muchas veces a costa de poblaciones indígenas y comunidades rurales, como en el caso de los parques eólicos en Oaxaca. Defienden aparentemente el fin sin importar los medios o el modelo de desarrollo por el cual se alcance el objetivo de la transición energética, lo que desde nuestra perspectiva no es suficiente y es incorrecto.
El interés principal de las empresas privadas de energía es generar ganancias en un país como México, paraíso fiscal para las grandes empresas privadas que no pagan los impuestos que les corresponden, que obtienen mano de obra barata y en el que sus ganancias están por encima de cualquier otro interés de la nación gracias a la reforma energética aprobada en diciembre del 2013; y no el interés de proveer energía eléctrica de manera eficiente, con calidad y a un bajo costo; y sobre todo para acceso a toda la población.
En conclusión, es necesario caminar hacia la Transición Energética, pero desde una perspectiva soberana, que esté acorde a los recursos que tiene México y a la demanda de energía eléctrica de nuestro país; la infraestructura desarrollada hasta el momento, mucha de ella construida con dinero público y con los impuestos de millones de mexicanos. La transición debe tomar en cuenta los derechos e intereses de las comunidades indígenas y rurales,y no con base a garantizar los futuros de inversión de las grandes empresas transnacionales de energía como Iberdrola, Mota Engil, ENEL o ENGI.
No se puede luchar por una Transición Energética y una defensa de las energías limpias, sin una posición crítica respecto al paradigma de desarrollo capitalista que se está levantando. En los últimos años en México y en todo el mundo se ha vivido e impulsado el paradigma del desarrollo sustentable a manos de los particulares, poniendo sus intereses y ganancias por encima del interés colectivo, utilizando como escudo el medio ambiente, la transición energética y el desarrollo sustentable.
Es necesario transitar hacia la incorporación de energías renovables y limpias para la producción de energía en nuestro país, ya que es una cuestión estratégica y de seguridad nacional frente a las limitadas reservas de hidrocarburos con las que contamos; sin embargo es necesario avanzar en esa condición desde una visión soberana en la que prime el interés nacional de la energía como un factor fundamental para garantizar el desarrollo pleno y el bienestar de las personas en el siglo XXI.
Desde nuestra perspectiva no es suficiente el acuerdo de Confiabilidad aprobado por SENER, que en estos momentos está siendo demandado por 172 empresas privadas y extranjeras. Es necesario construir un Proyecto de una verdadera Transición Energética Soberana que disminuya la dependencia energética de México a los combustibles fósiles, pero también la dependencia energética con los potencias extranjeras, principalmente de Estados Unidos.
Este Plan de Transición Energética deberá de contar con la participación de universidades públicas, de centros de investigación públicos del sector eléctrico, de organizaciones sociales y usuarios de la energía para construir un modelo propio de tránsito a las energías renovables, que ponga en el centro el interés nacional y respetar también los derechos de las comunidades indígenas y rurales, así como la protección de la biodiversidad y ecosistemas de México. No debemos de dejar los recursos renovables como el sol, el agua, la geotermia en manos de particulares.
Por todo lo anterior, llamamos a las y los estudiantes y egresados de ingenierías, biología, ciencias ambientales, trabajadores sociales, antropólogos a que discutamos un plan a corto, mediano y largo plazo para desarrollar la ciencia, tecnología e infraestructura con capacidades nacionales para hacerle frente a los retos científicos y tecnológicos que la Transición Energética Soberana de México demanda.
Desde el Grupo de Acción Revolucionaria llamamos al conjunto de las y los trabajadores de la energía y al conjunto de las y los usuarios de la energía a exigir y luchar por la renacionalización de la industria eléctrica, así como de la industria energética en su conjunto para que esté bajo el control de las y los trabajadores.
¡No a la cancelación de la Nueva política de Confiabilidad!
¡ Basta de subsidiar a las empresas privadas de energía eléctrica!
¡Vamos por una Transición Energética Soberana!
¡Renacionalización de la industria eléctrica y toda la industria energética!
- DOF, 2020. ACUERDO por el que se emite la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional. https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5593425&fecha=15/05/2020
- De acuerdo con la Ley de la Industria Eléctrica. Artículo 3 fracción XLIV se define que el Sistema Eléctrico Nacional: El sistema integrado por: a) La Red Nacional de Transmisión; b) Las Redes Generales de Distribución; c) Las Centrales Eléctricas que entregan energía eléctrica a la Red Nacional de Transmisión o a las Redes Generales de Distribución;d) Los equipos e instalaciones del CENACE utilizados para llevar a cabo el Control Operativo del Sistema Eléctrico Nacional, y e) Los demás elementos que determine la Secretaría.
- DOF, 2017.AVISO por el que se da a conocer la política de confiabilidad, establecida por la Secretaría de Energía. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5473221&fecha=28/02/2017
Deja un comentario