A ROMPER LA CADENA DE CONTAGIOS DE COVID 19

México alcanza cifras alarmantes en contagios de la variante Omicrón del virus SARS-CoV2, que provoca la enfermedad Covid19. Tan sólo ayer se reportaron 43 mil 523 nuevos contagios, cifra levemente inferior a la notificada la víspera pero significativamente alta. La Secretaría de Salud la dependencia federal informó que los decesos se elevaron en 148, para un acumulado de 300 mil 912 desde marzo de 2020.

El reporte técnico diario de la SSa revela que la curva epidémica se incrementó en 206 por ciento para el periodo del 26 de diciembre al primero de enero de este año, en comparación con la semana epidemiológica previa.

La ocupación hospitalaria en camas generales subió dos puntos, para ubicarse en 26 por ciento. Las camas con ventilador también tuvieron un alza de un punto, por lo que están en 16 por ciento.

Las cifras de defunciones y hospitalizaciones, a pesar de que son cifras altas, contrastan mucho con sus homólogas de 2021, donde a estas fechas las muertes y ocupaciones estuvieron al por mayor.

Lo anterior ha sido reforzado con el llamado político al pánico desde los grandes medios, a los que se han sumado personeros reaccionarios y lo peores representantes de la casta política que tiene México; todos ellos reclamando la aplicación de ¡pruebas masivas contra el Covid 19”.

Ya desde el Grupo de Acción Revolucionaria hemos sido enfáticos desde un punto de vista científico del comportamiento del virus. Es tarea de las organizaciones de la clase trabajadora aportar claridad, no fomentar prejuicios.

Para romper la cadena de contagios es impostergable aclarar que las y los trabajadores y sus familias deben asumirse como contagiados de alguna de las variantes. Por lo que la desesperada búsqueda de la realización de una “prueba Covid” y el llamado que la derecha reaccionaria hace para ellos, sólo representa una pérdida de recursos, tiempo y, sobre todo, diseminación de la enfermedad en largas filas y espacios de concentración popular.

Si quienes acuden al llamado de las pruebas masivas no están contagiados, seguramente se contagian en esos espacios pues está demostrado la alta virulencia y transmisibilidad de esas variantes del virus. Además, no debemos perder de vista que por lo menos coexisten en México tres variantes detectadas: la original que es la que junto con la delta dejaron más de 300 mil hasta 2021; las dos primeras arrojan sintomatologías que pueden derivar a graves.

Entonces ¿cuándo hacerse una prueba?

  • Todos los casos con indicación de hospitalización por síntomas respiratorios
  • Cuadros respiratorios en pacientes que pertenecen al grupo de riesgo de que la enfermedad sea grave
  • Profesionales de la salud con síntomas respiratorios (para permitir orientación sobre el tiempo de reincorporación al trabajo)
  • Detección en pacientes que necesitan ser hospitalizados por otras razones según normativa de cada país/territorio y de cada institución
  • Profesionales con síntomas respiratorios que formen parte de servicios esenciales y presenciales.

Mientras que por otro lado la SSa y organismos internacionales de la salud también hablan de las situaciones en las que no se debe hacer las pruebas:

  • Individuos asintomáticos (incluyendo contactos)
  • Como requisito para salir del aislamiento
  • Para acceder a lugares públicos

Solidaridad con las y los trabajadores de la salud

Ante el llamado a la realización de “pruebas masivas” como parte del manejo político de la pandemia y la paranoia colectiva que imprimen los grandes medios y sus personeros reaccionarios, se están desarrollando escenarios de violencia en instalaciones de la Secretaría de Salud y del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde derechohabientes han agredido a las enfermeras y personal administrativo de forma física ante la imposibilidad de realizarse una prueba, o ante la desesperación infundida.

Desde el GAR condenamos no sólo dichos llamados ignorantes y a quienes los promueven desde el inicio de la pandemia, sino que nos solidarizamos con las y los trabajadores quienes están padeciendo el acoso de la paranoia auspiciada por los medios y la reacción.

Nosotros reconocemos el esfuerzo y la dedicación de las y los trabajadores de la salud y la resistencia que han mantenido pese a operar con deficiencias presupuestarias, falta de insumos y material médico y precariedad en su máxima expresión, resultado de décadas de desmantelamiento del sistema de salud pública.

La misma Organización Panamericana de la Salud advirtió recientemente que la demanda de pruebas diagnósticas ha alcanzado un nivel nunca visto, provocando escasez de material para laboratorio y pruebas diagnósticas en varios países, entre ellos México; por ellos es deber asegurar la provisión de éstas solo para los casos necesarios como los antes descritos para poder atender a los casos realmente emergentes.

Llamamos la atención de que quienes reclaman pruebas masivas no se detienen en estos aspectos, sino que polarizan una situación que se debe abordar con un programa que por un lado permita la atención eficaz y oportuna a la pandemia y, por otro, establezca un horizonte estratégico que permita a las y los trabajadores de la salud y al conjunto de la población alcanzar un sistema de salud de calidad, digno, público y gratuito. Las organizaciones de la clase trabajadora deben avanzar en la comprensión de las tareas con la clase, no cultivar sus prejuicios.

Construir un sistema de salud digno, público y gratuito para el pueblo trabajador y el conjunto de los explotados y oprimidos es una tarea de primer nivel. Ha quedado claro que la destrucción hecha por el priismo y el panismo de los laboratorios de investigación pública así como del sistema nacional de producción de vacunas representó un atentado contra todo el pueblo trabajador a favor de las grandes farmacéuticas y centros hospitalarios privados.

La construcción de un sistema de salud de calidad tampoco es sólo la declaración de un mayor presupuesto para dichas instituciones de salud sin que ello represente una reorganización productiva, administrativa, de investigación, así como de tareas adjetivas de dichos centros públicos.

Desde el GAR llamamos a la lucha por el control por parte de los trabajadores del sistema público de salud centralizado, por la renacionalización del que hoy es el sistema privado, empezando por todos aquellos laboratorios, instalaciones, equipos e insumos que fueron entregados directamente por el PRI y el PAN en los últimos 40 años al capital privado nacional extranjero.

Llamamos a luchar contra la política de austeridad actual sobre el sistema de salud, de la mano en que luchamos por un cambio administrativo en las instituciones públicas, para dar paso a la organización democrática de los trabajadores de esas instituciones y entonces sí garantizar que los recursos se utilizarán para lo realmente necesario y con una política correcta.

Desde esta perspectiva es desde la que nos organizamos.


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