El programa capitalista de Sheinbaum: Plan de Reordenamiento territorial en CDMX

El gobierno de Sheinbaum en CDMX desarrolla un claro programa capitalista aunque disfrazado de feminista, juvenil y progresista. Capitaliza consignas de lucha social, movilización independientes de mujeres, así como de los sectores jóvenes, trabajadoras/es y del campesinado que decide movilizarse por sus derechos. El programa de Sheinbaum logró construir un discurso de género que en la práctica poco a resuelto, lo mismo en su discurso ambientalista y de “desarrollo”, el cual mantiene despojos y saqueos de áreas naturales protegidas y de quienes las cuidan. 

Claro está la vista puesta a ciertos sectores, como ya se menciona: juventud y mujeres, pero también espacios y contextos geopolíticos con dinámicas muy específicas que durante la pandemia fueron de suma importancia para diferentes temas como la alimentación, la salud y el llamado desarrollo o progreso, puesto que si no fuera por estos sectores de la clase trabajadora que se trasladaban aún en condiciones de emergencia sanitaria, seguramente mucho de la economía hubiera quebrado, siendo esto los sectores sociales de los pueblos y barrios originarios de la ciudad de México, de donde proviene la clase trabajadora y campesina, de las orillas de la capital. 

En la CDMX los sectores campesinos, rurales, pueblos y barrios originarios se encuentran en espacios de lucha y acción, por medio de la siembra y la fuerza de trabajo que representa la clase trabajadora. Estos espacios territoriales-comunitarios son abundantes en cultura, tradiciones, saberes, prácticas agrícolas y de ganadería, incluso pesca, en donde sus habitantes construyen procesos de apropiación de espacios naturales, tomas de decisiones, cuidados colectivos, alimentación, organización y formas de vida entre muchas otras. Territorios habitados que han permitido heredar saberes y prácticas para su conservación, dentro de ellas muchas áreas naturales protegidas donde habita la flora y la fauna, donde sus habitantes a partir de la cohesión social les permite conocer a otras personas, generar lazos sociales, identificar problemáticas y necesidades, tanto económicas, políticas, sociales y culturales, espacios de historia y memoria. Los cuales no bastan con ser delimitados por tan solo líneas, sino que son lugares donde se apropian quienes los viven y habitan. 

Estos espacios son de interés para el capitalismo en CDMX con el objetivo de despojar y extraer los recursos naturales, mediante el saqueó de hasta el último rincón territorial y de sus habitantes. Sheinbaum no es la excepción al desarrollo capitalista sino su impulsora, dentro de su programa a pactado con sectores que tienen una visión de desarrollo y avance tecnológico moderno, pero que en el sistema capitalista actual lo que produce es violencia, despojo, saqueo e invasión en estás áreas y territorios. El sector mobiliario, o conocido como el cartel mobiliario, son favorecidos por Sheinbaum con el pretexto de la pandemia y la retórica del supuesto restablecimiento económico. Con la llegada de la urbanización en estos espacios geográficos y áreas verdes, los siguientes en ser invadidos son estos pueblos y barrios originarios de la Ciudad de México. 

A finales de 2022 se implementó el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT) y el Programa General de Desarrollo (PGD). Sheinbaum ni siquiera intentó implementar una consulta a los pueblos, respetando su derecho a la autonomía que tienen establecidos en la constitución. El PGOT y el PGD pretenden hacer uso del suelo de conservación y disfrazando “mejoras de equipamiento” de los pueblos, los servicios bajo el nombre de “infraestructura de bienestar” en donde el suelo de conservación sigue siendo ocupado por establecimientos y mobiliarias que continuarán afectando estás áreas naturales dentro de los pueblos del sur como sus zonas ejidales o de chinampería. 

Sheinbaum deja ver los intereses en su política de desarrollo y de los cuales cabe resaltar uno en particular con la empresa Airbnb, enfocándose principalmente en áreas de conservación y forestación, así como del uso de agua y el interés de saqueamiento que afectaría nuevamente a los habitantes de los pueblos y barrios, quienes como se menciona en un principio, no han sido consultados, llevando a cabo estás consultas ilegítimas y no reconocidas por la población. Lo cual termina resultando en la gentrificación, un desmedido turismo que trae consigo diferentes problemáticas y el cambio de uso de suelo. Trayendo consigo problemas de suma importancia que sus habitantes comienzan ya a percibir desde hace unos años, con la viabilidad, escasez de agua y servicios, por supuesto que esto detona en causar alteraciones que dañan a la fauna y flora existente dentro de estas áreas y a toda la diversidad que se puede encontrar, así como para las/les/los habitantes. 

Medidas mercantilizadoras de una visión que meramente busca acabar con los recursos como si estos fueran infinitos, en espacios geopolíticos que claramente tienen particularidades y características similares en sus prácticas como los pueblos originarios. Despojando a las/les/los habitantes por medio de megaobras como las unidades habitacionales, estudios de grabación, plazas comerciales, tiendas como Oxxo, 7 Eleven, entre otras. Y quitando entonces, los servicios básicos para la población que habita esos pueblos, discriminando el uso del agua, puesto que  se está haciendo para uso exclusivo del sector privado. 

Las/les/los habitantes de los pueblos y barrios originarios, han comenzado a construir procesos de organización y formación para luchar en defensa de sus territorios como ellas y ellos lo han nombrado, por el agua y la vida como derecho humano y de la naturaleza, poniendo sobre la mesa primeramente la consulta a los pueblos que se ha negado, consultando a cada habitante para dichas construcciones y sobre su aprobación o no, al mismo tiempo, informando a las personas habitantes de estos pueblos sobre las afectaciones que tendrían las salidas y entradas viales, la llegada de la gentrificación y urbanización, lo que esto traería a raíz de la entrada de mobiliarias. 

Estos programas buscan privatizar y mercantilizar el agua, terrenos de uso ejidal, siembra, chinampería, entre otros así como aislar a su población. 

Cabe resaltar que las mujeres han sido quienes han hecho mucho de estas luchas y que las movilizaciones sociales que han realizado las han encabezado al frente, no sería de extrañarse si dentro de este sistema capitalista y patriarcal que nos somete a los espacios privados, nos permite a su vez conocer las necesidades sentidas de primera mano e identificar cuando una necesidad no está siendo cubierta o se está viendo afectada, como es el caso del agua y la vivienda. 

La clase trabajadora y campesina, en donde las mujeres han estado incluidas y afectadas, ha construido un constante levantamiento de movilizaciones, discusiones, luchas, sin embargo, es necesario que la organización social busque también una nueva alternativa política anticapitalista y antipatriarcal, con una alternativa económica distinta, ya que bajo este mismo sistema capitalista patriarcal la organización será fundamental para llevar a la acción apuntalando por un modelo económico distinto que no sea el de despojo y saqueo; capitalista. Desde el Grupo Acción Revolucionaria y las mujeres creemos que no basta únicamente resistir como forma de lucha bajo el mismo sistema capitalista,  se necesita organización política con acción donde la clase trabajadora y el campesinado sean quienes tomen las decisiones y el control por los recursos y los territorios. 

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