LA PRIMER PRESIDENTA DE MÉXICO: ELECCIONES 2024 Y LA AUSENCIA DE UN PROGRAMA PARA LAS MUJERES TRABAJADORAS

Rosas Rojas

La victoria de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México no se explica sin la lucha histórica en las calles del movimiento de mujeres y a la fuerza que ha adquirido en los últimos años a nivel internacional y particularmente en el país. La potencia del movimiento de mujeres, que tiene entre sus demandas la conquista de derechos políticos para todas, fue un factor determinante para que todos los partidos del régimen eligieron a una mujer como su candidata principal y llevó a Claudia y a Xóchitl Gálvez a competir por la Presidencia de la República. Tenemos a una Presidenta que gobernará los próximos 6 años. Claudia representa el proyecto de la 4T y como ella misma lo expresa “la continuidad con cambio”, refiriendo a que mantendrá la política implementada hasta el momento, le pondrá su sello propio e implementara las bases del proyecto de la transformación. La atención integral a las demandas más sentidas de las mujeres, como son el aborto seguro, legal y gratuito en todo México; la memoria, verdad y justicia para las mujeres asesinadas y el alto a las violencias contra las mujeres; no han sido atendidas de manera integral y efectiva por los gobiernos del PRI, el PAN e incluso por el gobierno de Morena y de Andrés Manuel López Obrador.

Desde Rosas Rojas reconocemos el avance en los derechos políticos que significa que una mujer es presidenta por primera vez en nuestro país, no obstante nosotras NO emitimos un voto útil por mera empatía de género a favor de Claudia Sheinbaum (mucho menos por Xóchilt Gálvez), representante de la derecha recalcitrante en México. Nosotras consideramos que más allá de las personas y su género, lo que les define es su programa político, sus principios y su perspectiva de transformación. Para Rosas Rojas nuestra perspectiva es de clase y es necesaria para construir un programa y agenda que sí nos represente a las mujeres trabajadoras, obreras y campesinas. Por lo anterior, NO consideramos que Claudia, solo por el hecho de ser mujer, defenderá las demandas de las mujeres, como algunas feministas y mujeres sostienen, podrá ser más sensible, sí, pero eso no quiere decir que el hecho de tener una mujer en el poder sea garantía de que se resuelvan nuestras reclamaciones. Frente a esas posiciones, nosotras ponemos sobre la mesa la consigna el género nos une, pero la clase nos divide”. En ese marco reconoceremos y apoyaremos entonces las propuestas que se presenten en beneficio de las mujeres, pero desde la independencia política, manteniendo la organización y movilización social en las calles, la cuál se hace siempre necesaria. Seguiremos presionando para poner en la agenda política de nuestro país las demandas de la clase trabajadora y precarizada, que por mencionar algunas incluye; la memoria, verdad y justicia para los feminicidios, el alto a la impunidad y a la violencia sistemática hacia las mujeres, los plenos derechos laborales para las mujeres, el aborto legal para una maternidad libre y voluntaria en todo el país y la socialización del trabajo doméstico, mismo que ha recaído históricamente en las mujeres aventándolas a doble jornadas laborales, así como el alto a la explotación sexual y reproductiva de mujeres y niñas. 

Gobierno de algunos avances pero lleno de contradicciones 

Al cierre del gobierno de Obrador hay avances a nivel de la paridad de género en puestos del gobierno federal y el poder legislativo, sin embargo, aún sigue habiendo muchas deudas para las mujeres. Es importante mencionar que Morena, en el poder legislativo, contó con varias iniciativas para despenalizar y legalizar el aborto, una de ellas presentada por Rosas Rojas, las cuales no fueron discutidas, ni hubo avances porque no contaban con un acuerdo al interior del partido, ni con los votos para aprobarlas. En el gobierno de Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México vimos avances debido a la presión que ejerció el movimiento de mujeres para que se atendiera de manera prioritaria e integral los feminicidios y la violencia hacia las mujeres: se creó la Fiscalía de feminicidios de la CDMX y se logró que fuera ocupada por personal capacitado, que ha participado y es sensible a la lucha por justicia para los feminicidios. Esta fiscalía ha sido un apoyo para las madres y familiares en su lucha, no obstante, quedaron pendientes reforma más profunda al sistema de justicia que esté centrado en las víctimas, para erradicar el calvario burocrático al que deben enfrentarse las mujeres en la búsqueda de verdad. 

De manera paralela, durante el gobierno de Claudia Sheinbaum en la ciudad de México, vivimos una profunda criminalización del movimiento de mujeres que se movilizaba en las calles. Se desplegó una cantidad exorbitante de policías para intimidar y contener la movilizaciones; vivimos su desprestigio mediante declaraciones en sus conferencias de prensa, donde tildó de infiltradas o de derecha a todas las mujeres  del movimiento de mujeres con independencia política, además, dejó en un segundo plano las demandas que originaron la movilización y el descontento de miles en la capital del país. Es importante mencionar que nos centramos en una crítica al partido Morena y su candidata porque es el partido que ha gobernado los últimos años y es quien actualmente representa una alternativa para una gran mayoría de la población. 

Es por todo lo expuesto anteriormente, que seguimos llamando a todas las compañeras a construir un movimiento de mujeres de izquierda con independencia política y perspectiva de clase, que desde la movilización y organización en las calles siga presionando para conquistar todas sus demandas. Asimismo, manifestamos que seguiremos luchando para que las mujeres de la clase trabajadora como estudiantas, campesinas, trabajadoras del hogar y mujeres precarizadas en general, conquistemos espacios de participación política más allá del régimen de partidos y las limitadas candidaturas independientes, que no tiene un piso parejo para competir. Ya lo vimos con el caso de Marichuy, e incluso lo vivimos en las pasadas elecciones intermedias de 2022, cuando presentamos de manera simbólica una candidatura independiente sin registro oficial. 

Frente al escenario político de tener una presidenta gobernando en México y a la continuidad del gobierno de la 4T, nosotras defendemos la independencia política del movimiento de mujeres y su NO subordinación al gobierno como método de cambio para que hagan su trabajo y lo que les corresponde. Seguiremos movilizadas, organizadas y críticas ante el proceso venidero, pues ha sido la lucha organizada en las calles y la movilización la que nos ha permitido tener conquistas históricas y en el tiempo presente,  nadie nos ha regalado nada. Es un imperativo seguir construyendo un movimiento de mujeres que bajo una perspectiva feminista, de clase y utilizando los métodos democráticos y de lucha de la clase trabajadora, represente una opción política para las mujeres más precarizadas y empobrecidas. 

¡El género nos une, la clase nos divide! 

¡Sigamos construyendo una alternativa política que sí nos represente!

¡Ni un voto a la Derecha!

¡Las mujeres trabajadoras decimos desde los humedales, el río y el mar Palestina vencerá!


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