Walter J. Ángel*. Ricardo Anaya, candidato de la Coalición Por México Al Frente, arribó suavemente al límite del cinismo. Y lo hizo suavemente porque tampoco parece que hayan muchos dispuestos a recordar a ese personero del Pacto Por México, su papel en la aprobación de la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto. Ni los intelectuales orgánicos y parece que tampoco los de la izquierda.
Para tratar de atajar a las generaciones de desmemoriados quienes se convertirán rápidamente en una oposición feroz (que son paridos al mayoreo por este sistema), debería ser de interés colectivo para todos hacer algunas aclaraciones para la historia; aunque algunos ya sientan el triunfo en la bolsa y eso de hacer conciencia pueda ser dejado de lado.
Ricardo Anaya fue hace unos días a Villahermosa, Tabasco, a proponer lo que llamó una “tarifa preferente en la luz para toda la gente de Tabasco” y remató diciendo “va a bajar el precio de la luz”.
Anaya critica con facilidad la Reforma Energética y sus consecuencias como si él y su partido no hubieran tenido nada que ver en su aprobación y puesta en marcha. Y justo uno de los principales argumentos para promover la privatización del Sistema Eléctrico Nacional, es que cada quien se hiciera parte de su consumo y se acabara algo que desenfadadamente llamaron subsidios a las tarifas eléctricas.
Bueno pues Anaya, frente a Arturo Núñez, el gobernador de Tabasco, fue a proponer exactamente eso, crear un subsidio; mismo que no explica cómo funcionará ni de dónde se sacaría el dinero para el mismo. Pero eso no importa, lo importante es ir a decir lo que el pueblo quiere escuchar.
¿Cómo funcionaban estos “subsidios” que tanto criticaron los Partidos del Pacto Por México (PRI, PAN y PRD)? Pues la realidad es que no habían tales. En los tiempos de la aprobación de la (Contra) Reforma Energética no existía una partida dentro del presupuesto federal que subsidiara el consumo eléctrico de los usuarios finales de la energía. Más bien, cada vez que se utilizaba este recurso del subsidio como herramienta de carácter político, ese dinero, ese subsidio, lo ponía la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de su propio presupuesto o de lo que dejaba de percibir como pago por el servicio eléctrico.
Lo que con seguridad está proponiendo Ricardo Anaya es seguir desangrando a la CFE para otorgar una tarifa artificial, populista y que elude la responsabilidad por el consumo al usuario final y continúa en el camino de debilitar a la paraestatal.
Por el lado del Mercado Eléctrico Mayorista, que llegó con la reforma Energética, no hay ningún alma de la caridad dentro de las empresas privadas y extranjeras que generan electricidad, interesada en subsidiar el consumo eléctrico de los usuarios finales; mientras que las empresas privadas que ya se encuentran generando electricidad en México, ya se pelean y distribuyen a los grandes consumidores, antes clientes de la CFE.
De continuar el modelo de privatización del Sistema Eléctrico Nacional, no hay manera de poder tener tarifas eléctricas más bajas; es imposible. La desregulación en cada uan de las fases del Sistema Eléctrico y la participación de empresas privadas que agregan sus utilidades a cada fase, hace que ninguna compañía pueda ofrecer un precio más bajo en el servicio eléctrico que lo que hacía la CFE; ninguna, ni siquiera el SME con los portugueses en la generadora Fénix, con la que participa.
Por el lado del Mercado Eléctrico Mayorista, que no funciona ni opera a como fue diseñado y que pocos entienden (que además está fuera del interés de las corporaciones de la energía pues estas están interesadas en los Contratos de Largo Plazo), es imposible tener un precio más barato para una región como Tabasco a partir de la energía solar, como ofreció Anaya. Por principio, a Anaya se le olvidó proponer infraestructura de ese tipo en la zona, por lo que esa energía será despachada desde otra región, donde pudo costar más su generación.
Entonces, ¿de dónde sacarán el mentado subsidio? ¡De la CFE para seguir asfixiando a la hoy Empresa Productiva del Estado y así seguir repitiendo el ciclo que favorece a que los precios y las tarifas nunca bajen!
La realidad es que a Anaya y sus comparsas privatizadores no les interesa ofrecer ninguna baja tarifa a nadie; de ser cierto ya hubieran tomado medidas desde los puestos de poder que hoy ocupan. Acusan que Ley de Coordinación Fiscal le quitó recursos a Tabasco y desde ahí justifican lo que la población padece por todo el país: la puesta en marcha de la Reforma Energética y muy concretamente la privatización del Sistema Eléctrico Nacional, como el origen de las altas tarifas que se cobran en todo el país.
Hoy la generación de electricidad por empresas privadas y extranjeras ocupa el 71% de la generación total; mientras que es la CFE quien pone la cara a los usuarios finales, como si fuera únicamente responsabilidad de esta y no de la privatización del Sistema Eléctrico llevado adelante por los distintos gobiernos en turno. Por el lado de los empresarios, constantemente están subsidiados por el Estado a costa de la CFE.
Eso de Anaya hablando de “la luz”, no sólo es para ponerse en sintonía con el pueblo, que popularmente nos referimos así al suministro eléctrico: “se fue la luz”, “me cortaron la luz”; sino que en el caso de Anaya, a “todas luces” representa su ignorancia del Sistema Eléctrico Nacional y su cinismo respecto a las reformas que aprueba y promueve.
*Walter J. Ángel. Es Ingeniero por la Facultad de Ingeniería de la UNAM, consultor en materia de energía y coordinador del Sistema Integral de Análisis Estratégico de la Energía en México (SIAEEM)
Deja un comentario