Seamos claros, es verdad que las condiciones climáticas en el norte de México y el sur de EEUU ha retrasado la entrega del combustible con el que operan las plantas de ciclo combinado para la generación de energía eléctrica del país..
Es por ello que, para proteger la propia integridad de las instalaciones y evitar una situación aún más grave en el país, la CFE se ha visto obligada a implementar apagones rotativos en el país, de manera que el consumo del gas con el que dispone sea suficiente para abastecer el suministro de energía en las horas de máximo consumo, medida que ha sido tomada también por los EEUU ante la imposibilidad de hacer llegar el gas principalmente proveniente de las refinerías de Texas a las plantas de generación.
Dejando esto en claro, no hay que confundirse, una cosa es la imposibilidad de generación de energía eléctrica por falta de combustible y otra muy distinta la capacidad de la CFE de atender el suministro de energía y el estado de la infraestructura con la cuenta para hacerlo. Dicho lo anterior es necesario recordar que de los años 2000 a 2018 la política energética del país estuvo orientada a asegurar el suministro de hidrocarburos hacía los EEUU, negándose a abandonar la economía basada en la renta por el concepto de exportación de crudo.
Pese a la necesidad imperiosa de cualquier nación de asegurar su seguridad energética los gobiernos de Fox, Calderón y EPN optaron por exportar la mayor cantidad de crudo nacional, principalmente hacía los EEUU, quien en 2014 anunció lograr la autosuficiencia energética, en el discurso clamando tener una gran cantidad de reservas de gas de esquisto y en los hechos asegurando el envío de crudo de MO, Brasil, Venezuela y México para surtir sus refinerías; México, pese a disminuir su producción de crudo y sus reservas probadas optó por depender del envió de productos refinados de EEUU para mantener su suministro energético, de manera que se mantuvieran los ingresos de la renta petrolera e ignorando a toda costa la refinación de este para abastecer nuestra propia seguridad energética.
Por tanto, la interrupción en el flujo de gas proveniente de los gasoductos de Texas no hace más que demostrar lo grave que es no tener el control de nuestra seguridad energética, es decir, mantener la dependencia energética del país en manos de extranjeros o energías poco confiables. Los apagones en México son el resultado de la implementación de años de una política que nos hizo dependientes de otros para asegurar nuestro suministro eléctrico.
Pese a ello, los agentes de las transnacionales como lo son los diputados, senadores y militantes del PAN, de MC, del PRI, del PRD, como Xóchitl Gálvez, Lily Téllez, Ricardo Anaya, Margarita Zavala y sus abogados disfrazados de servidores públicos de organismos como la CRE y la COFECE, han aprovechado el momento para culpar a la CFE del desastre que ellos mismos provocaron a lo largo de 40 años, cuando se empeñaron en ceder el control de nuestros hidrocarburos y generación eléctrica a transnacionales, por tanto nuestra seguridad energética en manos de extranjeros y privados.
Actualmente, debido al mal estado de las refinerías con las que cuenta el país y pese a los esfuerzos de los trabajadores de rescatarlas, nuestra capacidad de refinación se ha visto mermada, no por la falta de capacidad de refinación si no por la falta de crudo, ya que México tiene comprometido el envío de su producción a los EEUU, así que en efecto la situación de los apagones se ha convertido en un cuello de botella que devela la verdad detrás de la contra reforma energética de Videgaray-Peña Nieto.
Hay también quienes han aprovechado para colocar en la discusión la necesidad de una transición energética llevada a cabo por el sector privado, sin embargo, debemos recordar que ningún país en el mundo ha logrado llevar a las energías eólica y solar ser la base de la generación de su energía eléctrica, principalmente por los problemas de intermitencia, costo y almacenamiento de la electricidad que logran generar. Pese a ello no nos oponemos a esta transición, pero debemos insistir en lo grave de mantener en manos de extranjeros un asunto de seguridad nacional, pues esto significaría repetir el error que nos ha traído a esta situación. Sostenemos que la red hidroeléctrica con la que cuenta la CFE es la apuesta más segura que podemos hacer para llevar a cabo la transición energética.
Es debido a estos problemas que la capacidad instalada, de generación de energía solar y eólica ni siquiera es suficiente para funcionar como respaldo en estos casos, debido a su intermitencia y las condiciones climáticas que les impiden operar. Recordemos que quienes vivieron del superávit petrolero de principios de siglo no invirtieron un centavo en esta transición y son quienes defienden hoy los proyectos privados de generación.
Por último, debemos de recalcar que pese a que dependemos del envío de gas de EEUU, esta crisis no se superará cuando se restablezca el suministro de los gasoductos, pues sólo regresaremos a la “normalidad” cuando EEUU garantice el suministro a sus plantas de ciclo combinado, porque ningún país en el mundo y en especial EEUU pondría los intereses de un país extranjero antes que los suyos ¿Por qué nosotros sí?
Hoy más que nunca se confirma que la política que hemos sostenido en el GAR respecto a nuestra soberanía energética ha sido la adecuada, se confirman nuestras críticas al modelo económico energético de exportación y dependencia en el que nos encontramos inmersos, se confirma el rol de los cabilderos de extranjeros en el país y los verdaderos objetivos del plan de integración energética de américa del norte donde privan los intereses del imperialismo, estos apagones reafirman nuestra postura para avanzar en la renacionalización energética bajo control obrero, pues alcanzar la soberanía energética sólo será posible expulsando a las transnacionales y privados de la industria más importante para México, la energética.
¡Luchar! ¡Vencer!
Grupo Acción Revolucionaria
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