LA REFORMA A LA LIE Y LA LUCHA CONTRA LOS JUECES CORRUPTOS

No habían pasado veinticuatro horas de la entrada en vigor de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), cuando el juez de distrito Juan Pablo Gómez Fierro aprobó el amparo de una empresa minoritaria en contra de la reciente reforma por considerarla inconstitucional al “derecho de la empresa de competir libremente en el mercado” y lo hizo extensivo por considerar que limitarlo a la empresa la “pondría en ventaja” frente a las demás.

Desde el Grupo de Acción Revolucionaria hemos considerado que pese a ser insuficiente, la reforma a la LIE pretende dejar de lado los supuestos principios del libre mercado y la competencia para poner por delante los intereses estratégicos del país, no es una reforma en contra del derecho de todos los seres vivos a un ambiente sano si no en favor de ese mismo derecho.

Por principio de cuentas el supuesto “derecho a la libre competencia” es la razón por la que estas empresas han litigado en contra de esta ley desde que se presentó en forma de un acuerdo en mayo de 2020 y ningún amparo ha sido promovido por violar los derechos ambientales establecidos en la constitución ni uno solo de la lluvia de amparos que ha provocado esta reforma ha sido por motivos ambientales, todos bajo argumentos económicos.

Estamos presenciando una tormenta ideológica en favor del libre mercado y remarcamos ideológica porque ni los medios de comunicación, ni los partidos políticos, ni las propias empresas han sido capaces de sostener técnicamente sus argumentos.

Además de las falacias que han esgrimido una y otra vez durante esta batalla decimos que la contrarreforma energética de 2013 fracasó, y lo hizo porque los precios de los energéticos no han disminuido, porque las tarifas eléctricas no han disminuido, porque en lugar de asegurar el suministro energético lo han puesto en la cuerda floja, arriesgando la integridad de la red de transmisión del país. En necesario decir que del 2013 a la fecha, contrario a lo que se dice, la industria energética del país se ha movido de acuerdo a las reglas que ellos impusieron e incluso ahora mismo usan los mecanismos legales que crearon para combatir los pequeños pasos que la nueva administración ha dado por avanzar en la soberanía energética.

Es hora de elevar el debate y defender desde un punto de vista técnico nuestra propuesta alterna a la ideología que domina la esfera.

1. LA SITUACIÓN NACIONAL

Los principales argumentos legales de quienes se oponen a la reforma eléctrica son económicos, los argumentos mediáticos que utilizan son ambientales, aprovechando el auge de la lucha ambientalista de los últimos años, movimiento al cual nos adherimos en acción revolucionaria, pero debemos de insistir en que los intereses que defienden no son ambientales, son económicos.

Los defensores de la contrarreforma insisten en que esta reforma va en contra del ambiente, así que traigamos datos duros. De acuerdo al sistema de información energética en 2017 ésta fue la composición de la generación energética en el país.


Fuente: sistema de información energética, generación de energía eléctrica por tipo de tecnología, promedio anual 2017 MW-hr.

Es evidente que los combustibles fósiles generaron la mayoría de la energía eléctrica del país, pero hasta ahora nadie ha negado que México sea un país que depende aún de la energía eléctrica generada a partir de los combustibles fósiles. ¿Podríamos culpar a la CFE? Analicemos la generación de energía eléctrica de los privados en el país.


Fuente: sistema de información energética, generación de energía eléctrica por tipo de tecnología, promedio anual 2017 MW-hr.

Con la gráfica anterior se expone claramente porque es un discurso mentiroso hablar de la supuesta energía limpia que generan los privados y por qué en los tribunales del poder judicial no tienen más argumentos que apelar al “libre mercado”.

Cabe aclarar que nos hemos enfocado a exponer la generación de energía eléctrica bruta y no la capacidad instalada de las centrales eléctricas, para hablar en términos reales de la energía eléctrica del país.

Ahora bien, alguien podría argumentar que, pese a que casi toda la energía que producen los privados en el país es fósil, la mayor cantidad de contaminantes los emite CFE pero esto, tampoco es del todo cierto, de hecho del total de la energía fósil que se generó en 2017 sólo el 60% la produjo la CFE, el 40% restante fue producido por las empresas privadas, es decir, casi la mitad de la energía eléctrica producida en el país, a partir de combustible fósiles, fue producida por las empresas privadas en sus plantas de ciclo combinado.


Fuente: sistema de información energética, generación de energía eléctrica por tipo de tecnología, promedio anual 2017 MW-hr.

Habrá quienes digan que de acuerdo a los datos que hemos expuesto hasta ahora es urgente la participación de los privados para producir más energía a partir de fuentes renovables, pero analizando de nuevo los datos vemos que de hecho, la mayor cantidad de energía renovable la produce CFE y que la participación de los privados en este rubro es casi nula a comparación de su participación en la generación de energía a partir de las energías fósiles.


Fuente: sistema de información energética, generación de energía eléctrica por tipo de tecnología, promedio anual 2017 MW-hr.

Si quedara alguna duda del tipo de tecnologías que se utilizan en la generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables, también podemos exponer, cuál es el porcentaje de generación en función del tipo de tecnología que se utiliza, y para ello se debe recordar que CFE no genera electricidad a partir de la energía solar y que los privados utilizan exclusivamente las tecnologías solar y eólica para producción de energía a partir de fuentes renovables y está incluida en la gráfica que se presenta.


Fuente: sistema de información energética, generación de energía eléctrica por tipo de tecnología, promedio anual 2017 MW-hr.

¿Es necesario producir mayor electricidad en el país? El promedio de la generación de potencia eléctrica en el país de acuerdo a la información del sistema de información energética en 2017 fue de 64,000 MWh-hr y de acuerdo a los datos recopilados en el Programa de Desarrollo Eléctrico Nacional en ese mismo año la máxima potencia demandada por los mexicanos fue de 43,319 MWh-hr, es decir que hubo una sobre producción de energía eléctrica en el país de más de 20,000 MWh-hr. De hecho esa ha sido la situación del sistema eléctrico nacional desde hace varios años, la de la sobreproducción de energía eléctrica que, si obtenemos los valores de generación de energía eléctrica de los privados corresponden casi a la perfección al total de lo generado por sus plantas de ciclo combinado. En otras palabras, el exceso de producción eléctrica corresponde a lo generado por los privados por medio de fuentes fósiles.

El argumento detrás de esta sobre producción de energía eléctrica es la de la famosa “competencia económica” para lo cual incluso crearon una comisión en el sexenio de Vicenet Fox, la cual por cierto, es aliada de las empresas extranjeras en esta disputa.

2. El “mercado de la energía eléctrica”

Los que se oponen a la reforma a la LIE utilizan como principal argumento en los tribunales su supuesto derecho a la libre competencia y cómo ésta beneficiará al país con tarifas más baratas y una mejora en el servicio, pese a la sobreproducción de electricidad que existe actualmente y los problemas que han derivado en el sistema de distribución a causa de la sobreproducción.

Podemos remitirnos a la comparación con un país que ha liberado su mercado eléctrico y cuyo modelo eléctrico es exaltado por la OCDE.

España, país que en la década de los 90´s llevó a cabo una liberación completa de su industria eléctrica y cuyos precios (exceptuando al GLP) se encuentran completamente sujetos a la “libre competencia”, vive el día de hoy una crisis de sobreproducción con una capacidad instalada de generación de energía eléctrica total de 250% con una demanda máxima histórica registrada de 45,000 MW-hr y una capacidad instalada de 110,000 MW-hr.


Fuente: Porcentaje de participación en la generación de energía eléctrica por tipo de tecnología, España, Red eléctrica de España, 2018.

Si habláramos en términos de los Mega Watts instalados en ese país el total de las energías renovables es de 55.247 MW, (de los que un 46% son eólicos, un 16% son fotovoltaicos y el resto (38%) corresponden a otras tecnologías renovables) lo cual aparentemente es suficiente para cubrir la demanda del país, sin embargo ¿Por qué España no es un país que utilice únicamente las renovables para abastecer su demanda de energía eléctrica? Simple, debido a las desventajas técnicas que dichas energías continúan y continuarán teniendo en los siguientes 30 años, porque una cosa es la capacidad instalada con la que se cuenta y otra muy diferente la que se logra producir.

El informe que ha llevado a cabo la OCDE en su artículo titulado “España: Inventario Sobre El Apoyo Presupuestario Estimado Y El Gasto Fiscal Relativo A Los Combustibles Fósiles” muestra que sólo son TRES las empresas que mantienen el 75% de la generación en España, las cuales para sorpresa de nadie son las mismas que se mueren por “liberar” el mercado en México las cuales son en orden de su participación Iberdrola, Endesa (propiedad de Enel) y Naturgy (a través de una de sus filiales Fenosa), además son las principales distribuidoras de electricidad en ese país.

El mismo informe de la OCDE admite que las personas no cambian de proveedor de energía eléctrica debido a que las tarifas de los consumidores promedio, cuyos principales proveedores son Naturgy e Iberdrola, tienen subsidios de la administración pública a las tarifas eléctricas de los minoristas. Cuando llegamos a este punto los defensores del libre mercado se sobresaltan y dicen “entonces no es un mercado completamente liberado” y se equivocan porque sin las subvenciones que otorga el gobierno a las tarifas eléctricas se suscitarían dos fenómenos de gravedad para la seguridad energética española; el primero es que los usuarios tendrían que pagar el coste total de la energía eléctrica que consumen y el segundo se produciría el mismo fenómeno que vivieron los españoles desde el año 2000 hasta el 2013 y que durante la pandemia, se presentó de nuevo, el déficit en la tarifa eléctrica, debido principalmente a la sobre oferta que existe en el país los subsidios gubernamentales no son sólo una estrategia electoral sino que son una medida para que el negocio de la energía continúe siendo rentable para las empresas.

Una vez que uno comienza a entender el funcionamiento de un sistema eléctrico “completamente liberado” como el español comienza a entender las razones por las cuales existe una ansiedad tan grande por hacer lo mismo en México, no son razones ecológicas como argumenta Greenpeace es una estrategia para obtener mayores ganancias.

¿Qué hay de las tarifas? Un modelo de competencia económica como el que impusieron en 2013 con la contrarreforma energética y que buscan mantener, promete una reducción en las tarifas eléctricas, para ejemplificar esto vayamos a un caso más reciente como el de Texas en EEUU, un estado con libre mercado en la industria eléctrica desde la producción hasta su distribución.

Primeramente hay que decir que en Estados Unidos los usuarios pagan el importe total de los costos asociados a la generación y transmisión de energía eléctrica como lo afirma el Wall Street Journal (WSJ). Este mismo año ese periódico publicó el estudio que realizó acerca del coste de la energía eléctrica en ese estado a lo largo de los 20 años que lleva “desregularizado” y descubrió, para sorpresa de nadie, que los consumidores de electricidad generada por privados en ese estado pagaron en total 28 mil millones de dólares más que los consumidores de la energía generada por el Estado.

The Texas Coalition for Affordable Power, una institución independiente que compra electricidad para diversos servicios de gobierno llegó a la misma conclusión que el WSJ y fue más allá al afirmar que la culpa de la disparidad en los precios respecto al promedio nacional “es una consecuencia de la desregulación del mercado”; sin mencionar el duopolio generado en el estado por parte de dos compañías Vistra Corp y NRG Inc. quienes son dueñas del 75% del mercado de la distribución a minoristas en Texas.


Fuente: Análisis del Wall Street Journal sobre la energía en EEUU, información de la Administración de información Energética.

Costo extra anual total pagado por los consumidores minoristas de electricidad en Texas.


Fuente: Análisis del Wall Street Journal sobre la energía en EEUU, información de la Administración de información Energética.

Entonces ¿La energía será más barata? ¿El sistema será más confiable? Dos ejemplos en donde la filosofía de la contrarreforma energética ha sido aplicada son dos casos de fracaso, en México ya tenemos una sobreproducción de +-25,000 MW con respecto a la máxima demanda y ya nos enfrentamos a los subsidios pagados por el estado hacía productores de “energía limpia” para subsanar costos de producción, esa sobreproducción y los problemas técnicos de las energías eólica y solar son quienes ponen en riesgo nuestro sistema de distribución de energía eléctrica véase “frente al apagón nacional registrado el día de ayer” (https://garmexicoblog.wordpress.com/2020/12/29/frente-al-apagon-nacional-registrado-el-dia-de-ayer/)

3. Las tendencias internacionales

Uno de los puntos que siempre sale a colación en la discusión sobre las políticas energéticas del país son las tendencias globales del “negocio” de la energía en el mundo. Sin embargo rara vez se menciona exactamente cuál es la tendencia global sobre el uso de los energéticos.

Es cierto que los acuerdos de París firmado por diversas naciones, entre ellas México, es una estrategia global para frenar el cambio climático que enfrentamos en el sXXI, sin embargo dichos acuerdos no obligan a ningún país a “liberalizar el mercado” o seguir determinadas políticas económicas. Marcan una serie de metas que los países se han comprometido a cumplir, en cuanto a la producción de deshechos, producción de contaminantes atmosféricos, etc. Pero no obliga a ningún país a optar por alguna estrategia determinada para cumplirlos.

Dicho lo anterior cada país es libre de decidir sobre sus políticas energéticas mientras cumpla con las metas establecidas para lograrlo. Justamente lo que las naciones que controlan actualmente el terreno geopolítico han hecho.

A principios de febrero el presidente Joe Biden de los EEUU firmó una orden ejecutiva para que a partir de ese día y en cien días se revisen las cadenas de suministro de seis sectores estratégicos en ese país: la industria tecnológica, la manufacturera, la farmacéutica, la de telecomunicaciones, transporte y ENERGÍA. Esos son los seis sectores que en Estados Unidos consideran no sólo estratégicos si no que, citando a Biden, “forman parte de nuestra seguridad nacional”.
Ver Nota

Son 4 los principales productos sobre los que versa la orden ejecutiva de Biden: micro procesadores; minerales y tierras raras; fármacos y sus ingredientes; y baterías avanzadas. En su discurso enfatizó lo importante que es para ese país asegurar la producción de estas materias primas e insumos necesarios para la investigación e innovación tecnológica que requieren para mantener su posición económica y garantizar su seguridad nacional. Para lograr tal hazaña se han dispuesto a realizar una inversión pública inicial de 37 mil millones de dólares, destinados a la investigación tecnológica, energética y manufacturera.

Citando a Biden “No debemos depender de países que no comparten nuestros intereses o valores, para proteger y proveer a nuestra población…”, esta afirmación deja en evidencia que para los Estados Unidos la autosuficiencia, en los seis sectores, es un tema de seguridad nacional. Biden afirmó que la pandemia ha dejado entrever las consecuencias de mantener su cadena de suministros fuera de su país y dio como ejemplo la incapacidad de su gobierno de proveer a la industria y a sus ciudadanos de los insumos médicos y tecnológicos para sobrellevar esta situación.

Todo esto está apoyado en la política de autosuficiencia energética que se han empeñado en terminar, para lo cual han dispuesto de los recursos energéticos de México, Venezuela y medio oriente, por ello el contexto de emergencia energética que afrontan en estos momentos no fue esquivo durante su mensaje, pues para poner en marcha sus planes de alcanzar un autoabastecimiento de sus sectores industriales, el sector energético es un tema al que le dedicará especial atención durante esta revisión.

En EEUU además, tras los apagones registrados en el sur y oeste del país derivados de las circunstancias climáticas extraordinarias Ver Nota, que afectaron también a México, ha puesto en el debate público la liberación del mercado eléctrico y su impacto sobre el suministro de este recurso, tanto a usuarios minoritarios como a la industria manufacturera de ese país, la eficacia de las reformas energéticas que desregularon el mercado estadounidense hace veinte años están poniéndose en duda pues ni las tarifas fueron más baratas, ni se logró asegurar el suministro eléctrico; más aún el parque de generación a través de energías renovables no tuvo la capacidad de suministrar electricidad a los usuarios que se vieron afectados por los apagones.

Por su parte China anunció su plan quinquenal 2021-2025 en el cual enfatizan la importancia que tiene el sector energético para ellos. El plan de China es interesante, da por hecho que para los políticos de la asamblea nacional el tema energético es un asunto de seguridad nacional, al dedicarle únicamente un párrafo a recordarlo, a lo que continúa con los lineamientos y metas establecidas en el plan quinquenal.

Para China el objetivo fundamental a corto plazo es logar instalar una capacidad de generación que abastezca a su población, modernizando sus plantas generadoras y sacando de funcionamiento aquellas que ya no sean útiles, como fuentes primarias de energía mencionan al carbón y al petróleo, aunque no aumentaran su capacidad para generar energía a través de estos combustibles, más bien los colocan como elemento táctico para alcanzar su meta establecida para 2030, alcanzar el pico de emisión de generación de carbono, es decir, a partir de 2030 reducir sus emisiones hasta alcanzar su objetivo el cual se han planteado lograr cero emisiones para 2060.

Como vemos China no se ha planteado la liberación económica del sector eléctrico, más bien se propone sustituir las fuentes de abastecimiento de energía con las que produce electricidad su compañía estatal China Huadian Corp por fuentes renovables, principalmente nuclear. Es decir, que para China la transición energética hacía las energías renovables es una tarea del estado por tratarse de un sector estratégico en su seguridad nacional.

Los planes quinquenales de China son multidimensionales por lo que su plan energético está basado en el eje rector de este plan asegurar la autosuficiencia en los sectores, tecnológicos, industriales, energéticos y farmacéuticos.

La tendencia de los dos países por buscar la autosuficiencia en las mismas áreas obedece a la guerra comercial e ideológica que ambos están librando en el terreno geopolítico, entre el imperialismo Chino que no acaba de consolidarse y el estadounidense que no acaba de caer.

De la lucha entre estos dos países imperialistas debemos rescatar el concepto de la autosuficiencia que ambos buscan y el carácter estratégico que le dan a estos sectores para mantener su seguridad nacional.

Si ambas naciones buscan este fin ¿Por qué entonces en México se mantiene el discurso casi hegemónico de la liberación del mercado? Porque en el terreno geopolítico los recursos energéticos del país, principalmente el petróleo, constituyen uno de los eslabones principales de la cadena de suministros que ambos países buscan asegurar.

¿Es tendencia internacional liberalizar el mercado energético? ¿Están los países considerados por la ideología capitalista como “potencias” poniendo en manos de otros su seguridad energética?

4. La reforma a la ley de la industria eléctrica y el papel del “Poder Judicial”

AMLO es un personaje que desde el principio manifestó su intención de “gobernar para ricos y pobres” y en su intento por hacerlo ha pactado con las esferas más altas de la burguesía mexicana, les ha prometido no tocar sus intereses y mantener ciertas condiciones que garanticen sus ganancias. A su vez ha prometido al conjunto del movimiento electoral que construyó, un piso parejo de oportunidades y mejorar las condiciones de vida.

Las contradicciones que resultan de cualquier gobierno que intente conciliar las diferencias de clase han ocasionado que en México se presenten diversas coyunturas en sus dos años de gobierno. Particularmente en el terreno energético se han librado importantes debates ideológicos y legales.

La contrarreforma energética (RE) promulgada durante el gobierno de EPN fue redactada con la intención de blindar los intereses de empresas como Iberdrola, Repsol, Enel, Acciona y Naturgy, empresas cuyo negocio se ha centrado en la distribución de gasolina, la generación de energía eléctrica y la explotación de yacimientos petroleros, (Repsol e Iberdrola tienen sus principales refinerías en España donde su negocio es el suministrar los energéticos en aquel país), todas estas actividades han beneficiado principalmente la seguridad energética de EEUU, cuyos pozos de gas natural han ido decayendo en los últimos años, por supuesto a costa de la seguridad energética de México.

Obrador no es EPN, no es ingenuo, él conoce a la perfección la importancia que tienen aún los energéticos no como producto comercial, si no como materia prima esencial en el plano industrial y tecnológico de un país necesarios para alcanzar su autonomía. En la actualidad la seguridad energética de México depende casi por completo de EEUU, es por ello que ha comenzado la construcción de la refinería de Dos Bocas, se ha puesto en marcha la reconversión de las seis refinerías restantes, se está intentando sanear las finanzas públicas de Pemex y CFE y, la más reciente, la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE).

La LIE tiene por objeto garantizar la confiabilidad del servicio eléctrico del país, limitar la participación de los privados y fortalecer la infraestructura de CFE, esto con la intención de seguir lo que sí es tendencia global: ser autosuficientes energéticamente. Como ya lo mencionamos la contrarreforma de 2013 buscó asegurar los intereses económicos de los transnacionales y para ello brindó un marco jurídico robusto en extremo.

Quienes redactaron la RE crearon y ampliaron las funciones de diversas instituciones autónomas, se ampararon contra expropiaciones, compraron “funcionarios públicos” (que hoy son gobernadores, trabajadores o asesores de estas empresas u opinólogos) y medios de comunicación para asegurar sus intereses, para reproducir su discurso, dominar el debate público y sobre todo comprar los instrumentos legales necesarios para defenderlos ante la inminente llegada de un gobierno como el de AMLO en 2018.

Hoy el aparato que crearon en 2013 se ha puesto en marcha y no para defender al conjunto de la RE, sino tan sólo una parte de esta. En el punto uno expresamos claramente que los embates de las transnacionales en los tribunales no son sostenibles mediante argumentos ambientales y por ello utilizan derechos y principios propios de la ideología burguesa que representan.

El marco jurídico que ellos mismos crearon es el que los ampara frente a las acciones que el gobierno de AMLO ha impulsado. Este marco jurídico es el que ha otorgado a la CRE y la COFECE, instituciones autónomas supuestamente creadas como meras administradoras y representantes de los intereses nacionales con el sector privado, la posibilidad de interponer querellas frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para defender intereses de empresas extranjeras.

Hace más de cien años se teorizaba que los gobiernos representativos disfrazados de democracias, no representan a las mayorías y que el sufragio universal es una de las mentiras que emanan de ese mismo sistema para contener a las clases oprimidas por un sistema creado para servir a la clase dominante. Esas teorías ya vaticinaban que en este sistema “ocasionalmente hay períodos en que las clases en pugna están tan equilibradas, que el poder del Estado, como mediador aparente, adquiere cierta independencia momentánea respecto a una y otra…” este es el carácter que subyace en el gobierno de MORENA un estado en el que el descontento de las mayorías era tal que la burguesía debía ceder parte de su hegemonía para crear un estado de contención frente a la creciente movilización de los oprimidos.

Estas mismas teorías son las que explican la manera en la que los intereses de los más ricos haciendo uso de la maquinaría del estado, se valen de la “legalidad” para legitimar sus intereses. Esas teorías fueron plasmadas primero por Engels y después por Lenin hace más de cien años y sin embargo resultan más que vigentes para comprender la coyuntura en la que nos encontramos.

Estas no son simples ideas filosóficas, son teorías que se demuestran a diario en el sistema capitalista y su herramienta, el Estado representativo, son teorías que a los opinólogos se les olvidan, los académicos desestiman y los reformistas prefieren ignorar, sin embargo son necesarias para comprender que la lucha que libra AMLO con la SCJN no es una pelea legal e incluso trasciende el terreno ideológico es mucho más que eso es LA LUCHA DE CLASES.

Esas palabras que para muchos han perdido su vigencia, que otros deliberadamente ignoran y a otros más les apena mencionar, es la explicación más elegante e importante que debemos poner en pie, pero no nos confundamos AMLO no encarna en él la lucha de clases ni los intereses de los proletarios frente a la burguesía, pues AMLO es de aquellos que no reconocen su vigencia, sin embargo, es algo que los trabajadores debemos reconocer. Si se olvida la lucha entre burgueses y proletarios como muchos lo hacen, se perderá la perspectiva y mucho más, cualquier explicación que se intente dar a esta coyuntura será insuficiente.

Cuando se reconoce la lucha de clases se entiende el rol de la SCJN frente a la propuesta de reforma a la LIE, la de simples representantes de los intereses económicos de la burguesía.

5. ¿Qué hacer?

La reforma a la LIE no es en esencia una propuesta revolucionaria, más bien reformista, sin embargo, como diría Luxemburgo la revolución guarda una relación indisoluble con la reforma social y por tanto la reforma a la LIE es un paso importante para recuperar la soberanía energética. Sin embargo desde el GAR decimos que los trabajadores debemos rebasar por la izquierda a AMLO, debemos superar la LIE, profundizarla y dar marcha atrás a la contrarreforma energética.

El gobierno encabezado por AMLO, en su intento por ser un mediador entre la burguesía y los trabajadores ha hecho movimientos que intentan afectar las ganancias en lo mínimo, por lo que es necesario mantener al movimiento social a raya que se manifiesta por las contradicciones entre ganancias y trabajador, es decir, la promesa de AMLO por mantener la paz en el país, no se limita al tema del narcotráfico, si no de las movilizaciones sociales.

A donde va AMLO la consigna es, paciencia, calma, serenense, jugando su rol de contención frente a la movilización social.

Uno de los ejemplos más claros de este rol se vivió el pasado septiembre de 2020, donde frente a las manifestaciones de la burguesía parasitaria en el autodenominado Frente Nacional Anti AMLO, Andrés Manuel llamó a sus simpatizantes a mantener la paz y no movilizarse, incluso frente a la organización espontanea que convocó a sus simpatizantes a la llamada marcha del millón, llamó a abstenerse de participar, en aras de no aumentar los contagios.

Por esta razón es importante recordar que la lucha en la que estamos inmersos es la lucha de clases no una mera lucha ideológica, ni mucho menos legal, aunque haya un gobierno que se sienta independiente respecto a los intereses de la clase dominante, sus acciones se ven enmarcadas en un sistema creado para garantizar los intereses de la clase dominante. Por ello el gobierno de AMLO se ha confirmado insuficiente y debemos superarlo.

Los trabajadores debemos avanzar bajo esta coyuntura, si el gobierno actual no está dispuesto a cambiar el status quo que mantiene con la burguesía entonces tenemos una responsabilidad apremiante de poner en pie al movimiento social, somos el pueblo trabjador quienes debemos de redoblar esfuerzos para movilizar a las masas por un gobierno de las y los trabajadores.

Frente a la reforma a LIE los trabajadores debemos organizarnos para conquistar la renacionalización de la industria energética es deber de los trabajadores, conquistar la democracia de los sindicatos, es deber de los trabajadores, garantizar nuestro derecho a un ambiente sano¸ es deber de los trabajadores.

Fuentes de información

·         Ulises Juárez, Exceso de capacidad y bajo consumo justifican Acuerdo del Cenace: CFE, energía a debate (2020), https://www.energiaadebate.com/electricidad/exceso-de-capacidad-y-bajo-consumo-justifican-acuerdo-del-cenace-cfe/

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