Eduardo Hernández
Teóricamente la sectorización es la división de una red hidráulica, en pequeñas redes que permiten controlar los gastos, reducir fugas, bajar altas presiones, ubicar válvulas reguladoras de presión y rehabilitar la infraestructura hidráulica existente. Pero en la práctica las transnacionales (SUEZ Y VEOLIA) que ya controlan el agua en la ciudad, utilizan la sectorización para controlar la demanda y el consumo de agua, lo que podríamos traducir; “en que el que paga más por el consumo de agua (altas tarifas), tendrá derecho a ella”. Sometiendo así a los habitantes del Distrito Federal (hoy Ciudad de México) al arbitrario y cruel “tandeo”.
Violando así el párrafo sexto del artículo cuarto constitucional. En los últimos seis años, prácticamente durante todo el gobierno de Miguel Ángel Mancera, la ciudad sufrió persistentes carencias de agua, abonando todavía más a la crisis de este vital líquido, sequias combinadas, mantenimiento al Sistema Cutzamala sirvieron como pretexto ideal para someter a la ciudad a decisiones autoritarias, arbitrarias y excluyentes en el manejo y distribución del agua.
EL CARTEL INMOBILIARIO FAVORECIDO
Estas medidas favorecieron al cartel inmobiliario, que como locos se dedicaron a construir por toda la ciudad grandes consorcios comerciales y complejas torres habitacionales, de más de 1500 habitantes, disparando el consumo irracional del agua, sobreexplotando el lánguido acuífero de la ciudad. Acompañadas estas construcciones de opacidad y graves señalamientos de corrupción en el otorgamiento de permisos necesarios y obligatorios, violando toda legalidad y normatividad existente, que por omisión o complicidad se otorgaron sin ton ni son.
22 DE MARZO DÍA MUNDIAL DEL AGUA
En el marco del día mundial del agua denunciamos que el SACMEX ha sido utilizado por las transnacionales del agua y el cartel inmobiliario como un escudo y muro de lamentaciones donde se estrellan y diluyen los reclamos y quejas por falta de agua en los barrios, colonias y pueblos originarios de esta aguerrida ciudad. En cambio garantiza agua para las industrias y los megaproyectos inmobiliarios del jefe de gobierno y sus socios , excluyendo y castigando a los usuarios del servicio doméstico, es decir a la gran mayoría de población de la ciudad, protegiendo las ganancias desmesuradas de las voraces transnacionales, que por medio de concesiones y contratos hoy por hoy, controlan y privatizan el agua de la ciudad.
ABASTO DE AGUA CONDICIONADO
Todavía más el jefe de gobierno y su partido, condicionan políticamente el abasto y la distribución de este vital liquido, a cambio de pedirles a los usuarios copia de la credencial de elector, favoreciendo a líderes vecinales y piperos que encarecen aún más la distribución y el abasto del agua en las colonias populares.
Se insiste en que en la ciudad de México se desperdicia el 40% del agua potable en fugas de la red hidráulica, ¿pero que han hecho entonces, desde 1993 por mejorar y reparar la red, las depredadoras compañías francesas, gringas e inglesas? ¡Nada! Las fugas están como la inflación suben cada año, en el gobierno de López Obrador las compañías privadas le vendieron la idea de que el desperdicio de agua potable por fugas en la red era del 30%, en el gobierno de Marcelo Ebrard fue de 35%, ahora en este sexenio se maneja el 40% de desperdicio, casi la misma cantidad de agua que suministra el Sistema Lerma-Cutzamala a la ciudad, ¿Entonces para que se concesiona, y se trae agua de tan lejos con el consabido gasto de energía? ¿Será que el dinero del presupuesto y el esfuerzo de miles de personas por otorgar agua a la ciudad se tira a la basura, o va a dar a los bolsillos y cuentas bancarias de estas compañías privadas?
NUEVA FORMA DE PRESTAR EL SERVICIO DE AGUA
Ante este panorama de desperdicio, sobreexplotación y acaparamiento es necesario otra forma de gobernar, otra forma de gestionar el servicio del agua, volver al esquema público desprivatizándola, haciendo un buen gobierno del agua, que de verdad garantice un acceso equitativo y realmente sustentable, como el que propone la iniciativa ciudadana de la ley de aguas para la ciudad de México, donde investigadores, científicos, profesionistas, académicos, especialistas, trabajadores, ciudadanos, pueblos originarios, y científicos comprometidos con la sociedad han puesto su esfuerzo y talento para democratizar a las “autoridades del agua”, y construyendo contralorías ciudadanas autónomas e independientes de gobiernos y partidos políticos, que vigilen con lupa desde su lugar de origen, destino y obras del dinero público destinado al agua, con facultades para sancionar e incluso despedir a quien haga mal uso, desvíe o se enriquezca con el presupuesto otorgado para este servicio.
¡Fuera las voraces transnacionales del agua de la ciudad! ¡Y fuera del país¡ ¡no las necesitamos!
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